EVO (Spain)

Las apuestas seguras

Algunos coches sencillame­nte están destinados a ser iconos desde el instante en el que llegan a los concesiona­rios. Enumeramos diez que están abocados a serlo.

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o es fácil definir un icono. Algunos coches pueden parecer mucho menos espectacul­ares una vez se disipa el atractivo de la novedad. Otros puede que en retrospecc­ión nos recuerden que fueron importante­s, o simplement­e mejores de lo que recordábam­os. No es una ciencia exacta, pero aquí estamos para elegir algunos coches que no hemos mencionado en páginas anteriores, aunque pensamos que es probable que consigan el estatus de iconos , empezando por el Alpine A110.

Es cierto que todavía es nuevo y reluciente, pero lo importante del A110 es que es muy bueno. Y llama la atención, lo cual es algo positivo para el estatus de icono. Además, su punto fuerte y lo que lo diferencia es su ligereza, así que merece ser un futuro icono por recordarno­s lo importante que es dicho aspecto. Y seguro que aquí algo tienen que decir los ingenieros de Lotus.

Dicho esto, no hay duda de que el Elise es un icono, pero también lleva entre nosotros desde antes de que a la mayoría de pilotos de Fórmula 1 les hubieran salido aún los dientes, así que en una lista de iconos de las últimas décadas probableme­nte incluirías un Elise S1 amarillo. No obstante, atendiendo al criterio que hemos impuesto sobre que deben ser coches de los últimos cinco años, podemos elegir un Sprint 220 de hoy en día, que es casi sin ninguna duda un mejor coche que el original y más ligero de lo que los Elise han sido durante años. En cuanto a lo de icono, el Elise puede que sea uno de esos coches que no apreciarem­os completame­nte hasta que desaparezc­a, y sigue siendo un gran coche, a pesar de estar en su ocaso.

Y hablando de veteranos, no podemos ignorar al Nissan GT-R, que tiene edad ya suficiente como para parecer parte del paisaje, pero sigue haciendo lo que siempre ha hecho, que es acercar dos lugares distantes a un ritmo embriagado­r, incluso si hay muchas curvas por el camino. Cuando finalmente llegue el próximo GT-R, que será casi seguro un híbrido, descubrire­mos lo icónico que siempre ha sido este viejo caballo de batalla.

De igual forma, cuando todos los superdepor­tivos tengan un sistema de propulsión híbrido, intentarem­os determinar cuál fue la última expresión de la pureza y la emoción de los motores de combustión por sí solos, y nos toparemos con el McLaren Senna. Si hubiera un premio por fealdad icónica, también lo ganaría. Es una decisión difícil, desde luego, ya que muchos superdepor­tivos pueden parecer icónicos, pero el Senna es algo especial, como también lo fue, a un nivel menos extremo, el Audi R8 V8 original. Y no me digas que era un deportivo y no un superdepor­tivo. Era un coche de motor central con un V8 y una caja de cambios manual de rejilla. ¿Qué más quieres? También era, y esto es importante, ciertament­e bueno, hasta el punto de que los probadores de esta misma revista apenas podían creer su talento, a la altura del Porsche 911. Sólo por eso, es un icono. No veremos otro igual.

Esto último se podría aplicar también a muchos de los coches que ya son iconos, principalm­ente porque hemos entrado en una nueva era de tecnología­s de propulsión en la que ya hoy casi todo tiene un turbo y tendrá motores eléctricos adicionale­s el día de mañana. Teniendo esto en cuenta, el culmen de los Porsche atmosféric­os de motor central o Cayman GT4 es el favorito de hoy. Aunque no lo digas muy alto que su precio volverá a subir absurdamen­te.

Asimismo, necesitamo­s compactos deportivos tradiciona­les en esta lista, así que empecemos con la generación saliente del Ford Fiesta ST como una muestra de diversión a la vieja usanza, y un futuro icono. Podemos decir esto puesto que el modelo actual, con un motor de menor cilindrada y algo más de refinamien­to, es una propuesta no tan buena. En el grupo de compactos también está el sorprenden­temente extremo Volkswagen Golf Clubsport S, que tiene muchos rasgos de icono, como la exclusivid­ad, su genialidad y su certero enfoque deportivo. Además, da esa satisfacto­ria sensación ser un secreto bien guardado. Si sabes lo que es, lo sabes, pero si no es sencillame­nte un Golf con ciertos adornos en sus paragolpes. Esta misma idea se puede aplicar a otro que sin duda será un futuro icono, el Alfa Romeo Giulia Quadrifogl­io, que al que no sepa mucho le puede parecer una berlina convencion­al de cuatro puertas, pero es en realidad un supercoche a precio de derribo con una discreta carrocería. Y, además, es el primer Alfa decente en mucho tiempo, y es realmente divertido de conducir. Ahora ponte a sumar puntos y dinos una berlina de altos vuelos actual que se merezca más ser un icono. No, un BMW M3 F80 no es la respuesta correcta.

Un último apunte sobre iconos. A veces son coches que inventaron un nuevo segmento o un nuevo tipo de diseño sobre el que nadie había pensado antes. Es por eso por lo que esta lista no puede acabarse sin el Rover Streetwise. Bueno, en realidad no. El Matra Rancho ya ofreció lo mismo años antes. Pero en lo que respecta a vehículos sobreeleva­dos con la única misión de conducir rápido sobre pistas de grava, echa un vistazo al reciente Lamborghin­i Huracán Sterrato, y dinos que la inspiració­n no les vino al menos en parte del último coche de nuestra lista de futuros iconos, el Ariel Nomad. Algún día, en un futuro, cuando Porsche lance una nueva generación del 911 Safari o Audi intente inyectar algo de la esencia Ur-Quattro a un R8, simplement­e recuerda la brillantez y destreza del Nomad, que reinventó primero el concepto. Es una excentrici­dad, sí, pero también un innegable icono.

El McLaren Senna es la perfecta y última expresión de la pureza y la emoción de los motores de combustión por sí solos

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