Bentley Continental GT
Un motor V8 más ‘pequeño’ supone menos peso en el eje delantero, lo cual siempre es una gran noticia.
TIENES QUE SER UN VERDADERO experto en la marca de origen británico para identificar con claridad la versión del Continental GT que estamos probando hoy. Hay cuatro salidas de escape en lugar de las dos enormes salidas ovaladas del W12, una pequeña chapita cromada en el flanco donde se puede leer ‘V8’… y poco más. Vale que esta versión tiene cuatro cilindros menos que el todopoderoso 6 litros, pero quizá estamos ante la variante más lógica y comprable de la gama.
En la anterior generación de este modelo, el V8 era el mejor desde el punto de vista del disfrute de la conducción. Quizá no tenía el prestigio del W12 pero, gracias al menor peso sobre el eje delantero, era un automóvil mucho más agradable de conducir. ¿Ocurrirá lo mismo en esta segunda generación que, como bien sabes, dispone del chasis del Porsche Panamera, bastante más capaz que el anterior?
No hay sorpresas en la especificación mecánica del nuevo Continental GT V8. La marca nos comenta que ha llevado mucho trabajo calibrar el propulsor 4.0 V8 biturbo, y no sólo para pasar la restrictiva regulación WLTP. Sin embargo, las cifras de potencia y par –550 CV y 770 Nm– resultan muy familiares a las obtenidas en los Panamera y Cayenne Turbo, o incluso en el propio Bentley Bentayga V8. Por supuesto, todos sabemos que esta mecánica sería capaz de dar bastante más potencia, pero eso lo posicionaría demasiado cerca de los 635 CV del W12. Se han realizado modificaciones menores en la suspensión para compensar el ahorro de 50 kg del motor, pero no hay que olvidar que la cifra de peso total alcanza los 2.165 kg. Esto implica que estamos ante un enorme y opulento gran turismo; eso sí, uno capaz de pasar de 0 a 100 km/h en apenas 4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 318 km/h.
Para ganar distancia en precio con el W12 –cuesta 235.000 euros–, el equipamiento de serie también es más escueto. Por poner algunos ejemplos, en el V8 las barras estabilizadoras activas y las llantas de 21’’ son opcionales. Sin embargo, nuestra unidad de prueba lleva el paquete opcional Mulliner, que por 14.000 incluye llantas de 22’’ y un cuero en el interior de una calidad excelsa. Además, como en su hermano mayor, el V8 se puede personalizar hasta el infinito.
Por dentro, no cabe duda que disponer de dos plazas traseras bastante aprovechables añade un plus de practicidad que se agradece. Aunque lo que destaca es un puesto de conducción espléndido, y más con este cuero de color negro –que queda perfecto con el llamativo naranja del exterior-, además de una consola central en acabado Cotes de Geneve –una especie de cromado inspirado en los relojes de pulsera de esta marca suiza-.
Sentarse en el asiento del conductor es una experiencia muy placentera. El GT rezuma opulencia artesanal, y pulsar el botón de arranque no hace más que mejorar todas estas sensaciones, con un profundo y decidido bramido procedente del