MERCEDES G 350 d
Puede que pienses que estamos locos, pero si tienes ocasión de ponerte al volante del nuevo Clase G, entenderás perfectamente qué hace esta enorme ‘caja de zapatos’ en esta doble página.
O HAN BORDADO; esta vez sí. Cuarenta años después de haber sido lanzado, el Clase G ha experimentado su modificación más importante. Sus vías son muchísimo más anchas: 14,4 centímetros delante y 15,9 cm detrás. La batalla ha crecido 4 cm, la carrocería es 11,2 centímetros más larga, 2,5 cm más alta y nada menos que 12,9 centímetros más ancha. Y a pesar de su aumento de tamaño, la masa ha decrecido. La última unidad que probamos del anterior W463 G 350 d pesaba 2.610 kilos, mientras que este 463A G 350 d baja hasta los 2.451 kilos; sigue siendo una masa importante, pero supone un recorte de 159 kilogramos, recorte que además afecta, en mayor medida, a la mitad delantera del vehículo, por lo que no solamente hemos adelgazado, sino que el peso ahora se reparte mejor.
La pérdida del eje delantero rígido ha tenido bastante que ver. Pero también es importante el cambio en el grupo motortransmisión. Y es que el nuevo G 350 d emplea un nuevo motor diésel de 2.9 litros y seis cilindros en línea, acoplado a la caja de cambios automática de nueve relaciones 9G-Tronic, que también aporta lo suyo a la hora de dinamizar al G.
Acoplada al cambio encontramos una caja tránsfer de nuevo diseño, que es la encargada de conectar de forma permanente el tren delantero –recibe el 40% del par– y el trasero –60%–. Dispone del necesario diferencial central y la no menos útil reductora. La anterior tránsfer contaba con un reparto simétrico del par, que, si bien parece lo más
lógico en un todoterreno puro, resta agilidad en el uso sobre el asfalto.
Sobre pistas de tierra, todo esto se traduce en mucha diversión. Hay un tren delantero capaz de apoyarse firmemente a nada que trates el volante ‘con mimo’, hay suficiente par para romper la adherencia del tren trasero a base de gas, una dirección lo bastante rápida como para contravolentear ‘a tiempo’ –si bien aquí existe un margen de mejora–, unos frenos solventes y unas suspensiones que lo devoran todo, y eso a pesar de que nuestra unidad monta las opcionales llantas AMG de 20” en vez de las estándar, de 18”.
Si esto no te basta, puedes saltar sin miedo a que las suspensiones hagan topes, puedes trepar por rocas imposibles y puedes desplazarte por asfalto con total confort... aunque esto último es un verdadero desperdicio.
Y hasta aquí hemos llegado. ¿Te ha sabido a poco? No te preocupes; tiene solución, y está en tu quiosco:
Fórmula TodoT erreno nº 230. No te arrepentirás.
Parece un simple restyling, pero es mucho más grande, más ágil y más divertido