ASTON MARTIN VANQUISH ZAGATO
Demencial y mágico, el Zagato Shooting Brake tiene presencia estética como para hacer sombra a casi cualquier otro coche de la carretera pero, ¿está su comportamiento a la altura de su estrafalario diseño?
COMO LECTOR DE , sin duda estarás familiarizado con ese sentimiento irracional de deseo que suscitan los coches familiares rápidos. Tradicionalmente ha sido territorio de los tres gigantes alemanes, y no hay nada como la sucesión de modelos RS Avant de Audi, la esporádica versión M5 Touring de BMW o las descomunales rancheras AMG de la Clase C y la Clase E de Mercedes-Benz, para que gente como nosotros empiece a salivar y a planear cómo convencer a su pareja con la excusa de la practicidad.
Siento decírtelo así, pero todos ellos son meros principiantes en comparación con el Aston Martin Vanquish Zagato Shooting Brake, un vehículo que toma como base el concepto de coche amplio con un gran maletero y dotado de una tremenda velocidad, y lo pone patas arriba. La lista de ingredientes es de alta cocina: un biplaza con carrocería de fibra de carbono, motor V12 de 603 CV, 322 km/h de punta y un precio de aproximadamente unos 800.000 euros.
Aunque con el beneplácito de Zagato, hoy en día es Aston quien hace su propio trabajo de diseño para sus modelos adornados con la ‘Z’. Por supuesto, hubo comunicación e intercambio de ideas entre el fabricante británico y la firma de diseño italiana, pero el último cuarteto Vanquish –formado por Coupé, Volante, Speedster y Shooting Brake– es en gran parte producto del equipo de Aston Martin, quien ha canalizado la arriesgada y expresiva personalidad de Zagato y ha hecho que funcione en cuatro coches muy diferentes.
En muchos aspectos el Shooting Brake es el más Aston de todos. Al fin y al cabo la marca tiene experiencia en algún ocasional modelo familiar. Aun así, fue toda una sorpresa dentro de la colección limitada –que consta de 99 unidades de cada para los Coupé, Volante y Shooting Brake, y 28 Speedster–, quizá porque los ‘shooting brake’ no son la especialidad de Zagato. No obstante, lo salvaje de este familiar, que parece salido de un dibujo animado, encaja con la inconformista reputación de Zagato. Esto queda claro desde el primer vistazo. Fabuloso y fantástico, es un disparate como recién sacado de las páginas de X-Men, el cómic de Stan Lee. Un coche hecho posible por la experiencia de Aston en la fabricación de vehículos muy especiales en muy pequeñas tiradas, y gracias a la versatilidad de la ya difunta plataforma VH sobre la que se fabricaban todos los modelos de Gaydon antes del lanzamiento del Vantage turbo, el DB11 y el DBS Superleggera.
A diferencia del resto de variantes Vanquish Zagato, el Shooting Brake necesitó de un exhaustivo rediseño a nivel de ingeniería. Al tener una batalla más larga, está fabricado combinando la parte delantera de un Vanquish y la trasera de un Rapide. Esto permite esa
Fabuloso y fantástico, es un disparate como recién sacado de las páginas de X-Men, el cómic de Stan Lee
longitud adicional, pero también se aprovecha de la posición baja del depósito de combustible del Rapide –en lugar del depósito sobre el eje trasero, como en el Vanquish– para conseguir la tan importante zona de carga plana. Es una genial obra de improvisación.
Una vez superas la impresión y el asombro inicial al ver el Shooting Brake de cerca, empiezas a apreciar sus proporciones y los detalles. Sus formas son realmente radiantes, sobre todo de perfil, pero siendo honestos impresiona desde cualquier ángulo. Todavía queda lo suficiente del Vanquish convencional como para identificarlo rápidamente como tal, y para mí esto es clave para el efecto general, ya que necesitas saber cómo nació para apreciar completamente la locura de esta metamorfosis.
Como todos los grandes diseños, puedes deleitarte viendo el trabajo al completo, o bien centrar tu mirada en descubrir y disfrutar los infinitos detalles. La parrilla delantera tridimensional está formada por una sucesión de zetas que parecen ondular ante tus ojos. Los afilados pilotos traseros circulares son de auténtico prototipo, del tipo del que hasta el famoso diseñador de los años cincuenta Harley Earl estaría orgulloso. Definen una triunfante zaga que es aún más especial gracias a las cuatro gruesas salidas de escape que emergen del difusor de carbono, a los enormes neumáticos traseros y a una línea de techo descendente, un paragolpes elevado y un portón inclinado que han sido diseñados para que todo el coche parezca un enorme elemento aerodinámico.
Arriba: Los cuatro Vanquish Zagato montan el mismo 5.9 litros V12 atmosférico, con 603 CV y 630 Nm. Los logos ‘Z’ bordados en el cuero adornan lo que de otra manera es el habitáculo estándar de un Vanquish.
Es probable que no sea una sorpresa el hecho de que al interior le cueste estar a la altura del dramatismo exterior, con una estructura, unos acabados y unos ajustes que son manifiestamente Vanquish. A pesar de todo hay algunos detalles agradables, como la consola fibra de carbono a la vista con detalles en color oro. Con mucho cuero suave y aromático tapizando los asientos y los paneles de las puertas, el ambiente es imponente y deportivo. Justo como debería ser un Zagato. Un elemento que te garantizo te encantará es el panel central de cristal que recorre longitudinalmente el techo y se va estrechando. Recubierto con un cristal fotocromático especial, se puede oscurecer al toque de un botón, reduciendo los deslumbramientos y añadiendo definición al cielo, como si vieras el mundo a través de unas gafas de sol. Como detalle interesante, es genial.
Por supuesto, la principal razón de ser de un ‘shooting brake’ es el espacio de carga adicional. Abrir el portón es una novedad en sí misma, pero ver la larga superficie de carga extenderse ininterrumpidamente hasta el respaldo de los asientos delanteros te da una idea del espacio de maletero que te proporciona esta
disparatada máquina. Este ejemplar en particular equipa la superficie de carga en fibra de carbono brillante, una opción de unos 20.000 euros que no es precisamente compatible con las ásperas patas de un perro, el plástico duro de las ruedas de una maleta o el traqueteo de una bolsa de golf, y que menoscaba la practicidad de este Shooting Brake –al menos en comparación con un Volvo familiar–, pero si haces como el dueño de este coche y cubres la preciada superficie con una manta cuando vayas a usar el maletero, entonces el Shooting Brake recupera sus credenciales de ‘grand tourer’ con un enorme espacio de carga.
PUEDE QUE SEA UN COCHE FAMILIAR con atuendo de superhéroe, pero no debemos olvidar que el Vanquish Zagato Shooting Brake es también uno de los últimos Aston en estar propulsado por el adorado motor 5.9 litros V12 atmosférico. Por tanto, es un auténtico súper GT con la receta clásica de Aston Martin. En combinación con una caja automática ZF de ocho velocidades con levas, esta máquina de 603 CV roza los 322 km/h y despacha el 0 a 100 km/h en 3,5 segundos, siendo además muy fácil de conducir.
Desde luego la forma en que el Shooting Brake avanza es casi tan impresionante como sus cifras de prestaciones. Elige los ajustes más suaves para el motor y el chasis y puedes descubrir una comodidad y un enorme ritmo que lo definen como un coche nacido para recorrer largas distancias. Un vistazo al cuentakilómetros corrobora esta tesis, ya que marca más de 8.000 kilómetros, debido a que sus dueños, Jan y Paul Gerring, llevaron su coche a las celebraciones del centenario de Zagato en la Mille Miglia de este año, y lo han utilizado frecuentemente desde entonces. Puede tener cierto tufillo a coche especial para coleccionistas, limitado a ver sólo el interior de un garaje climatizado y bien custodiado, pero este J007 ZAG es un coche destinado a vivir la mejor de sus vidas. Desde el primer kilómetro puedo dar fe del espíritu viajero que transmite.
Cuando debutó la segunda generación del Vanquish mucho se habló de su interior, más amplio con respecto al del viejo DBS al que sustituía. Unos años después, y tras la estela del nuevo DBS, el interior ahora se siente acogedor, pero todavía con suficiente espacio para piernas y codos como para estar cómodo. Es reducido pero nunca se siente angosto y enseguida te acomodas tras el volante cuadrado, de curioso aspecto pero ergonómicamente perfecto.
Fija tu mirada a través del parabrisas, por delante del descendente capó y hacia la carretera que tienes por delante, y se te perdonaría por olvidarte de que no estás en un Vanquish normal. Esto es sólo hasta que miras por el retrovisor, momento a partir del cual el Shooting Brake te rompe los esquemas. A lo largo de los años me he sentado en algunos coches especiales, pero este tiene sin duda una de las mejores vistas desde su interior. Una visión única por la suntuosa zona de carga, avivada por el baile de reflejos sobre la fibra de carbono con acabado de espejo debido a la luz que entra por el techo de cristal.
Ha pasado ya tiempo desde el lanzamiento del Vanquish Mk2 y ahora somos testigos de la carrera armamentística que ha hecho que hoy el DBS tenga 725 CV, y aun así quede 75 CV por debajo del Ferrari 812 Superfast. No necesitas 800 CV, ni siquiera 700 CV, pero una vez has saboreado algo así te ves obligado a afrontar la absurda realidad de que un coche de 600 CV se siente algo dócil con respecto a los pesos pesados de hoy en día. La potencia es carne de titular pero en realidad es par motor lo que echas en falta en el Vanquish, al menos en comparación con las colosales reservas de fuerza –algunos dirían que hasta excesivas– del DBS biturbo. En lugar de criticar al Vanquish por esto, disfruto del hecho de tener que trabajar un poco más con el motor para exprimir
Arriba: Un estrecho panel de cristal fotocromático abarca la longitud del techo y crea una genial visión para los ocupantes. El Shooting Brake tiene una mayor distancia entre ejes, pero le siguen encantando las curvas enlazadas, y sólo hace falta soltar bruscamente el acelerador para hacer que la trasera se escape.
Es un claro recordatorio de que todavía hay mucho que apreciar y venerar de este motor, ahora extinto
sus prestaciones. No me malinterpretes. Claro que tiene la épica urgencia que sólo puede ofrecer un V12 de gran cilindrada, aunque la cosa es que necesita subir de vueltas para dar lo mejor de sí, pero de esta manera puedes disfrutar de la banda sonora y de la creciente aceleración cuando se acerca al final de cada marcha. El V12 atmosférico de Aston nunca ha tenido la rápida y gruñona patada del motor equivalente de Ferrari, sin embargo, el Shooting Brake es un claro recordatorio de que todavía hay mucho que apreciar y venerar de este motor, ahora extinto.
Donde siempre puntuó el Vanquish S frente a sus más rápidos y agresivos rivales fue en su capacidad de jugar la carta del GT con un enorme motor, pero haciendo también el papel de un convincente coche deportivo. Los Zagato han ofrecido siempre en el pasado un aumento en las prestaciones y un comportamiento dinámico más afilado, y aunque aquí no hay mejoras de potencia para estos Vanquish, no es ninguna sorpresa descubrir que al Shooting Brake le gusta que le metan caña.
Nuestra localización para la ruta y las fotografías está en la meseta de Salisbury, en el Wiltshire rural –al sur de Inglaterra–. Las carreteras no tienen fama de ser sinuosas, sino más bien lo contrario, pero el hecho de haber venido aquí durante años supone que conozco algunas curvas tranquilas y con buenas vistas que me permitirán hacerme una idea del comportamiento del Shooting Brake y, además, el fotógrafo Dean Smith tendrá un paraje interesante al que apuntar su cámara.
Antes de llegar he tenido la oportunidad de acomodarme en el coche y disfrutar de un viaje a buen ritmo. Con tanta goma en contacto con la carretera hay mucho agarre y tracción con los que trabajar, pero no tanto como para acabar con esa satisfactoria mezcla de agilidad y aplomo que tanta confianza aporta. Al Shooting Brake le encantan las curvas largas y abiertas, fluyendo entre curva y curva con un pie derecho constante y un pequeño movimiento de volante. Ponlo ante una recta y se la merienda ávidamente, rumbo al horizonte, de una manera que es propia de los grandes GT con motor V12.
Podrías esperar que esa distancia extra entre ejes del Shooting Brake fuera evidente en su forma de girar o de afrontar curvas, pero es más obvia por la satisfactoria estabilidad y por la determinación con la que pisa el asfalto. La respuesta del volante es directa y provoca cambios de dirección muy vivos, aunque su puesta a punto es lo suficientemente relajada como para que se sienta natural. Después de unos cuantos kilómetros ya te has acostumbrado completamente.
Juégatela mediante el selector de modos dinámicos del Vanquish y descubrirás una faceta totalmente diferente del Shooting Brake. Se nota en prácticamente todos los aspectos del coche –dirección, acelerador, chasis... todos con un chute de adrenalina–, pero el cambio más evidente lo sufre el sonido de escape, pasando de un potente gruñido a un feroz aullido. Curiosamente, la zona de carga vacía del Shooting Brake parece actuar como la caja de resonancia de un altavoz. Con el modo Sport activado, la banda sonora amplificada invade el habitáculo, y esto ya son palabras mayores cuando buscas la zona roja del cuentavuelvas en marchas intermedias. Es un efecto no intencionado, y que es menos intrusivo cuando no usas los modos más agresivos. No obstante, me dicen que Aston está trabajando en una solución.
En cuanto al comportamiento al límite, el Zagato realmente se lo pasa en grande cuando lo lanzas a una secuencia de curvas enlazadas. Necesitas desactivar el control de tracción para disfrutarlo al máximo, pero no necesitas recurrir a gamberras técnicas para hacer que la zaga dibuje un arco mayor que el morro. Se requiere esfuerzo para hacer que pierda tracción, pero se puede conseguir levantando el acelerador ligeramente y con rapidez para que el peso se transfiera hacia delante. Tal es la respuesta del acelerador y tal la relación entre el agarre y la fuerza bruta del coche que en el momento en que vuelves a acelerar estás girando casi tanto con el pie derecho como con las manos. Lo que es aún mejor, todo vuelve a su sitio de manera suave, y no siempre es el caso en coches grandes y con gran adherencia. Es, sin duda, uno de los vehículos más improbables para un trackday ocasional, pero merecería la pena el gasto en gasolina y en neumáticos sólo por ver la cara de los demás.
Antes de ver las primeras imágenes de este coche, la idea de un Zagato Shooting Brake me generaba todo tipo de dudas, porque seamos francos, ha habido algunos Zagato muy controvertidos y algunos ‘shooting brake’ muy desgarbados. Afortunadamente, aunque tampoco inesperadamente, Aston Martin ha dado en el clavo tanto estéticamente como a nivel dinámico.
Extravagante y extraordinario, el Vanquish Zagato Shooting Brake resulta ser también una experiencia de conducción excepcional. Una por la que Aston Martin y Zagato deberían estar orgullosos y que sirve únicamente para elevar el misticismo que rodea a los ‘shooting brake’ como especie.
Aston Martin ha dado en el clavo, tanto estéticamente como a nivel dinámico
Motor V12, 5.935 cc Potencia 603 CV a 7.000 rpm Par 630 Nm a 5.500 rpm Peso n/a 0-100 km/h 3,5 segundos Vel. máxima 322 km/h Precio 800.000 euros aprox. + Mezcla una estética de cómic con un comportamiento excelente. Caro. Fabricación en números muy limitados. Valoración evo ★★★★