NISSAN JUKE
En su nueva y segunda generación, el Juke mejora en todo a su predecesor. Pero, ¿qué ha pasado con su lado más deportivo?
SU IMAGEN ES INCONFUDIBLE. NO CABE duda de que se trata del nuevo Juke. Una primera introspección en sus adentros me revela que no hay una sola cosa en la que este Juke no mejore a su predecesor. Es mucho más espacioso, tiene materiales de mejor calidad, su maletero es un 20% más grande hasta alcanzar los 422 litros, y su diseño exterior mantiene su marcada personalidad, pero ahora resulta más musculoso y vanguardista. Además, su renovado frontal le aporta un aspecto más sofisticado y menos cómico, y se beneficia de faros de led como equipamiento de serie.
Bien es cierto que el antiguo Juke se mantuvo nueve años en el mercado sin evoluciones de envergadura, pero parece que Nissan ha ido apuntando todo lo malo que escuchaba de aquel Juke para ponerle solución en su sucesor. Mejora en todo, sí, pero ¿qué hay de sus versiones deportivas? Aquellos excéntricos Juke Nismo y Nismo RS con motor 1.6 turbo no es que fuesen ninguna maravilla dinámicamente, pero de uno u otro modo molaba un montón conducirlos, siempre y cuando nos refiramos a versiones con cambio manual. Y ya no hablemos de aquel brutal engendro, conocido como Juke-R, con motor de Nissan GT-R. Por desgracia, son cosas que no volverán.
El caso es que el renovado Juke se ha adaptado a los nuevos tiempos y, sobre todo, a un tipo de cliente para el que la potencia del motor no es algo prioritario. O, al menos, la pospone frente a aspectos como el diseño, la personalización o la conectividad. Porque el nuevo Juke tan sólo está disponible, al menos de momento, con un motor tricilíndrico 1.0 DIG-T, con 12 válvulas y turbocompresor, que proporciona 117 CV y 200 Nm a las ruedas delanteras –también desaparecen las versiones de tracción total–. Lo que sí se puede elegir es la transmisión: manual de seis velocidades, o una caja automática de doble embrague y siete marchas que por suerte nada tiene que ver con la irritante CVT que ofrecía su predecesor.
Los asientos son bastante envolventes y la palanca del cambio sigue estando en una posición algo elevada, lo cual me agrada mucho. Aunque no tanto como que, por fin, el volante pueda regularse en profundidad, gran carencia de su predecesor. Los recorridos del cambio son pétreos y no demasiado largos, y junto a la palanca puedes encontrar el selector de modos de conducción –Eco, Normal y Sport–, que en esencia apenas afectan a la respuesta del acelerador y de la dirección.
El motor suena y vibra poco para tratarse de un tricilíndrico. Tiene un buen medio régimen, lo cual permite que sea bastante práctico, pero a cambio desarrolla poca fuerza a bajas revoluciones y le falta algo de chicha en el último tramo del cuentarrevoluciones. En realidad, este motor cubre más que de sobra las exigencias del potencial comprador de un SUV urbano, pero su respuesta es demasiado sosa si lo valoramos desde el punto de vista de lo que en nos gusta. Acelera de
0 a 100 km/h en 10,4 segundos, que no es para nada una cifra trágica, pero proporciona una experiencia demasiado fácil de olvidar.
Y es una pena, porque a nivel de chasis este Juke sí tiene el picante que le falta a la mecánica. Se nota ligero, es ágil, su suspensión es durita y su
dirección es bastante precisa. Con todo, resulta más entretenido de conducir que la mayoría de sus competidores, aunque el motor no acompañe. Lo que sientes tras algunos kilómetros de tramo de curvas es que este coche brillaría mucho más si bajo el capó tuviese algo más poderoso. Por otra parte, no es un prodigio de confort, pero sí es mucho más cómodo que su predecesor, con una amortiguación menos seca y rebotona, aunque conserva el eje de torsión en la parte trasera.
Sin embargo, para las prioridades de un tipo que se interese en este coche, el Juke tiene mucho que ofrecer. Por ejemplo, dispone de un sistema de conexión remota para smartphone a partir de la cual puedes localizar el vehículo, introducir una dirección en el navegador antes de montarte en el coche... y, además, es de serie en cuatro de los seis acabados disponibles*. El sistema ProPilot es otra de las cosas que llamarán la atención de su comprador potencial, aunque es justo decir que, aunque ese nombre sugiere que se trata de un sistema de conducción autónoma, en realidad lo que hace es combinar el control de velocidad activo con el control de mantenimiento de carril, es decir, nada que sea especialmente novedoso.
En definitiva, este nuevo Juke es muy buen producto valorándolo desde el punto de vista de lo que es: una herramienta, estilosa y ahorradora, para desplazarte de uno a otro punto sin esperar emociones deportivas al volante. Pero no podemos obviar que su afilado chasis sugiere lo prometedora que sería una versión Nismo. No va a existir, aunque al menos sí parece bastante probable que, muy pronto, Nissan dote al nuevo Juke del motor 1.3 DIG-T del que sí dispone el Qashqai. Y, entonces, será mucho más de nuestro agrado.
Motor 3 cil. en línea, 999 cc, turbo
Transmisión Manual de seis velocidades Tracción Delantera
Potencia 117 CV a 5.250 rpm
Par 200 Nm de 1.750 a 3.750 rpm
Peso 1.182 kg (10,10 kg/CV)
0-100 km/h 10,4 segundos
Vel. máxima 180 km/h
Precio (desde) 19.900 euros
+ Es uno de los SUV urbanos más entretenidos de conducir. - Su buen chasis se merece mecánicas más poderosas. Valoración evo ★★★ *Uno de ellos es el acabado Premiere Edition, del que sólo se venderán 60 unidades en España a un precio de 28.850 euros y que incluye todo el equipamiento posible, incluyendo la transmisión automática DCT7.