VW GOLF 1.5 eTSI
La octava generación del Golf ya está aquí. Nueva imagen, mucha tecnología... ¿y algo más?
YA ES COMO UNA TRADICIóN. Cada siete u ocho años, Volkswagen presenta una nueva generación del Golf. Durante varias semanas se convierte en el gran protagonista en los medios; no es para menos, porque se trata del compacto por excelencia, con una historia que ya alcanza los 46 años.
No vamos a negar que en algunas ocasiones se le ha dado más bombo del merecido – y no ha sucedido una sola vez–, de modo que he preferido mantener el escepticismo hasta que he tenido la oportunidad de probarlo.
Sobre el papel, daba la impresión de que estábamos más ante un profundo restyling del Golf 7 que ante una nueva generación. No en vano, mantiene el chasis – la plataforma modular MQB–, sus proporciones son similares – con 4,28 metros, sigue estando entre los más cortos del segmento–, e incluso la mayoría de motores son comunes.
No obstante, hay un punto que marca una gran diferencia. Volkswagen ha echado el resto en el habitáculo, creando un entorno totalmente digitalizado que le sitúa como la nueva referencia entre los compactos. Desde la entrada a la gama – sin denominación, simplemente Golf– equipa de serie un cuadro de mandos digital con pantalla de 10”, que va acompañada de una central de 8,25” en la terminación básica, y o por otra también de 10” a partir del segundo acabado, Life.
A pesar de ello, el aspecto más llamativo del interior es el minimalismo, al menos en lo que a cantidad de botones se refiere. El acceso a algunas de las funciones más importantes –asistentes a la conducción, climatización...– se realiza mediante unos botones tác
Bajo una apariencia diferente, el Golf 8 esconde la misma plataforma que su antecesor
tiles situados en la parte central del salpicadero, y en las versiones automáticas hay un pequeño selector electrónico al que, francamente, no acabamos de encontrar la ventaja respecto a una palanca tradicional, aparte de dejar espacio para un hueco poco utilizable.
En cualquier caso, el aspecto general es mucho menos sobrio que en anteriores generaciones; de hecho, seguramente sea uno de los más originales entre los compactos actuales. A ello hay que unirle una calidad percibida muy buena, algo que se espera de un Golf, y una situación bastante lógica de todos los mandos. Cabe destacar que, para regular la temperatura, Volkswagen ha optado por unos mandos táctiles ubicados en la base de la pantalla central que, al contrario de lo que pensábamos al verlos por primera vez, funcionan con bastante precisión.
Toda esta amalgama tecnológica – que, afortunadamente, no resulta compleja ni complica la vida– provoca que el puesto de conducción del Golf 8 no se parezca en nada al de su antecesor, mucho más analógico en todos los sentidos. Sin embargo, en movimiento las cosas se igualan bastante, más incluso de lo esperado. Las sensaciones son muy parecidas: el Golf 8 es confortable de suspensión, tiene una estabilidad lineal soberbia y, en general, su conducción resulta extremadamente sencilla; es decir, lo habitual en las últimas generaciones del compacto alemán. Pero el hecho de ser un Golf y, además, el modelo más reciente del segmento, implica que ha de destacar en algo; y en esta ocasión se trata de la suspensión, algo que te explicamos en la sección de Técnica.
En lo que respecta a la gama de motores, va a haber mucho donde elegir, si bien hasta pasado el
ecuador de 2020 no se completará. Encontramos viejos conocidos, como el 1.5 TSI de 150 CV con desactivación de cilindros –ACT–, así como su versión sin este último sistema y 130 CV. Ambos van a estar disponibles tanto con cambio manual como automático DSG de siete velocidades, si bien esta última combinación viene de regalo con un sistema de hibridación ligera que, entre otras ventajas, otorga al Golf 1.5 eTSI – esta es su denominación comercial– la etiqueta ECO.
Obviamente, el objetivo es la reducción del consumo – la marca dice que lo reduce hasta un 10%, pero de momento no hay datos oficiales–, aunque también resulta de notable ayuda a la hora de arrancar desde parado, tal y como hemos podido comprobar en la toma de contacto. El eTSI sale con más energía que su antecesor, e incluso la diferencia es apreciable respecto a este mismo motor con la caja manual de seis velocidades. De hecho, el único pero que se le puede poner, o al menos así suponemos que será, es que tendrá un notable sobrecoste respecto al manual, probablemente de unos 2.000 e.
Sea como fuere, el bloque 1.5 de 150 CV sigue siendo uno de los mejores motores de este entorno de potencia. Basta con echar un vistazo a las prestaciones para ver que supera a la mayoría de sus rivales directos, e incluso a los de mayor potencia. Además, el consumo sigue siendo tan ajustado como en el Golf saliente: durante la prueba, que ha discurrido mayoritariamente por carreteras secundarias y en la que no hemos estado pendientes de gastar poco, ha estado siempre por debajo de los 7 L/ 100 km. La cifra oficial del eTSI aún no estaba disponible al cierre de esta edición, aunque sí la del manual, que con el acabado intermedio Life y llantas de 17” se queda en unos escuetos 4,8 litros cada 100 km.
En general, el resultado de esta combinación roza el sobresaliente, una nota que no alcanza porque la insonorización del habitáculo es peor que en el Golf saliente. Da la impresión de que la cantidad – o la calidad– de material insonorizante es menor que en el anterior modelo, porque se aprecia con bastante claridad el ruido del motor, el de rodadura y el aerodinámico. No es un caso aislado, pues la impresión ha sido la misma en las cuatro unidades que hemos tenido la oportunidad de probar.
En cuanto al resto de mecánicas, son también muy satisfactorias desde el punto de vista de la relación entre prestaciones y consumo; quizá el más decepcionante es el 2.0 TDI DSG de 150 CV, cuya capacidad de empuje resulta un tanto pobre respecto al eTSI de idéntica potencia.
Llegados a este punto, la pregunta es inevitable: ¿es el Golf 8 el mejor compacto del mercado? La respuesta es que sigue siendo bueno en todo, aunque sin conocer los precios definitivos es complicado emitir un juicio en firme. No obstante, su principal problema radica en que sus rivales han progresado muchísimo en los últimos años; de este modo, tenemos modelos como el Ford Focus, excelente desde el punto de vista dinámico, y el Mazda 3, cuya calidad de terminación está al nivel del segmento premium. Desde luego, el Golf no lo va a tener fácil.
Todas la mecánicas son satisfactorias por relación entre prestaciones y consumo