PORSCHE 911 (996)
En la actualidad, comprar un 996 está al alcance de muchos. Tener un 911 es un sueño para la mayoría de seguidores de la marca pero, si no quieres que se convierta en una pesadilla, es importante que sepas algunas cosas.
A MEDIADOS DE LOS AÑOS 90,
agotándose ya la vida comercial del 968 y de la generación 993 del 911, la situación económica de Porsche era insostenible, así que la marca alemana decidió crear un sustituto para ambos modelos de manera simultánea, compartiendo así la fase de desarrollo y, por tanto, reduciendo los costes de producción. Porsche necesitaba un superventas para subsistir. Sí o sí. Un automóvil más barato y sencillo, un producto que se pudiera plantear un público con un poder adquisitivo algo menor.
De esta forma surge el primer Boxster de 1996, conocido con el código 986. Y este modelo guarda una estrecha relación con el 911 996, tanto en lo estético como en lo mecánico –el Boxster 986 era prácticamente idéntico al 911 996 desde la parte delantera hasta el pilar A–.
El 996 ahora se ve como un deportivo puro y complaciente al volante, pero que estéticamente envejeció rápido. Y, siendo sinceros, su reputación en cuanto a fiabilidad mecánica no es la ideal. Sin embargo, investiga un poco y te darás cuenta de que el 996 no es el más susceptible a averías entre los 911 de refrigeración líquida, aunque todas tienen su origen en la serie de motores M96 que estrenaron él y el Boxster 986. Van desde relativamente inofensivas fugas de aceite por el retén del cigüeñal –RMS–, hasta el potencialmente mucho más dañino problema del rodamiento IMS del árbol intermedio del motor, donde se sujetan las cadenas que transmiten el movimiento a las culatas. La degradación del IMS deposita virutas en el interior del motor con resultados terminales para él –ver puntos a revisar–.
Con todo, pocos rivales del 996 acaban acumulando el nivel de kilometraje medio de este modelo, lo cual dice mucho de su robustez una vez subsanados sus defectos. Por tanto, con el 996 puedes tomártelo de dos formas: o echarte las manos a la cabeza y descartarlo, o buscar una buena unidad, hacerle el mantenimiento preventivo si no lo tiene hecho ya, y disfrutar de uno de los mejores coches que jamás hemos probado en .
Lo fantástico del 996 es su pragmatismo germánico. Es un modelo previo a la era de los asistentes de conducción, ligero, compacto y enfocado casi por completo a proporcionar una gran experiencia de conducción. Aunque creció en tamaño respecto al 993, permanece el salpicadero poco voluminoso, el parabrisas relativamente vertical y la angosta anchura que tradicionalmente forma parte de los 911, hasta que se diluyó con el 991. En la práctica es un coche más o menos moderno, con toda la usabilidad y refinamiento que eso implica.