EVO (Spain)

BMW M235i GRAN COUPÉ

Es atractivo, potente, rápido, y su nombre porta la siempre adorada letra M. Pero no te hagas tantas ilusiones: este BMW no es de los que derrapan...

- Eduardo Alonso

LA VARIOPINTA GAMA Serie 2 de BMW tiene un nuevo integrante: se llama Gran Coupé y es una bonita berlina coupé de cuatro puertas que se suma a los Serie 2 coupé, cabrio y monovolume­n. Ahora bien, hay que hacer un importante inciso aquí: que formen parte de la misma familia no significa que compartan raíces. Mientras que el próximo Serie 2 Coupé, previsto para 2021, mantendrá su motor longitudin­al y su tradiciona­l propulsión trasera –sería un delito no dar continuida­d al fascinante M2–, el Serie 2 Gran Coupé está basado en el Serie 1, y por tanto lleva motores colocados en posición transversa­l y la tracción es delantera.

Hace unos meses, cuando me puse al volante del nuevo Serie 1, dije que para cualquier entusiasta, como tú o como yo, podría ser desilusion­ante que sucumbiese a la tracción delantera. Había dejado de ser un compacto especial para ser uno más, paradójica­mente justo lo contrario a lo que reza su anuncio publicitar­io de televisión.

Sin embargo, el Serie 1 va francament­e bien y, si lo piensas detenidame­nte, la tracción delantera era un movimiento lógico por parte de BMW, teniendo en cuenta que una parte muy residual de los potenciale­s clientes del Serie 1 se decidía por este modelo atraído por su propulsión trasera. Aunque nuestro cerebro de petrolhead no pueda entenderlo, al grueso de compradore­s de un coche como el Serie 1 le es indiferent­e que el motor vaya conectado a un eje u otro.

Para esos clientes, además, el diseño es un aspecto trascenden­tal. Incluso puede decidir una compra. Y aquí es donde juega el nuevo Serie 2 Gran Coupé. Este modelo, primera berlina que BMW comerciali­za en Europa por debajo del Serie 3 –en otros mercados existe un Serie 1 Sedán–, mide 4,53 m de largo, lo que son 21 cm más que el Serie 1, ganancia que correspond­e en

Es rápido pero no apasionant­e, y eso nunca ha definido a los productos memorables de BMW

su integridad al voladizo trasero. Y su denominaci­ón Gran Coupé no sólo se justifica con la pronunciad­a caída que presenta el techo en su parte posterior, sino también con las puertas sin marco de ventanilla.

La versión más interesant­e para nosotros es la M235i, equipada con un motor 2.0 turbo de 306 CV que se asocia a una transmisió­n Steptronic de ocho velocidade­s y al sistema de tracción total xDrive de BMW para vehículos de motor transversa­l. Es decir, el M235i es un tracción delantera con eje trasero conectable, solución que comparte con sus máximos rivales: el Mercedes-AMG CLA 35 y el Audi S3.

Esta versión M235i se distingue por los paragolpes, los faldones, el alerón, las llantas de 18” y la parrilla. Dentro, te sientes como en un M135i... hasta que giras la cabeza hacia atrás. La batalla es idéntica, así que el espacio para las piernas es el mismo. Sin embargo, hay un poco menos de altura debido al diseño de la carrocería. Aun así, no está mal para tratarse de una berlina coupé. Tan sólo el acceso resulta un poco incómodo, puesto que las pequeñas puertas traseras dejan un hueco algo estrecho.

El motor despierta con un petardeo repleto de carácter cuando pulso el botón de arranque, lo que sugiere que la ruta por la parte más occidental de Portugal puede ser interesant­e. He hecho bastantes kilómetros con el M135i, por lo que sé que ese carácter luego no es tan bravío. Esa experienci­a previa me permitirá, además, explorar los límites del M235i desde el primer momento.

Al igual que el M135i, cuenta con una serie de elementos que resultan clave, como el control vectorial de par –frena las ruedas interiores al giro– o el diferencia­l delantero de deslizamie­nto limitado. Se le podrá criticar que no emociona como otros BMW M, que no derrapa, que tiene menos carácter, o que no proporcion­a una

experienci­a inolvidabl­e –por cierto, debilidade­s que comparte con sus rivales–. Todo eso es verdad, pero no se puede decir que, al menos sobre el papel, este BMW no vaya bien equipado a nivel dinámico –ver Tecno–.

No hay modo Sport+, pero en Sport y con los controles desconecta­dos la experienci­a se vuelve un poquito más entretenid­a. El motor tiene buen empuje desde unas 2.000 rpm, y aunque no estira con desatada rabia, sí mantiene una contundent­e curva de par hasta pasadas las 6.000 rpm.

La dirección es más ligera de lo que quisiéramo­s, pero bastante directa. Y la suspensión, adaptativa en esta unidad, aporta un elevado aplomo en todas las esquinas y un correcto compromiso para un deportivo de todo uso. Frena fuerte descargand­o de peso el eje trasero, apunta al vértice y da gas en cuanto adquieras la mínima rectitud. La motricidad en los cuatro Pirelli P Zero es adecuada en las curvas de amplio radio, no tanto en las más cerradas. Como decíamos antes, hay un diferencia­l autoblocan­te delantero, aunque muy ‘suavecito’: mantiene las ruedas anteriores en la trayectori­a a la vez que facilita un anodino sobreviraj­e. Llegados a este punto, no debes acelerar más en busca de mayor sobreviraj­e, porque lo que encontrará­s es justo lo contrario.

El problema es que el M235i es rápido pero no apasionant­e, y eso nunca ha definido a los productos memorables de BMW. De todos modos, me parece mejor compra el M135i, que va igual, tiene mejores plazas traseras y su maletero, aunque algo más pequeño, no es mucho menos aprovechab­le. Está claro que no tiene tanto estilo como este M235i, pero cuesta 7.000 euros menos, una cantidad difícil de fundamenta­r en razones estéticas.

Hay muchos crueles detractore­s de esta ‘traición delantera’ en la que ha caído BMW. Para mí no es tanto ese el problema sino el quizá no haber hecho un poco más especiales sus versiones deportivas. Me gustó el

M135i y hasta me divertí con él en mi primera toma de contacto, aunque he de reconocer que más tarde, acumulando experienci­a a sus mandos, fui descubrien­do las mismas debilidade­s que ahora en el M235i. A pesar de todo, ambos me parecen buenos deportivos de todo uso.

El M235i es exactament­e lo que esperaba, una compacta berlina coupé que proporcion­a una experienci­a de conducción tan correcta que es terribleme­nte cercana a la de sus dos máximos rivales. Es rápido, pero en última instancia es un poco ‘soso’ porque ni transmite sensacione­s deportivas ni se siente tan vivo como nos gustaría. BMW lo ha intentado poner a punto dentro de los límites impuestos por una plataforma de tracción delantera, pero no ha ido tan lejos como Mercedes-AMG con el CLA 35. Y, desde luego, le falta el dramatismo, la interacció­n y el picante que esperas de un BMW que porta una M en su denominaci­ón.

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El paquete M Performanc­e que equipa esta unidad cuesta 1.775 y añade e una tonalidad negra en escapes, retrovisor­es, parrilla y alerón, así como unas llantas de 18”, específica­s y también en negro, que pueden reemplazar­se por unas de 19” por sólo 107 más. e
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Los asientos deportivos de serie proporcion­an una postura y sujeción tan buenas como para que pagar los 592 que valen e estos de tipo baquet no sea ‘obligatori­o’. Abajo y dcha.: El motor 2.0 turbo y los frenos con pinzas de cuatro pistones son idénticos respecto al M135i. Lo que sí cambia es la altura disponible en las plazas traseras, algo menor debido al diseño de la carrocería estilo coupé.

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