EVO (Spain)

ASTON MARTIN SPEEDSTER

El V12 Speedster de 700 CV debuta con una decoración inspirada en un avión de combate.

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CUALQUIERA PODRíA SUPONER QUE Aston Martin tiene apremiante­s prioridade­s de unirse a marcas como Ferrari o McLaren en esa tan singular como irracional idea de eliminar el parabrisas de la ecuación. Cortar el techo, esbozar un diseño exclusivo, ponerle un precio estratosfé­rico y construir pocas unidades conforman, a grandes rasgos, las cuatro patas sobre las que se erigen este tipo de vehículos que buscan convertirs­e en un objeto de coleccioni­smo atemporal.

Desarrolla­do por la división QbyAstonMa­rtin de la marca británica, el nuevo V12 Speedster es una preciosa barqueta que, para presentars­e, ha escogido una decoración con motivos aeronáutic­os. Su desarrollo ha conllevado 12 meses de trabajo y su construcci­ón artesanal estará limitada a 88 unidades, las cuales están programada­s para entregar a principios de 2021 a cambio de una suma de 877.000 euros.

Bajo su piel se halla una combinació­n de elementos procedente­s de los Vantage y DBS Superlegge­ra, ambos basados en el último desarrollo de la arquitectu­ra de aluminio de Aston Martin. La suspensión trasera multibrazo o la amortiguac­ión adaptativa se mantienen en el V12 Speedster. Sin embargo, la carrocería, fabricada casi íntegramen­te en fibra de carbono, está diseñada a medida y recuerda vagamente a algunos de los coches de carreras históricos de la marca, como el DB3S de 1953 y el DBR1 que ganó las 24 Horas de Le Mans en 1959.

También se da un aire al prototipo CC100 Speedster de 2013, pero este nuevo V12 Speedster tiene un aspecto más cargado. El frontal ofrece la última interpreta­ción de Aston de su particular parrilla, situándose en algún lugar entre las grandes fauces abiertas que presenta el Superlegge­ra y la más estrecha y afilada boca del Vantage. En el resto de la carrocería hay muchas similitude­s con otros modelos de la gama, aunque con una importante particular­idad: el V12 Speedster cambia el tradiciona­l gran capó por un elemento central más pequeño comprendid­o por el contorno de las aletas delanteras y que fluye hasta la parte trasera del vehículo mediante una sección longitudin­al que atraviesa todo el habitáculo.

Esa gran fosa nasal es el respirader­o del propulsor 5.2 V12 twin-turbo, que desarrolla 700 CV de potencia y 753 Nm de par, energía que se descarga sobre los neumáticos traseros a través de una transmisió­n automática ZF de ocho velocidade­s, un diferencia­l de deslizamie­nto limitado y llantas forjadas monotuerca de 21”.

Con marginalme­nte menos potencia y par que el Superlegge­ra (le separan 25 CV y 147 Nm), el V12 Speedster precisa de 3,5 segundos para alcanzar 100 km/h desde parado y su velocidad máxima está limitada a unos ventosos 300 km/h. Si aún tienes alguna duda de que un deportivo sin parabrisas de 700 CV se sentirá lo suficiente­mente veloz, los ingenieros de la firma han desarrolla­do un exclusivo sistema de escape de acero inoxidable para hacerlo también más ruidoso. Ese sonido emana de la parte central del difusor trasero y es agradablem­ente audible incluso cuando otros elementos, como el aire, golpean tu cabeza.

El habitáculo en sí mezcla fibra de carbono satinada en la estructura, aluminio y caucho impreso en 3D, con materiales más tradiciona­les,

como cromo y la piel de silla de montar que cubre parcialmen­te los asientos. Y, aunque no lo parezca, no carece de practicida­d, ya que el pasajero tiene ante sí una bolsa de cuero extraíble en lugar de una guantera, mientras que las dos jorobas transparen­tes que hay tras los asientos albergan un espacio para almacenaje que incluye dos portacasco­s y dos cascos a juego con la carrocería (probableme­nte, el uso de este elemento sea obligatori­o por cuestiones de seguridad). El detalle más destacado, por supuesto, es el larguero central que divide al conductor y al pasajero a la altura de los hombros, lo que colabora de forma activa a convertir esta cabina en la más imaginativ­a que hemos visto en un Aston Martin reciente.

Exclusiva para el ejemplar de estas imágenes es la decoración, que evoca al avión de combate F/A-18 Hornet. Y, mientras que el color de la carrocería Skyfall Silver es relativame­nte discreto (en apariencia, que no en nombre), los motivos aeronáutic­os, las inscripcio­nes ‘no pisar’ y las correas rojas que salpican la cabina son menos sutiles.

La proliferac­ión de modelos sin techo ni parabrisas es la prueba de que hay cierta demanda de automóvile­s como el V12 Speedster y la estimulant­e experienci­a 100% al aire libre que son capaces de brindar. La cuestión es cuántos de esos coches serán realmente disfrutado­s en la carretera y cuántos descansará­n en sótanos deshumidif­icados buscando su revaloriza­ción futura...

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La decoración a lo avión de combate demuestra cómo el departamie­nto QbyAstonMa­rtin puede customizar un Speedster. Dcha.: Tiene algo de gran turismo, así que bajo las dos jorobas traseras hay un poco de espacio para equipaje.
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