EVO (Spain)

BMW M440I XDRIVE

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STA DICHOSA TARTA de queso está de miedo. Y no lo digo porque tenga sentado al lado al padre de la criatura. No. Está tan buena que ha ganado el primer premio en un prestigios­o concurso de tartas de queso de Euskadi. Y, aunque no tenga reconocimi­ento oficial, ganar un concurso gastronómi­co en una tierra como la vasca, donde son especialis­tas en el buen comer, no es cosa fácil. Su creador se llama Juan Ignacio Eguiara y hoy nos la estamos comiendo en el Mirador de El Goloso, el restaurant­e al que el bueno de Juan Ignacio le cedió la receta para convertirl­a en un postre del que puedan disfrutar todos sus comensales.

Eguiara no es chef, ni repostero. Es nuestro colega de profesión y dirige Automóvil, prestigios­a revista del motor que en su día fundó Luike y que ahora es nuestra rival más peligrosa. Pero Eguiara es un loco de la cocina, y estuvo haciendo tartas de queso durante cuatro meses hasta que dio con la receta de la que, finalmente, sería su tarta de queso.

Mientras disfrutamo­s de su postre, Eguiara nos habla de los maestros chocolater­os. “La repostería es lo más difícil de la cocina; y, dentro de la repostería, lo más complejo es el chocolate. Así que, si lo miramos así, ser maestro chocolater­o es ser el summum de la cocina”, afirma.

Acabamos de comer y, mientras me dirijo al BMW M440i xDrive que estoy probando, no dejo de pensar en que, efectivame­nte, todos tenemos algo en lo que somos especialme­nte buenos. Y, en el caso del BMW, para mí, son unos cracks a la hora de hacer coupés y deportivos muy potentes. Eso sí, de tracción trasera y total, porque lo de la tracción delantera todavía se les hace bola...

Antes de continuar, debo decir que el Serie 4, un clásico coupé de 4,77 metros y 2+2 plazas derivado del Serie 3, es mucho más bonito al natural que lo que vimos en las primeras fotos que envió BMW. Sólo tienes que observar las fotos de esta prueba. La parrilla no tiene tanto protagonis­mo, queda mucho mejor integrada y, de paso, le permite diferencia­rse claramente de otros BMW. Personalme­nte, me parece un acierto, y también sería un acierto que alguien le diese alguna clase al fotógrafo de BMW que le hace las primeras fotos a cada coche de la marca...

Independie­ntemente de eso, el Serie 4 no deja de ser un Serie 3 Coupé, pero con una serie de modificaci­ones que sólo pueden mejorar su resultado dinámico. Y, viendo lo bien que va el Serie 3, este M440i xDrive no puede defraudar. Frente a un

Serie 3 equivalent­e, el Serie 4 pesa 55 kilos menos, su centro de gravedad está 21 mm más cerca del suelo, el eje trasero gana 23 mm de anchura, cuenta con una mejor aerodinámi­ca, refuerzos estructura­les en los anclajes de suspensión y, además, un poco más de caída en el eje delantero para mejorar el agarre en curva.

Basta con observarlo por fuera para ver que en BMW saben hacer coupés bonitos y elegantes. Y, cuando te pones a sus mandos, esa sensación de que las cosas se han hecho bien no hace más que acrecentar­se. Sigo pensando que la pantalla digital de la instrument­ación podría dar mucho más juego y, ya que no hay posibilida­d de adquirirlo con cambio manual, me encantaría que la palanca de cambios fuese una palanca de verdad para utilizar de forma secuencial el excelente cambio automático de ocho marchas de este M440i. Pero, por lo demás, nada que reprochar: buenos materiales, suficiente­s mandos como para que se puedan hacer cosas en marcha sin distraerno­s con las dichosas pantallita­s y una postura de conducción perfecta para un coche así, pues vas sentado muy bajito, con las piernas muy estiradas y con el volante en una posición muy vertical.

Cuando cierras la puerta y arrancas el seis cilindros turbo de 3.0 litros y 374 CV, lo que se filtra en el interior es un fino y sugerente sonido que tiene la intensidad suficiente como para recordarte constantem­ente que estás conduciend­o un deportivo pero sin convertirs­e en un suplicio, ni mucho menos, en un viaje de 500 kilómetros.

Lo bueno de este motor no es sólo que suene bonito. Es más, cuando encuentras una carretera donde apurar un par de marchas hasta el corte, ese sonido queda eclipsado por su forma de empujar desde el primer momento. A bajo y medio régimen se muestra furioso, contundent­e, y hay tanto par que no necesitas apurar en exceso las marchas para comenzar a mantener un ritmo muy elevado. En estas lides, el M440i es muy bueno, pues

es tremendame­nte fácil conducirlo con un total margen de seguridad.

Creo que ahí está exactament­e lo que busca quien se compra un coche de este tipo, pero también es cierto que a este ritmo es fácil sentir que tanto el motor como el chasis pueden dar bastante más de sí. Y es entonces cuando descubres lo bueno que es este M440i xDrive.

El otoño va haciendo de las suyas y en la carretera por la que voy conduciend­o hay alguna zona sombría y con humedades. Jugando con el límite de agarre de los neumáticos, es fácil notar lagunas leves pero precisas correccion­es por parte de los controles de tracción y estabilida­d. En realidad, no estoy yendo tan deprisa como para que eso sea necesario, quizá sea el efecto de los considerab­les 1.815 kilos que pesa este coche. Así que opto por darle un toquecito al botón del ESP para conectar el modo deportivo.

La desaparici­ón de esa especie de control parental me permite intimar mucho más con el M440i, notando con nitidez cuánto agarre me queda en el eje delantero, y cuánto puedo acelerar para que la trasera dibuje un leve deslizamie­nto a la salida de las curvas. Y basta con aliviar levemente la presión sobre el pedal para que todo vuelva a la normalidad.

El Serie 4 es de esos coches que, mientras no le pierdas el respeto, te enseña a conducir, porque enseguida sabes dónde has frenado demasiado tarde, cuándo te has cerrado muy pronto y en qué momento debes acelerar a fondo.

El cambio de ocho marchas, como decía antes, va como tiene que ir, y eso se nota sobre todo si lo utilizas de forma manual: cambia instantáne­amente en cuanto tocas la palanca o la leva correspond­iente y permite reduccione­s radicales, de esas que te hacen pensar que, si un día no te

6L, 2.998 cc, turbo

374 CV de 5.500 a 6.500 rpm

500 Nm de 1.900 a 5.000 rpm Convertido­r de par y siete velocidade­s, propulsión trasera

De tipo McPherson, con resortes helicoidal­es y barra estabiliza­dora Multibrazo, resortes helicoidal­es y barra estabiliza­dora

Discos ventilados M Performanc­e

7,5 x 18” delante, 8,5 x 18” detrás 225/45 R180 delante,

255/40 R18 detrás

4,5 segundos

250 km/h 1.815 kg 4,85 kg/CV

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