CUPRA FORMENTOR
El esperado Formentor es el primer Cupra concebido desde cero como tal, pero no es especial sólo por ese motivo. Veamos qué propone en su versión VZ de 310 CV.
EL PRIMOGéNITO. Aunque el Formentor no sea el primer producto que comercializa Cupra (se le adelantó el Ateca y coincidió en el tiempo con el León), sí que es el primer automóvil engendrado específicamente como un Cupra, es decir, sin homónimo en Seat. Sin embargo, ser el primer modelo 100 % Cupra no es lo único que hace especial al Formentor.
Hoy vamos a probar la versión deportiva de 310 CV, que por cierto estrena el apellido VZ, nueva designación para los Cupra más deportivos. Pero, en realidad, la estrategia de Cupra con el Formentor es marcar el nuevo rumbo de la empresa: posicionarse a medio camino entre los fabricantes generalistas y los premium. Eso pasa por ampliar su público objetivo y, para lograrlo, sin abandonar su faceta deportiva, Cupra reforzará ahora otras dos vertientes: el diseño y la electrificación.
Y la consecuencia es que la gama del Formentor no se reducirá al VZ, sino que contará con motores ‘populares’, como los gasolina y diésel de 150 CV. Además, la familia se complementará con los híbridos enchufables de 204 y 245 CV. Tan convencidos están en Cupra, que sus planes pasan porque el 50 % de sus ventas en 2021 correspondan al Formentor, y que ese porcentaje alcance el 80 % en algún momento.
Comercialmente tiene todo el sentido del mundo, pues estoy seguro de que muchísima gente se quedará prendada del diseño del Formentor, pero ni necesitará los 310 CV del VZ ni podrá gastarse los 44.920 que vale.
Dicho esto, centrémonos en el VZ, que es el verdaderamente seductor para nosotros. Mi sensación es un poco extraña de camino al evento en el que voy a probar el Formentor. Es un coche al que tengo muchas ganas, pero al mismo tiempo me suscita poca expectación. En cierto modo es como si te pones a ver una película que sabes cómo va a acabar.
Esto es así porque, si tomamos la referencia del Cupra Ateca, modelo que nos sigue dejando atónitos cada vez que lo conducimos, y la ‘mezclamos’ con la plataforma y el interior del nuevo Seat León, casi creo que podría adelantar cuáles van a ser mis sensaciones al bajarme del Formentor.
Sensaciones muy buenas, por otra parte. De hecho, para mí el Cupra Ateca es uno de los poquísimos SUV que merece el calificativo de deportivo (y no de ‘deportivo’ entre comillas, que es el que le corresponde a tantos y tantos SUV cuya agresividad estética no se corresponde con la forma en la que se desenvuelven en la carretera).
No suelo ahondar demasiado en el diseño de un coche, pues creo que
es algo muy subjetivo. Pero con el Formentor no lo puedo evitar. Han dado en la diana con los cánones estéticos de hoy en día. Esto es lo que mucha gente pide: un SUV musculado pero no voluminoso, no muy alto, con rasgos afilados, de gran personalidad estética y con cierto ‘rollo’ coupé. Y, rematado con la pintura mate de esta unidad (2.226 es a mi juicio uno de los coches más bonitos del último año.
Dentro sí que no hay novedad alguna, ya que el habitáculo procede casi íntegramente del León. No me gusta que se hayan complicado la vida integrando los mandos de climatización en la pantalla táctil, ni que existan menús algo difíciles de encontrar, aunque al menos muchas funcionalidades se pueden accionar mediante comandos de voz. Hasta los botones de las luces o de la luneta térmica son innecesariamente táctiles, por lo que no puedes accionarlos al tacto. El consuelo es que todo eso no es óbice para que su calidad de acabados esté más cerca de lo premium que de lo generalista.
Esos detalles que no me gustan se me olvidan en cuanto logro enlazar tres o cuatro curvas sin tráfico. Si el Cupra Ateca es bueno en conducción deportiva, el Formentor VZ es aún mejor. Ejecuta cada orden con idéntica destreza, pero lo hace desde 9 cm más abajo (el Formentor mide 151 cm de alto). El más bajo centro de gravedad que ello conlleva acentúa su deportividad y precisión.
Del motor poco puedo añadir a lo que ya se ha dicho tantas veces. Entre los de cuatro cilindros y turbo es uno de los más impetuosos, viscerales, rotundos y convincentes en su puesta en escena. Empuja con decisión desde unas 2.000 rpm y a 5.000 rpm tiene un último tramo de 1.500 rpm que resulta especialmente efectivo. Se coordina tan bien con la transmisión DSG que puede que prescindas de utilizar las levas incluso si eres un incondicional de cambiar de marcha. En colaboración con la motricidad que aporta la tracción total 4Drive (el resto de modelos de la gama serán de tracción delantera), acelera de
0 a 100 km/h en sólo 4,9 segundos.
Y lo mejor de todo es que esa velocidad es palpable para tus sentidos, algo fundamental en un coche que pretende que disfrutes conduciéndolo. Especialmente en el modo de conducción Cupra, el Formentor VZ transmite la tensión y rigidez que demandas cuando conduces un deportivo llevándolo a su límite, sobre todo si lo valoras desde el punto de vista de que, a fin de cuentas, es un SUV.
Probablemente, no muchos conductores que busquen las sensaciones que te puede proporcionar el Formentor VZ se comprarían un SUV, pero la maestría con la que este coche liquida la carretera es inaudita en su segmento. Y lo es porque al Formentor VZ puedes tratarlo como a un Cupra León esperando casi idéntico resultado. Llega a la curva a toda velocidad, patea el freno, mira al vértice, apunta con el volante y aplasta el acelerador. Cuando quieras darte cuenta, estarás ya abordando la siguiente curva.
Realmente, encuentro poco que reprochar en marcha, salvo la poca
sensibilidad de la dirección, algo común en la mayoría de deportivos modernos. Al menos, sí que es muy directa y precisa. Donde sí hay muy buen tacto es en los resistentes frenos Brembo, que son opcionales (2.507 e). No sé cómo irán los normales, pero estos parecen merecer la pena. En general es un coche sorprendentemente ágil, que produce inercias bastante controladas y que mantiene un notable aplomo incluso forzándolo. Ahí la suspensión adaptativa DCC tiene mucho que ver, al igual que la tracción total 4Drive, pues aun basándose en un sistema de eje trasero conectable, a la salida de las curvas muestra una eficacia determinante y evita casi cualquier pérdida de motricidad en las ruedas delanteras.
He de decir que el Formentor VZ me ha gustado mucho. Corre, frena, se agarra, es muy bonito e, incluso, por 44.920 es barato si tenemos en cuenta su equipamiento de serie (lleva prácticamente todo lo posible) y su competencia, pues un Mercedes-AMG GLA 35 cuesta 63.900 y un BMW X2 e M35i sale por 58.600 e.
Por otra parte, me quedan claras dos cosas: una es que, a la vista del resultado estético, Cupra se puede hinchar a vender Formentor de 150 CV por debajo de 30.000 euros. La otra es que el chasis del coche es tan bueno que una versión que se sitúe por encima del VZ concentraría definitivamente mi atención. Con suerte lo veremos, pues la marca ya trabaja en ese proyecto, y parece ser que el motor elegido es el espléndido 2.5 turbo de cinco cilindros y 400 CV del Audi RS Q3..
Presenta la destreza del Cupra Ateca, pero además acentúa su deportividad y precisión