Qué funciones ofrece
La función más evidente es la de informar de manera permanente del límite de velocidad vigente. Generalmente, esto se consigue mostrando una señal de límite de velocidad en la instrumentación digital. Algunos fabricantes (como Opel o Audi) ofrecen la posibilidad de mostrar una indicación de grandes dimensiones. La norma obliga a que ocurra ‘algo’ cuando se supera el límite de velocidad indicado. Ese algo puede consistir, por ejemplo, en un parpadeo de la señal o la aparición de una indicación en la escala del velocímetro… aunque varios fabricantes alemanes están experimentando con sistemas hápticos (basados en el tacto), que recurren, por ejemplo, a golpecitos en el pedal del acelerador.
Más allá de ayudar a evitar el exceso de velocidad, el ISA puede actuar como un buen asesor. Por ejemplo, nos puede mostrar el próximo límite de velocidad. También puede ayudarnos a anticiparnos a él, recomendándonos dejar de acelerar mediante un icono o toques en el acelerador. En los modelos eléctricos e híbridos, el coche puede utilizar la información para maximizar la recuperación de energía.
Finalmente, el ISA puede comunicar los límites de velocidad al sistema de control de velocidad de crucero, de manera que la velocidad programada se ajuste para concordar con cada nuevo límite de velocidad de manera automática o simplemente pulsando un botón. Además, muchos coches permiten programar cierta tolerancia (hasta de unos 10 km/h) para retrasar levemente el momento del aviso y reducir su frecuencia.