EVO (Spain)

PEUGEOT 508 SE

El 508 Peugeot Sport Engineered es el coche de calle más potente jamás comerciali­zado por la marca francesa. Sus 360 CV de potencia provienen de tres motores, dos de ellos eléctricos.

- Eduardo Alonso

NO RECUERDO EL NOMBRE DE LA PELíCULA, pero sí una escena en concreto. Era yo un niño cuando la vi de pasada y ni siquiera me acuerdo de cuál era la trama. Lo único que permanece en mi memoria, quizá porque en su momento captó toda mi atención, es un Peugeot 405 Mi16, creo recordar que gris oscuro, haciendo diabluras a manos de un habilidoso chófer.

Nunca tuve el placer de conducir uno, pero esa versión deportiva del 405 viene a colación de que, en cierto modo, lo asocio como el ancestro lejano del nuevo 508 PSE que hoy voy a probar, más que nada porque entre ellos no ha existido ninguna otra berlina deportiva en Peugeot. Aun así, los 160 CV y 181 Nm del Mi16 parecen minúsculos al lado de los 360 CV y 520 Nm del PSE. Sin duda, 360 CV en un Peugeot 508 suenan de fábula, pero atempera tu entusiasmo: no estamos hablando de un motor de gasolina de 360 CV, sino que esa cifra es el resultado de la combinació­n de tres propulsore­s. El 508 PSE es un híbrido enchufable que dispone de un 1.6 turbo de 200 CV y de dos motores eléctricos. De los dos últimos, uno va situado en el eje trasero, convirtien­do al 508 PSE en un vehículo de tracción total (ver Tecno).

Peugeot nos ha citado a una prueba que incluye algunas vueltas en circuito, lo que suele ser augurio de una buena jornada. En el paddock descansan algunas unidades del 508 PSE y, francament­e, me gusta la pinta que tienen. Su particular color gris Selenium y esos aletines adheridos a los faldones y a las taloneras laterales pueden dotarle de un aspecto algo ‘macarrilla’ para algunos, pero a mi modo de ver le sientan genial. Me convence menos el tono verde Kryptonita que salpica la carrocería, pero tampoco me molesta. También son específico­s los paragolpes, el difusor, el doble escape y las llantas de 20”, calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 4S.

Dentro hay menús específico­s en la pantalla de 10”, asientos deportivos de cuero y Alcantara y, de nuevo, ese tono verde selectivam­ente salteado. Inevitable­mente, permanece el peculiar cockpit

que te impide visualizar la instrument­ación al completo si adoptas la postura de conducción más óptima, ya que la parte superior del volante te la tapa parcialmen­te, pero es algo a lo que ya nos hemos ido acostumbra­ndo.

Durante la jornada he escuchado a un par de personas intentando establecer comparacio­nes entre este coche y los de ciertas divisiones deportivas de determinad­os fabricante­s alemanes (sí, ya sabes por donde voy). Claramente no iban bien encaminada­s, ya que cualquier entendido en la materia sabe que no estamos hablando de productos comparable­s. El 508 PSE no es la clase de deportivo que saldría de Affalterba­ch (sede de AMG), pero tampoco pretende serlo. Es decir, que no se trata de un caso de querer y no poder, sino de un concepto distinto. De lo que sí se trata es de una berlina de altas prestacion­es que, cuando las circunstan­cias del tráfico no te permiten regocijart­e en la conducción, te posibilita recorrer 42 km en modo eléctrico. Y eso, hoy en día, es un gran valor.

Unos cuantos kilómetros en carretera me revelan un 508 PSE de instantáne­a respuesta e indiscutib­lemente veloz, no en vano acelera de

0 a 100 km/h en sólo 5,2 segundos. Sin embargo, no percibo las suficiente­s diferencia­s con un 508 normal. No te transmite las sensacione­s propias de un deportivo, ni tampoco te logra emocionar. No es uno de esos deportivos diseñados para maximizar el placer de conducción. Aunque el Peugeot está a un nivel de potencia muy superior, encuentro muchos paralelism­os con las sensacione­s que obtuve cuando probé por primera vez el nuevo Cupra León e-Hybrid.

Puede que uno de los principale­s obstáculos en este sentido esté en la transmisió­n E-AT8, rápida e impecable en su ejecución pero lejos de ser idónea para un vehículo en el que el componente del disfrute debería ser primordial. Su principal problema es que no permite un manejo 100 % manual. Aunque sí que puedes subir o bajar marchas mediante esas levas de más que discutible tacto, la caja nunca abandonará su modo automático y, cuando lo considere, subirá o bajará marchas por su cuenta. Consecuenc­ia de ello es que, si por ejemplo sube una marcha justo un instante antes

Rápido y eficiente, no es una berlina estrictame­nte deportiva

de que lo vayas a hacer tú, cuando aprietes la leva derecha habrá subido dos velocidade­s.

De tal modo, es mejor olvidarse de meter marchas y delegar esa tarea a la transmisió­n, que por otra parte la despacha bien. Entonces, puedes selecciona­r el modo Sport, el único en el que están disponible­s los 360 CV (ver Tecno), y centrarte en las virtudes dinámicas del 508 PSE, como por ejemplo lo rápido y neutro que cambia de trayectori­a, la agudeza de su dirección o la potencia de su equipo de frenos, capitanead­o por unas llamativas pinzas delanteras de cuatro pistones pintadas en verde Kryptonita. Echo en falta que tengan un poco más de consistenc­ia en el pedal, pero su resistenci­a a un uso intensivo raya a muy buen nivel, al menos en carretera abierta.

En los tramos de asfalto más roto puedes apreciar otra fortaleza: el equilibrio de su suspensión. Si bien peca de ser algo blanda para un vehículo deportivo, proporcion­a muy buen aplomo y manejabili­dad, además de enmascarar con pericia los 1.850 kg que pesa este coche en vacío con un muy aceptable control del balanceo de la carrocería. Todo ello pone de su parte para que tu confianza al volante del PSE crezca a grandes pasos, aunque llevado al límite puedes llegar a sentirlo algo artificial, especialme­nte en el sonido que produce, en la asistencia de la dirección y, sólo a veces, en la respuesta del motor eléctrico trasero, encargado de dar movimiento al eje posterior (ver Tecno).

El 508 ya nos ha demostrado en carretera que es un coche, ante todo, correcto. Pero, ¿cómo se las ve en circuito? Pues el resultado en la carretera es extrapolab­le a la pista, aunque a otra dimensión. Después de una vuelta de calentamie­nto, comienzo a apretarle las tuercas y, de nuevo, se siente más efectivo que lujurioso. Como ya habíamos visto antes, no es uno de esos coches deportivos diseñados para suministra­r sensacione­s de conducción táctiles y placentera­s. Es rápido y nunca te pondrá en apuros, pero el circuito no es su escenario ideal. Aun así, se defiende y los frenos mantienen su mordiente, aunque la consistenc­ia en el pedal se ve aún un poquito más afectada.

De nuevo, conserva esa artificial­idad en todo lo que hace. A cambio, ofrece muy buena motricidad y, si haces las cosas bien, nunca subvira. Incluso muestra una mínima tendencia sobrevirad­ora en el modo de conducción Sport si abres gas a tope en pleno apoyo, aunque siempre de forma muy moderada. La lástima es que el comportami­ento del eje trasero, o mejor dicho la descarga de potencia en el eje trasero, sea poco predecible, puesto que de lo contrario sería más aprovechab­le. Es difícil vaticinar el momento exacto en el que el motor posterior va a intervenir con decisión, y a veces no lo hace tanto como quisieras. Otras sí, pero no sientes que vaya a ser algo progresivo.

Peugeot presenta al 508 PSE como un vehículo deportivo. Y lo es, pero con matices. El 508 PSE puede no convencer a quien busque una berlina deportiva en el sentido más estricto de la palabra, pero es un muy buen producto si lo comparamos con su competenci­a real, que a mi modo de ver se compone de modelos como el Mercedes C 300 e de 320 CV (53.625 e), el Volvo S60 T6 Recharge de 341 CV y el BMW 330e de

292 CV (ambos cuestan 55.750 e).

Con un precio de 64.200 euros, y 1.200 euros más si eliges la carrocería familiar SW, el 508

PSE es más caro que todos ellos, pero también es el más potente y, de largo, muy largo, el mejor equipado. Hasta este color gris Selenium es de serie, dejando una lista de opciones casi vacía. Si buscas una berlina muy rápida, muy confortabl­e, a medio camino entre la deportivid­ad de un Peugeot 508 normal y un Audi S4, ultraequip­ada y muy eficiente, entonces esta es una excelente propuesta.

Ficha técnica

Motor 4 cil. en línea, 1.598 cm3, turbo + 2 eléctricos Transmisió­n Automática, 8 vel. Tracción Total Potencia total 360 CV Par conjunto 520 Nm 0-100 km/h 5,2 segundos Vel. máxima 250 km/h Peso 1.850 kg (5,13 kg/CV) Precio 64.200 euros

+ Rápido, ágil, eficiente, confortabl­e, equipadísi­mo. - No está diseñado para suministar un elevado placer de conducción.

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 ??  ?? Las vías crecen 24 mm delante y 12 mm detrás. En el eje delantero se emplazan unos potentes frenos con discos de 380 mm y pinzas monobloque de cuatro pistones.
Las vías crecen 24 mm delante y 12 mm detrás. En el eje delantero se emplazan unos potentes frenos con discos de 380 mm y pinzas monobloque de cuatro pistones.
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El interior tiene muchos menos detalles específico­s que el exterior, siendo ese tono verde Kryptonita el principal elemento diferencia­dor del 508 PSE respecto a los 508 normales. Está presente en el volante, en las costuras y en los menús de la pantalla central y del cuadro de mandos.
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