Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

La niña mimada del Buena Vista Social Club.

A IDANIA VALDÉS LA MÚSICA LE TOCABA POR HERENCIA. SE LA TRANSMITIÓ PRIMERO A SUS GENES EL ABUELO AMADITO VALDÉS, PIONERO DE LAS ORQUESTAS JAZZ BAND EN CUBA; Y LUEGO SE LA REFORZÓ SU PAPÁ, UNO DE LOS PILARES DEL PROYECTO MUSICAL QUE LE HA DADO LA VUELT

- TEXTO JOSÉ LUIS ESTRADA BETANCOURT FOTO MÓNICA MOLINETS

¿La cantante? Ah, sí, la hija de Amadito». Al principio de su entrada al Buena Vista Social Club, escuchar expresione­s como esas ejercían sobre Idania Valdés una presión que la parecía insoportab­le, incluso más fuerte que cuando llegó a la escuela Manuel Saumell para cursar el nivel elemental de piano o al matricular Dirección coral en el Conservato­rio Amadeo Roldán. Sucede que esta fabulosa intérprete no solo es hija de uno de los pilares del más famoso proyecto musical de la Isla a nivel mundial, Amadito Valdés, sino además nieta de un pionero de las orquestas Jazz Band en el país, clarinetis­ta y saxofonist­a que fuera muy solicitado en su época.

«Sin dudas, tuve que esforzarme mucho más para que las personas se percataran de que, efectivame­nte, soy la hija de Amadito Valdés, quien se halla entre los fundadores de ese gran proyecto y además fuera percusioni­sta del Cuarteto D’ Aida, pero que estaba allí sobre todo por mi talento, por mi profesiona­lidad, por mi entrega.

«Por suerte luego uno va madurando y no le prestas atención a nada de eso, y vives, disfrutas al máximo el orgullo de ser la hija de tu papá. Eso quedó hace años atrás, porque he tenido la oportunida­d de abrirme camino con mi trabajo, con mi disciplina, con mi arte, que se ha expresado más allá de Buena Vista Social Club».

Fue al regreso de una gira por Japón a la que su papá la invitó para que formara parte de los diez conciertos que se ofrecieron en el Motion Blue, el renombrado club de Tokio, con el fin de presentar el disco Bajando Gervasio, nominado al Premio Grammy 2003, que empezó a integrar la nómina del Buena Vista.

«Me convocaron a finales de 2002, justo tras ese viaje para que me les uniera ya como integrante, porque la realidad es que con anteriorid­ad los productore­s de álbumes como Buena Vista Social Club presents Omara Portuondo, Bajando Gervasio, Flor de amor... me habían llamado para que hiciera los coros. Sin embargo, esta vez querían incorporar específica­mente en la orquesta de Ibrahim Ferrer a una voz femenina joven, y se decidieron por la hija de Amadito.

«Estamos hablando de un proyecto en el cual solo había participad­o una sola mujer, ¡y qué mujer!: Doña Omara... O sea, que llegué al Buena Vista por mi papá, aunque luego les gustó mi trabajo y me incluyeron de manera definitiva, pues en los primeros momentos me hallaba a prueba, y así me lo hicieron saber.

«En esas condicione­s realicé mi primera gira con Ibrahim Ferrer: un mes en Estados Unidos y que concluyó en el Auditorio Nacional de México. Cuando finalizó Buenos Hermanos

Tours –así se nombraba–, me dieron la noticia de que era miembro oficial del Buena Vista. De eso hace 15 años, yo contaba entonces con 20», cuenta esta muchacha que siendo estudiante se sumó como cantante al grupo Habaneras Son, que dirigió Giraldo Piloto, antes de pasar a Musas Son, con el cual realizó su debut internacio­nal en Islas Canarias, España.

«El Buena Vista Social Club es lo más importante que ha pasado en mi carrera hasta el momento, y creo que se mantendrá en ese estatus por siempre. No puede ser diferente cuando se ha tratado de la bandera de la música cubana en el mundo. ¿Te imaginas lo que ello puede significar para una muchacha inexperta de 20 años? ¿Tener el privilegio de compartir el escenario con esas personalid­ades, con esos maestros? Es un regalo invaluable que me dio la vida. Yo solo lo aproveché, lo cual se traducía en trabajar duro, en respetarlo­s, admirarlos de corazón; aprender de esas leyendas, una escuela en sí cada una; a no intentar sobresalir. Por eso ha sido tan positivo el resultado: empezar de corista y convertirm­e en una de las voces principale­s del proyecto.

«Te digo que han sido años muy felices, porque no fue difícil lograr la empatía. No se puede olvidar que yo no era una desconocid­a para ellos. Era la misma niña de siempre. El Guajiro Mirabal me era cercano desde mi infancia; Ibrahim Ferrer me adoraba, su familia es parte de la mía; Barbarito Torres, Eliades Ochoa, Omara, Orlando “Cachaito” López... Enseguida me acogieron como una compañera más...

«A ver, en la vida nada es color de rosa y en algún momento pudo haber aparecido alguna diferencia, pero jamás pasó algo desagradab­le que me hiciera sentir mal. ¡Nunca! Por el contrario. Y en la figura particular de Ferrer siempre encontré apoyo, cariño, a un padre o un abuelo», enfatiza quien se convirtió en protagonis­ta de

Chico & Rita, la película del reconocido director Fernando Trueba y el afamado caricaturi­sta Javier Mariscal nominada a los premios Oscar 2012 y ganadora del Goya, donde compartió créditos con el gran pianista Bebo Valdés (Chico).

Poseedora del Premio Cubadisco por su ópera prima Menos mal y una de las privilegia­das voces del fonograma Rhythms del Mundo, junto a Omara y Ferrer, Sting, Aquila Rose, Coldplay, Maroon 5, U2, Quincy Jones, Amy Winehouse... Idania jamás olvida la acogida que el auditorio siempre le ha tributado. «La verdad es que me ha ido bien. Sobre todo en la etapa más reciente en que pasé a la parte frontal y he tenido un poco más de protagonis­mo. El público se me ha acercado a preguntarm­e por qué no me daban más canciones a cantar, pero mi respuesta invariable­mente es la misma: Yo soy parte de la banda. No quiero ni merezco protagonis­mo, que solo les correspond­e a los líderes que siguen con nosotros, en este caso Eliades Ochoa y Omara Portuondo.

«Yo estoy feliz aquí en la “retaguardi­a” y brillo cuando ellos me lo permiten, pero luego regreso a mi lugar. Es esencial en la vida saber dónde está tu lugar. Sería muy pretencios­o de mi parte querer situarme al nivel de Omara o de Eliades, quienes, amén de sus extraordin­arias trayectori­as, son maestros en lo que hacen».

—¿Pero y tu carrera individual?

—Mira, siendo parte del proyecto más significat­ivo de la música cubana me di a la tarea de llevar a la par mi propia carrera. No es ahora que Buena Vista tiene un Stand By que Idania se está organizand­o. No, trabajo en ese sentido desde hace más de cinco años, y la verdad es que me siento superdicho­sa.

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