YAMAHA TMAX EN
CON YAMAHA TMAX 530 EN ALBACETE
¿Es posible divertirse en un circuito con un maxiscooter como con una moto deportiva?
ÉSTA ES LA HISTORIA DE BARTOLO –BARTY PARA LOS AMIGOS-, UN CHAVAL QUE UN DÍA SE COMPRÓ UN KAWASAKI J300 PARA IR A TRABAJAR Y AL CABO DE POCAS SEMANAS TERMINÓ CON UN YAMAHA TMAX 530 DÁNDOLO TODO EN EL CIRCUITO DE ALBACETE. TEXTO ISMAEL BONILLA FOTOS INFOCUS FOTOGRAFÍA AGRADECIMIENTOS WHITE PLANET BIKE-EMS COMPETICION - CIRCUITO DE ALBACETE
Realizar cualquier trayecto a primeras hora de la mañana en muchas de nuestras grandes ciudades, puede llegar a resultar desesperante si lo haces a los mandos de un coche. Un trayecto que sin tráfico no requiere más de 25 minutos, puede llegar a convertirse en una hora bien larga. Por eso, el protagonista de nuestra historia, un buen día decidió que se acabó perder el tiempo en los atascos.
TMAX A PRECIO DE ORO
Lo primero que pensó fue en adquirir un TMAX de segunda mano, puesto que unos 10 años antes ya disfrutó de este modelo. Su sorpresa fue mayúscula cuando comprobó los precios del maxiscooter por excelencia en el mercado de segunda mano. Lo más económico que encontró fue una unidad de 2003 (¡13 años!) y unos 50.000 km por 2.900 €. Lo mejor sería comprar un scooter nuevo, y así estrenó un flamante Kawasaki J300. Los primeros días no estuvieron mal. El japonés, con motor y base KYMCO, hacía correctamente su función: llevar y traer a su pasajero al trabajo con unas prestaciones bastante aceptables. Pero Barty es un quemado. Me contaba cómo bajando un puerto de montaña con su J300 le costó más de la cuenta deshacerse de una CBR 600 RR, ya que cuando este scooter se lleva al límite en curva, las oscilaciones y estabilidad de su parte ciclo se quedan bastante justas. No está hecho para eso, Barty... Un día, el bueno de Barty empezó a sentir unos dolores por la zona superior de la espalda. Descubrió que cuanto más utilizaba su scooter, más se agudizaba el dolor. El J300 le quedaba pequeño. Barty mide 1,90 m, y el Kawa no está hecho para gente de tal altura. ¿Y ahora qué? “Me compro un TMAX nuevo, porque al precio que están los de segunda mano, me da casi lo mismo”, me comenta. Ese mismo día Barty pedía un flamante TMAX 530 ABS nuevo. El vendedor le sugirió y... unos 12.000 € del ala en total. El tema del variador completo, filtro de aire, centralita... podían hacer para más adelante si hiciera falta... ¡y tanto que iban a hacer!
UNA LARGA ESPERA
Tras dos semanas de espera, raudo y veloz, Barty fue a disponer de su nueva moto en cuanto el “Akra” estuvo instalado. Le gustó mucho el arranque sin llave, y nuestro protagonista salió disparado a estrenar su nueva montura. “¡No seas melón y haz un buen rodaje de la moto, que te conozco....!” fueron las últimas palabras que Bary escuchó mientras el TMAX salía bramando del taller a toda velocidad. Ese mismo día, Barty había sido invitado a dar una charla en un curso de verano que
El trazado de Albacete tiene un trazado idela para “desvirgar” el TMAX en un circuito
organizaba la Universidad Complutense y la AMM en el Escorial, junto a algunos ilustres como Julito Simón, Valentín Requena y Gustavo Cuervo, sobre motos y seguridad. Bartolo es un tipo que, sin saber muy bien cómo ni porqué, siempre acaba metido en líos de este estilo. Fue subiendo por el puerto de Galapagar y alrededores cuando Barty empezó a darse cuenta que el TMAX no era un simple scooter y que tenía poco que ver con la que había tenido 10 años antes. La forma en que enlazaba la curvas sin menearse o esa capacidad de inclinación casi infinita fueron decisivas para que a los pocos minutos le asaltara una idea, a priori rocambolesca: meter su flamante TMAX en un circuito para comprobar si lo que parecía en un puerto de montaña, se confirmaba en una pista velocidad. ¿Una locura? Su bicilindríco con cerca de 50 CV (gracias al Akra) se iba a quedar muy corto. Pero es muy cabezota, y se puso a organizar una jornada de circuito. En ese aspecto lo tenía fácil. Su amigo “Sergy veloz” –el actual y orgulloso propietario del anterior Kawasaki J300 de Barty, tiene una empresa que se dedica a organizar rodadas en circuito, y había una fecha muy próxima en el circuito de Albacete, curiosamente, el día del cumpleaños de Barty. Una pista ideal para “desvirgar” el TMAX en un trazado de velocidad. Ya con 1.000 km de rodaje a sus espaldas, debían ser suficien- tes para que el bicilíndrico en paralelo no rechistase. Antes de entrar a pista, había alguna cosilla que hacer con la moto. Lo primero, modificar las presiones de los Dunlop Sportmax GPR 120/70-15 e improvisó un 2,1 bar delante y un 2,0 bar detrás. Después, muy importante, desconectar el ABS. Esta moto no tiene un sistema de desconexión como tal, así que había que hacerlo a capón: quitando el sensor del ABS de la rueda. Pero eso sí, el trasero. Porque si se desconecta el delantero, el ABS deja de funcionar, sí, pero también lo hace el cuentakilómetros. No hubiera estado mal hacer otras cosas, como retirar los espejos retrovisores, el soporte del cofre trasero o, lo más importante, desinstalar el caballete central y la pata de cabra, que así, a primera vista, tenían mucha pinta de ser lo primero en rozar contra el asfalto al inclinar. Pero así se quedó el TMAX. Ahora había que elegir nivel para salir a pista: rápidos, medios o iniciación. Rápidos podría ser una elección demasiado osada, porque aunque en el mejor de los casos el TMAX tuviera un paso por curva al nivel