MANTENIMIENTO DE LOS DISCOS
Una de las ventajas más claras de los discos de freno es su bajo mantenimiento comparado con otros sistemas. Es posible recorrer muchos kilómetros antes de requerir ninguna atención por tu parte. Estos son los aspectos que debes tener en cuenta para su mantenimiento:
LIMPIEZA: No hay que lavarlos de forma especial más allá de lo que laves la moto en general, ni requerirán de especial cuidado en ese momento. De hecho, suelen mantenerse limpios en su zona de frenado por el rozamiento y solo en el centro acumularán suciedad que normalmente se va en el lavado normal de la moto. Ahora bien, si alguna vez les cae aceite o sustancia similar, límpialos en cuanto puedas, a ser posible con un desengrasan que elimine todo resto de aceite y grasa, y mejor todavía con limpiadores específicos para frenos. Las pastillas son porosas, y si entran en contacto con ese aceite, lo absorberán y perderás capacidad de frenada.
CAMBIO DE PASTILLAS: Depende de las pastillas, de tu forma de conducir y del estado del disco y el resto del sistema, pero la pastilla es un “consumible”. El forro que las recubre se va gastando con el rozamiento y debes cambiarlas. Si eres manitas y tienes herramientas, no es difícil hacerlo. Pero atención, que es un sistema de seguridad y un error te puede salir muy caro. Por eso lo más aconsejable es recurrir a un especialista. Puedes montar pastillas más duras (duran más tiempo, pero frenan peor) o más blandas para una mejor frenada. Y es importante controlarlas: si se ha acabado y la sigues utilizando, puedes llegar a estropear el disco al rozar metal contra metal, formando arañazos en su superficie.
CONTROL Y CAMBIO DEL LÍQUIDO: Todas las bombas de freno llevan un depósito de líquido (integrado en ellas o no). En ese depósito hay unas marcas de nivel del que no debe bajar; si lo hace, puede entrar aire, que hará que pierdas tacto. Es importante rellenar, teniendo en cuenta que el desgaste de pastillas también hace que baje, por lo que cuando cambies las pastillas, si te has pasado, se saldrás por arriba. Este líquido pierde propiedades con el tiempo y se suele recomendar cambiarlo cada 2 años como mucho (cosa que pocos hacen). Para ello, habrá que purgar el sistema (sacar todo el aire al cambiar el líquido), cosa que puedes hacer tú, pero ya te advierto que es aburrido, penoso y bastante sucio. Nada recomendable. Mejor acudir al taller, que tienen maquinaria para
CAMBIO DE DISCOS: No es frecuente, salvo en caso de accidente, pero un “calentón” puede estropear un disco, un candado olvidado también e, incluso, unas cuantas decenas de miles de kilómetros pueden desgastarlo. Cuando esto ocurre, hay un escalón en los bordes de la pista de frenado, escalón que coincide justo con la pastilla. Llegado a cierto límite de espesor en el disco, es obligatorio cambiarlo, pues puede partirse. Un disco alabeado (doblado en centésimas) también requiere cambio (o tornero, si no hay más remedio). Ese alabeo (producido por un golpe o un calentón) transmitirá una vibración que separa las pastillas, impidiendo que frene bien. Un disco muy arañado o con surcos (usado con pastillas gastadas o que le ha entrado mucha suciedad), también conviene cambiarlo, porque frena menos y desgasta las pastillas nuevas que pongas.