ASÍ LA VEMOS
Su motor LC8 bicilíndrico en V a 75º mantiene los 1.050 cc del modelo anterior, pero es justamente en el propulsor donde se encuentra su novedad más destacada, gracias a ese incremento de 30 CV respecto a la 1050 Adventure. En cualquier caso, para los que quieran seguir disfrutando de una potencia más contenida, también sigue ofertándose una versión de 95 CV susceptible de limitación a 48 CV que la compatibiliza con el carné A2.
Las ventajas que proporciona esta KTM son, en general, extensibles a todo el segmento trail. Entonces, ¿por qué la 1090? La respuesta es su equilibrio. Con talla, cotas y presencia de maxitrail (205kg en seco, 23 l. de depósito, 805mm de asiento...) ya se convierte en una opción interesante para los que buscan motos grandes. Pero claro, no todo el que quiere moto grande puede con un motor grande y, ahí, el aumento de caballaje a esos generosos pero controlables 125 CV, amplía aún más el rango de posibles clientes. Pero hay más, aún son muchos los que piensan que una trail sigue siendo para echarse al monte (al menos un poco) y la 1090 cumple con nota en su faceta enduro, mejor aún si la “adornamos” con el pack off-road opcional (con llantas de radios). Y si a todos estos versátiles argumentos le añadimos un contenido consumo, revisiones cada 15.000 km, ser limitable para carnet A2 y sus 12.999 € de precio, la Adventure acaba por convertirse en una de las opciones más lógicas del universo maxitrail.
CON PASAJERO
En conducción con compañía, la 1090 Adventure se beneficia de las características propias del segmento (grandes ruteras aparte, la mejor opción para viajar acompañado es una trail). En su caso, si aúna el aplomo de una maxitrail con motor más dulce y, al mismo tiempo, la manejabilidad de una trail ligera, todo se traduce en mayor confort con/para pasajero. El asiento de una pieza, bien mullido y de dos alturas, facilita tanto la posición como el paso de los kilómetros al acompañante que, además, cuenta con sujeciones laterales, estriberas de goma y el confort adicional de la cúpula frontal regulable en altura.
Con el kit de limitación para el carné A2 se hace aún más populista