Los “inventos”

En un viaje largo, con cierto grado de aventura, te puede pasar de todo. Hay infinitos trucos que pueden sacarte de un problema, aunque sea de forma temporal, hasta que puedas reparar. Lo más importante es cierta mentalidad de “MacGyver” o manitas: ¿qué llevo encima, qué puedo recoger por aquí cerca y cómo puedo usarlo? Un “palito” atado a la punta del cable del acelerador permite llegar a un taller, una cuerda atada a la rueda trasera mejora la tracción para sacar la moto del barro, una “rodaja” de cámara de neumático sirve de muelle o para atar cosas… Hay infinidad de ellos, pero siempre con una gran dosis de imaginación. Por poner dos ejemplos de uno de los “maestros” de este arte con quien a veces tengo el honor de rodar: un palito de una rama sirvió, en cierta ocasión, como “tornillo de ralentí” de un carburador que lo había perdido; o una lata de Coca-Cola recortada como arandela de ajuste de ¡un cardan de BMW! Y funcionó. Lo juro.

1 LA BOTELLA DE AGUA. Sirve para muchas cosas, entre otras para trasvasar algo de gasolina, poco a poco, de una moto a otra.

2 FUGA EN EL RADIADOR. Vas por la carretera y un “chinazo" perfora el radiador. Problema serio. Tendrás que mandar a reparar el radiador. En muchas gasolineras o en poblaciones puedes conseguir un “tapa poros” que te solucione, de momento, el asunto. ¿No lo consigues? El pimentón hace esa función de forma aceptable.

3 SIN GASOLINA. ¿Despistado? ¿Te has saltado la última gasolinera? Cuando ya te has quedado tirado queda una última esperanza: en muchas motos, el depósito no es plano por abajo. Cuando se vacía puede quedar algo en el hueco del lado contrario al que va conectado al motor. Tumba la moto hacia ese lado y prueba a arrancar. Con un poco de suerte te encuentras con algo de combustible que te permita llegar a la gasolinera.