EN MARCHA
Los tres son los maxiscooter de mayor carácter sport y, sin duda alguna, los tres de mejor comportamiento en conducción deportiva. Enfrentarlos en las mismas carreteras, en las mismas condiciones, ha sido un auténtico placer. Principalmente porque los tres son magníficos exponentes de este nuevo segmento y ninguno de los tres defrauda, más bien te enamoran. Todos son capaces de demostrar lo mejor que tienen y que acabes olvidándote de sus características mejorables. Y cada uno de ellos sobresale en distintos aspectos. A grandes rasgos, el BMW es el más potente y rápido, sin duda alguna. Son 60 CV, casi 650 cc, y eso, lógicamente se nota. También es el que más sensación de scooter transmite, aún siendo más grande en general. Es más áspero de funcionamiento y se aprecian más ruidos mecánicos y traqueteos, pero es un scooter de gama alta y BMW, es decir, no es incómodo ni esa “aspereza” da sensación de baja calidad. Simplemente, es así por diseño del grupo motor. El TMAX es, en ese sentido, justo lo contrario. La suavidad de marcha que tiene es casi prodigiosa y solamente notarás tanta perfección en motos de muy alta gama. Todo es suavidad, incluso el sonido, a un volumen ideal, con una ronquedad de voz que solo tiene un TMAX. De hecho, su sonido característico no ha cambiado: lo oyes y lo identificas. Anda mucho, acelera muy bien y la sensación de lujo y calidad que transmite es inigualable, a día de hoy, en ningún scooter. En esta última versión se ha “aburguesado”, porque vas sentado más detrás por el plafón de botones de apertura de asiento y gasolina que llevas en la punta del asiento. Esto da más espacio para las piernas, pero hace que no puedas plantar ambos pies en el suelo aún midiendo 1,80 m. No es mucho más alto que el AK 550 y mide lo mismo que el BMW, pero se llega mucho peor. Y una vez en marcha, toda esa comodidad, ese mayor espacio para las piernas y la nueva posición se ha conseguido sin perder nada de su efectividad sport. Es increíble lo deprisa que se puede llevar por curvas. El AK 550 nace con una pregunta en el aire. Es el más barato, viene de una marca sin experiencia en motos grandes, aunque sí se trata de un referente como fabricante de scooter. Entonces, ¿está al nivel de sus rivales?. Rotundamente sí. No solamente eso, sino que les supera en algunos aspectos. Es tan rápido como el TMAX y casi tan suave, aunque unas suspensiones más duras y un menor aislamiento del motor hacen que te lleguen más vibraciones, si bien es más fino que el BMW. El sonido del motor, con el cigüeñal calado a 270 º, es muy similar a un V4. Si el TMAX se puede identificar por el sonido, con el KYMCO no te confundirás si lo oyes de espaldas y apostarás a que lo que se acerca es una Honda VFR. En conducción deportiva es tan efectivo como el Yamaha, pero un asiento más bajo y esas suspensiones le dan incluso más agilidad y rapidez a la hora de cambiar de lado. Lástima que el cuadro no esté a la altura del resto del scooter.