EN MARCHA
Estará disponible en dos terminaciones, las dos al mismo precio: un Allure, más elegante y clásico, con baúl de serie, y un más deportivo RS, con llantas negras, pequeño deflector oscuro sobre el cuadro, inserciones metálicas en el suelo y otros detalles “sport”.
EN CIUDAD
Resulta agradable, un adjetivo que no es poco para un scooter de 125 cc cuando debes rodar en un tráfico tan denso como el de París. Una vez te subes, el suelo plano y un asiento a una altura correcta son de gran ayuda. El asiento es algo duro, pero no incómodo, y con buenas formas. Los pies caen sobre el suelo plano en una posición natural y con espacio. Las manos, también. Y los mandos y el cuadro, resultan funcionales y de calidad. Arranca con toda facilidad, abres gas y sales. A baja velocidad se mantiene con facilidad y gira mucho. El radio de giro es de los primeros detalles que sorprenden agradablemente, porque es mayor que en otros congéneres y se parece más bien a scooter más pequeños y básicos en este sentido. Aceleras y se nota que Peugeot ha buscado más repuesta en bajos y medios y capacidad de recuperación a medias velocidades que alcanzar una potencia superior. En la parte no tan positiva indicamos los frenos, con un tacto un poco duro (nada que no te acostumbres rápido) y la falta de ABS trasero. No obstante, el delantero sirve y mucho. Todo en él rezuma suavidad, y en todos los aspectos destacaría su total naturalidad. Es por eso que al final resulta agradable llevarlo.
EN CARRETERA
Una vez fuera de la ciudad, su buena respuesta de motor y chasis (que en rotondas y giros urbanos ha demostrado buen aplomo) hacen que no sea reacio a un uso en este médio salvo por una velocidad que, según la marca, no supera los 100 km/h.