ASÍ LA VEMOS
Dispone de una curva de par extremadamente progresiva, que empuja con determinación desde las 3.000 rpm, muestra su esplendor entre las 5.000 y las 7.500 y se alarga a las 9.000 sin contemplaciones. No tiene respuestas agresivas al abrir gas a ningún nivel, ni siquiera al dejarla caer de vueltas. Puedes manejarte en zona de curvas sin cambiar de 4ª marcha en ningún momento.
El ABS, de serie no es para nada intrusivo, y además es desconectable. Lo que sí te recomiendo es el opcional sistema de control de tracción ASC. En caso de no requerir la regulación del sistema electrónico (por ejemplo, en la pista de tierra), se puede desactivar con tan solo pulsar un botón, incluso en movimiento.
Echo un vistazo al cuadro de instrumentación para saber en qué marcha voy y encuentro que es más pequeño que el de sus hermanas, con una pantalla digital que te marca la hora, los kilómetros parciales, y poco más. Ni rastro de la marcha engranada. ¿Acaso lo necesito? Definitivamente no, simplemente voy disfrutando del camino, pero tampoco sobraría.
La horquilla aguanta bien el hundimiento al utilizar los frenos, potentes pero con tacto, con un primer accionamiento progresivo, sin la contundencia inicial de los frenos de una deportiva, pero con eficacia sobrada. El ABS te permite alguna alegría, aunque efímera, antes de entrar en funcionamiento.
Es una moto emocional. Su estética, su motor bóxer con cilindros contrapuestos, su sonido... es un conjunto que hacen de ella una moto especial. Da vida a un segmento, el de las motos retro, que está en auge inspiradas en modelos que ya hicieron grande a BMW en los años 70 y 80. Es para fiarse de ellos, ¿no crees?
CON PASAJERO
Resulta suficientemente espaciosa como para ir con pasajero, tanto en ciudad, como en carretera o de viaje, aunque el asiento no es excesivamente mullido. La mayor distancia entre ejes que sus hermanas le permiten algo más de amplitud, lo que agradece el acompañante.