Un bandido real
Barry Seal está considerado uno de los participantes invisibles más importantes en las operaciones antidroga de Estados Unidos. Piloto de profesión y contrabandista por afición, Seal trabajó para los narcotraficantes Pablo Escobar y los hermanos Ochoa entrando cocaína y marihuana en Estados Unidos. En 1983 fue pillado
y reclutado como informador para el FBI. Un artículo en el Washington Post reveló su verdadero papel, y, en 1986,
fue asesinado a tiros por un verdugo del Cártel de Medellín.