AMOR A LA SICILIANA.
Comedia romántica. Crítica pág. 26
Pif se ríe de los caracteres sicilianos mientras lleva a cabo un relato épico sobre las hazañas por amor.
LA HISTORIA:
En 1943, los italianos Arturo (Pif) y Flora (Miriam Leone) viven un noviazgo secreto en Nueva York, pero este se ve en peligro cuando el tío de ella decide casarla con otro. El único que puede parar el matrimonio es su padre, que vive en Sicilia. Arturo tendrá que apuntarse al ejército americano para viajar a la isla y llevárselo con él.
En 2013 Pif salía del plató televisivo, donde se había ganado la fama con sus monólogos cómicos, para narrar sin tapujos la situación de la mafia siciliana durante los años 70-90. Se trataba de La mafia uccide solo d’estate, su primer gran éxito como actor/director. Ahora, el humorista vuelve la vista atrás para contar una especie de precuela de su película debut: en esta ocasión, el escenario será la Sicilia de 1943, año en que los americanos devolvieron el poder a la mafia a cambio de que les allanasen el terreno durante su lucha contra Mussolini. Pero Pif no se despega de su carisma y semblante inocente, encarnándose en un tipo cualquiera, cual Forrest Gump a la italiana: Es un chico de lo más normal que se ve involucrado en una situación que lo supera. Es un poco un reflejo de toda Sicilia en unos tiempos tan convulsos como los de la ocupación americana. Aunque normal no parece la palabra adecuada para un personaje al que vemos sobrevolando la isla montado en un asno: Los sicilianos somos especialmente fuertes, ni valientes, pero sí tenemos un don. Somos capaces de darlo todo por amor.