Cincuenta sombras liberadas
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Fifty Shades Freed (USA, 2018, 105 min.). Dir.: James Foley. Int.: Dakota Johnson, Jamie Dornan, Rita Ora, Luke Grimes, Eric Johnson, Eloise Mumford. DRAMA.
Como thriller erótico no funciona. En Cincuenta sombras liberadas no hay ni intriga ni lascivia. Como adaptación literaria es obtusa: no se advierte ni el intento de adecuar el texto al lenguaje cinematográfico. Y como cierre de saga es uno de los más desganados que se recuerdan. La tercera parte de la trilogía basada en el fenómeno literario de E.L. James es la más floja. La sostienen mínimamente la profesionalidad y el carisma de Dakota Johnson y Jamie Dornan, y algo de guasa en la representación del lujo que rodea a la pareja (la escena de la luna de miel, y la de la arquitecta). Pero lo demás es muy frustrante.
Su intriga carece de consistencia. Al margen de si es por un exceso de fidelidad al libro, no tiene ni misterio ni tensión, las situaciones son pura desgana (o ridículas) y su villano es intercambiable. Y sus dimensiones romántica y erótica, las que más cuidadas deberían estar, no tienen brillo. La descripción de Anastasia y Christian es más confusa y contradictoria que en las otras entregas, y el relato de su relación está estancado, y, de no ser por las rutinarias escenas de la Habitación Roja, metidas con calzador, olvidaríamos que la peculiaridad de la saga es que va sobre una relación sadomasoquista. Desirée de Fez