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¡TODOS A LA CÁRCEL!

‘Oz’. HBO incorpora a su catálogo este drama carcelario que, estrenado en 1997, fue el antecesor de clásicos como ‘Los Soprano’ o ‘The Wire’.

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Una serie pionera. Antes de romper esquemas con Los Soprano y The Wire, en 1997 HBO estrenó Oz, un poderoso drama carcelario que se convertirí­a, sin saberlo, en uno de los padres de la (supuesta) nueva edad de oro que vive la ficción televisiva. Nos movíamos en un territorio virgen, porque HBO nunca había producido una serie dramática, recordaba, recienteme­nte, su creador, Tom Fontana, entre cuyos triunfos catódicos brillan la serie hospitalar­ia St. Elsewhere, vista en los ca- nales autonómico­s, u Homicidio. La serie nos llevaba al interior de Ciudad Esmeralda (en un guiño a El Mago de Oz), un módulo experiment­al en una prisión de alta seguridad. Un microcosmo­s donde la moralidad adoptaba un significad­o nuevo, y en el que tenían cabida mafiosos y traficante­s, neonazis y moteros, luchas de poder e intentos imposibles de rehabilita­ción y redención. De igual modo, Oz mostraba un retrato insólito del colectivo musulmán y de las relaciones homosexua- les. Recibí muchísimo feedback de gays que me decían: ¡Gracias a Dios, finalmente, un personaje homosexual tridimensi­onal! Aunque fuera un psicópata, apuntaba Christophe­r Meloni, que daba vida a un preso que vivía un affaire en la ficción con Lee Tergesen. Un drama shakespear­iano. Con un reparto tan sólido como semidescon­ocido (Meloni aún no había estrenado Ley y orden; a Harrold Perrineau le quedaban años para subir al Oceanic 815 de Perdidos, y J.K. Simmons ni se olía el Oscar que ganaría por Whiplash), la serie vivió durante seis espléndida­s temporadas que ahora recupera HBO.

Dos décadas después, algunos de los protagonis­tas reivindica­ban la importanci­a de Oz en la historia de la televisión: Mostrábamo­s la violencia, pero también sus consecuenc­ias, algo que no se veía a menudo, argumentab­a Harold Perrineau. La serie era una suma de brutalidad y poesía, no había nada igual, afirmaba Christophe­r Meloni. Hubo escritores increíbles antes y después de Tom Fontana, pero, si hablas con Vince Gilligan, David Simon o con cualquier escritor que valga la pena, te dirán que todo empezó con Tom, remata Dean Winters, otro de los protagonis­tas.

ESTRENO EN HBO: 1 MARZO

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J.K. Simmons, un neonazi en prisión.

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