A LAS BARRICADAS... ¿O NO ES NECESARIO?
Parece mentira, pero, en 2018, seguimos hablando del sida… como una asignatura pendiente de muchos gobiernos, de muchas empresas farmacéuticas, de la medicina mundial. En 120 pulsaciones por minuto logran tratar esta cuestión de una manera emocionante, viva, que conecta con las nuevas generaciones y recuerda a los jóvenes que no sólo no es un tema superado, sino que este se puede usar para hacer buen cine, con personajes sólidos, y no estereotipos. Núria Torres Molina (vía e-mail).
Demasiadas manifestaciones. Yo quería más amor. Y no tanto sexo. Vale, soy un romántico. Punky (vía e-mail).
¡Qué bien que se haga cine político! Pensaba que la tele nos había lavado el cerebro a todos, y que lo incómodo no se llevaba. Sonia Pérez (vía e-mail).
Con dos protagonistas tan guapos, uno se despista un poco del tema de la película de Robin Campillo. ¡Qué le vamos a hacer! Soy humano, como decía el Hombre Elefante. La volveré a ver, o, mejor, la volveré a escuchar. Corchero (vía e-mail).
CONTESTA MR. BELVEDERE
Como siempre digo, nunca hay temas superados, pasados de moda o demasiado machacados, sino películas que no son útiles, originales o necesarias. Lo mismo cuando se trata de la Guerra Civil, el sida o la Segunda Guerra Mundial. Y esta cinta del señor Campillo sí que es útil, original y también necesaria, y los dos protagonistas y su entorno tienen muchas pulsaciones.