Fotomatón. Natalia Roig.
Nos familiarizamos con ella en el camping de la serie ‘Con el culo al aire’; la veremos en ‘Oh Mamy Blue’ junto a Carmen Maura, y se dispone a rodar ‘La mancha negra’, con Hugo Silva y Concha Velasco. En la comedia ‘El intercambio’, que ahora estrena, desafía la rutina matrimonial con un accidentado intercambio de parejas. Natalia Roig (Málaga, 1976) derrocha entusiasmo, salero y verdad.
¿Cuándo fue la primera vez que pensó en ser actriz? Todavía no hablaba y ya le decía a mi madre, con la lengua medio trabada, que me quería ir a Madrid a trabajar con Lina Morgan. No recuerdo haber querido ser ninguna otra cosa.
¿Cuándo vio que lo había conseguido? Cuando reparo en que llevo más de 20 años viviendo de esto. He hecho de payaso animador en comuniones; he cargado y descargado furgonetas, he hecho mucho pueblo... Mi primer sueldo, 3.000 pesetas, fue metida en un gusano en la cabalgata de los Reyes Magos.
¿A quién admiraba de pequeña? A Bette Davis, Chaplin, Woody Allen y James Stewart.
¿A quién admira ahora?
A mi marido (Ignacio Nacho, director de El intercambio y de la obra teatral homónima) y a mi yorkshire, Martínez.
¿Qué necesita?
Que se vea El intercambio, que creo que es uno de mis mejores trabajos.
¿Qué le sobra?
Unos kilitos. Los actores pueden ser calvos y gordos, pero nosotras, no. Esta industria es muy machista.
Aprendí mucho de... los libros. Soy una lectora voraz. Creo que, para ser buena actriz, hay que viajar, ver mundo y ser una persona instruida. Y también de mi marido, que lo tengo en un pedestal. No me enseñó nada: La planta de Hematología en la que perdí a mi madre por leucemia.
Lo mejor (o peor) que aprendí de una pareja: A ser generosa, a tener paciencia y a admirar.
Un acierto: Practicar mindfulness. Soy más feliz desde que lo practico.
Un fallo: Me machaco mucho. Soy muy cruel conmigo.
Un horror: El fanatismo.
Un estrés: Todo me estresa. Soy muy nerviosa.
Querría conocer (o me gustaría haber conocido) a: Javier Bardem. Lo admiro mucho y me gustaría charlar con él sobre sus procesos de trabajo. Y a William Shakespeare y a también a Lola Flores.
No querría conocer a:
Ningún dictador.
Mito erótico confesable:
Tom Hardy.
Hacer escenas de desnudo/ eróticas es: No me las ofrecen, pero tuve un desnudo en teatro, en Fuenteovejuna. Soy pudorosa, me cuesta.
EL INTERCAMBIO SE ESTRENA EL 1 DE JUNIO