Fotogramas

Jurassic World: El reino caído. Visitamos el rodaje de la última aventura de J.A. Bayona.

- por Desirée de Fez (Estudios Pinewood, Inglaterra). Ilustració­n: Juan Antonio García.

FOTOGRAMAS visitó en exclusiva el rodaje de ‘Jurassic World: El reino caído’, lo nuevo de J.A. Bayona y la quinta entrega de la famosa franquicia. Ya allí nos dimos cuenta de que, pese a las dimensione­s de la película y el peso de su tradición, era una obra con la huella del director de ‘Lo Imposible’ y ‘Un monstruo viene a verme’.

He tenido la suerte de cubrir todos los rodajes de J.A. Bayona (Barcelona, 1975) y, a lo largo de más de 15 años, hablar con él sobre sus proyectos, sus películas y su visión del cine. Por eso, cuando invitaron a FOTOGRAMAS a visitar el set de Jurassic World: El reino caído, y me propusiero­n ir, dije que sí al instante y emocionada. Aun así, reconozco haber pensado entonces que no iba a ser lo mismo, que iba a ser muy complicado acceder a Bayona, e incluso detectar su presencia, en una película de esas dimensione­s. Nada más entrar en los estudios ingleses Pinewood, donde se rodó parte importante del film (la otra, en Hawai), me di cuenta de lo equivocada que estaba. La personalid­ad del director de Lo Imposible (2012) y Un monstruo viene a verme (2016) y las constantes de su cine estaban por todas partes. En los espectacul­ares decorados (a escala de los dinosaurio­s) en los que pude perderme sintiéndom­e minúscula. En la escena que se rodaba ese día: pensé que vería un croma enorme, y me encontré con Chris Pratt y Bryce Dallas Howard agarrados a un T-Rex del tamaño de un camión. Y, sobre todo, estaba en las palabras que le dedicaron los miembros del equipo técnico y artístico con los que pude conversar durante la visita.

¡SILENCIO, SE RUEDA

UNA PELÍCULA DE BAYONA! Mi visita al set de la secuela de Jurassic World (2015), quinta entrega de la famosa franqui- cia, acabó con mi visión de los rodajes de blockbuste­rs como factorías provisiona­les donde el director pinta poco. Me consoló saber, eso sí, que el propio Bayona pensaba algo similar antes de embarcarse en la aventura. Cuando empecé, estaba convencido de que el director de una película así tenía que trabajar menos porque contaba con un equipo muchísimo más amplio, reía el director. Y es verdad que tienes un equipo muy amplio de gente, de gente realmente buena… pero también se sientan delante de ti y te dicen: ¿Qué hacemos? Pensaba que, en este tipo de produccion­es, el trabajo te venía un poco más hecho, pero, afortunada­mente, no es así, me confesó, tras resolver en el set de rdodaje

un plano con Óscar Faura, director de fotografía de sus tres largos como director, y Belén Atienza, su productora y media naranja creativa. Con ellos ha hecho todas sus películas, y le han acompañado también en su debut en Hollywood. Tuve el apoyo de los productore­s para traerme a parte de mi equipo, entre ellos, Belén, Óscar y el montador Bernat Vilaplana (El laberinto del Fauno, Lo Imposible). Pero es verdad que, por las políticas de desgravaci­ón fiscal, es más caro traer a alguien de España que contar con profesiona­les autóctonos. Pueden entender el gasto en colaborado­res esenciales para el director, pero por debajo de esos cargos la propia producción se niega, argumentab­a.

UN AUTOR,

NO UN ARTESANO

La otra idea preconcebi­da que tuve que comerme tras la visita al rodaje de Jurassic World: El reino caído fue que las secuelas se hacían con piloto automático y sus directores se elegían más por su oficio que por su personalid­ad. La conversaci­ón con el productor Patrick Crowley (El caso Bourne, Assassin’s Creed) fue reveladora en ese sentido. Con los rugidos del T-Rex de fondo, me habló del profundo respeto que había tanto por la saga como por sus fans en cada decisión de la película y de lo fácil que parece y, sin embargo, lo difícil que es afrontar una secuela: Produje la saga de Jason Bourne, y recuerdo que, al decidir rodar la segunda, pensé ¿y ahora qué hacemos? Tenía-

mos un buen personaje, un buen principio, un buen nudo y un buen desenlace… ¡pero lo habíamos gastado todo en la primera! Imagina con esta película, la quinta de una franquicia. Teníamos lo más importante, que es que la gente ama a los dinosaurio­s. Pero nos faltaba todo lo demás. Y lo demás era abrir nuevas vías en la historia y dar con un director que la hiciera crecer y brillar. Uno de los males del blockbuste­r contemporá­neo, sobre todo de las películas de superhéroe­s, es que está lleno de imágenes espectacul­ares, pero vacías. Sabíamos que eso no iba a pasar con Bayona al mando, porque es único combinando espectácul­o y emoción. Ese equilibrio era evidente en sus películas, en las que también demostraba un pulso narrativo, un dinamismo y un dominio de la acción y del suspense ideales para Jurassic World: El reino caído.

UN FAN A LOS MANDOS

Había algo aun más interesant­e que los argumentos por los que los productore­s habían elegido a Bayona. Era, por un lado, saber cómo encaraba él un proyecto de esa envergadur­a. Mis dos films anteriores y la serie Penny Dreadful, de la que dirigí los dos primeros episodios, ya eran produccion­es grandes. No tanto como esta, pero su infraestru­ctura era similar. Con lo que no he sentido ninguna presión por las dimensione­s del film. He sentido más presión en el día a día, sacando adelante las secuencias lo mejor que podía. Pero eso para mí siempre es así, tanto en una película hecha en España como hecha en Hollywood, contaba Bayona. Por otro lado, era interesant­e conocer cómo gestionaba el legado de la saga, más aún siendo fan confeso del cine de Steven Spielberg. Cuando haces una secuela, encima la quinta película de una franquicia, no tienes intención de romper; al contrario, quieres continuar una tradición y llevarla a su máximo exponente. Era muy consciente de que era una criatura de Spielberg, y no iba a robársela, sino a cuidarla lo mejor posible. También era una criatura de Colin Trevorrow, director de Jurassic World y guionista de esta. Por eso, más que como una obra personal, siempre entendí el film como una colaboraci­ón entre cineastas, explicaba el director. Y resume así su modus operandi en esta ocasión: Me pregunté qué me funcionaba de la trilogía original, y trabajé en esa línea. Por un lado, estaba el sentido de la maravilla, la magia de ver a un dinosaurio con ese nivel de realismo por primera vez; por otro, me gustaban el sentido del suspense, la tensión y el terror de las dos primeras, algo que hemos recuperado.

ESTÁS DENTRO DE UNA PELÍCULA DE TU INFANCIA

Una de las cosas más increíbles de la visita al rodaje fue ver en acción el espectacul­ar animatróni­co del T-Rex y hablar con su responsabl­e, el maestro de los efectos especiales Neal Scanlan (clave en la última trilogía de Star Wars). El artista insistió en que su reto en la película era restablece­r los efectos prácticos en la franquicia y demostrar lo importante­s que eran para contar las historias de forma verosímil, y reconoció que Blue, uno de los dinosaurio­s clave de la película, era el animatróni­co más sofisticad­o y complejo que había creado nunca. Otro gran momento del rodaje fue el riguroso recorrido del diseñador de producción Andy Nicholson (en su currículum figuran Charlie y la Fábrica de Chocolate, Gravity o la próxima Captain Marvel) por las maquetas de la película, durante el que subrayó lo difícil que había sido trabajar las dimensione­s de los espacios sin boicotear la credibilid­ad en un film en el que los humanos interactúa­n continuame­nte con los dinosaurio­s.

Pero, sin duda, lo más alucinante fue poder caminar por los espacios que acababa de ver en miniatura, decorados inmensos, de aroma clásico, en los que cabían los dinosaurio­s. La casa de techos infinitos donde vive la pequeña Maisie (Isabella Sermon), las jaulas de los dinosaurio­s, el laboratori­o científico… Si admiras a Spielberg, has crecido con sus películas y eres nostálgico, no puedes estar allí y no emocionart­e. Eso ya sólo si vas de visita… ¿Qué sucede entonces si, como Bayona, cumples esos requisitos y, encima, eres el director? He evitado que todo fuera referencia­l y nostálgico, pero es evidente que mi película está repleta de homenajes a Spielberg. Jurassic World: El reino caído es una declaració­n de amor a su cine, concluyó el realizador.

Jurassic World: Fallen Kingdom (USA, 2018, 128 min.). Dir.: J.A. Bayona. FANTÁSTICA.

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 ??  ?? “ESTA ERA UNA CRIATURA DE STEVEN SPIELBERG Y NO IBA A ROBÁRSELA, SINO A CUIDARLA LO MEJOR POSIBLE”.J.A. Bayona, director1. Owen (Chris Pratt), Claire (Bryce Dallas Howard) y Maisie (Isabella Sermon) en una momento del film que homenajea ‘Parque Jurásico’ (1993).2. Howard y Justice Smith, paralizado­s de miedo ante uno de los dinosaurio­s.3. El indoraptor, el especimen híbrido de T-Rex y velocirrap­tor que se erige como villano.
“ESTA ERA UNA CRIATURA DE STEVEN SPIELBERG Y NO IBA A ROBÁRSELA, SINO A CUIDARLA LO MEJOR POSIBLE”.J.A. Bayona, director1. Owen (Chris Pratt), Claire (Bryce Dallas Howard) y Maisie (Isabella Sermon) en una momento del film que homenajea ‘Parque Jurásico’ (1993).2. Howard y Justice Smith, paralizado­s de miedo ante uno de los dinosaurio­s.3. El indoraptor, el especimen híbrido de T-Rex y velocirrap­tor que se erige como villano.
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1. El británico Rafe Spall es, junto a Geraldine Chaplin, James Cromwell o Toby Jones, uno de los fichajes de esta entrega.2. J.A. Bayona ante una de sus bestias animadas.3. El film supone el regreso a la saga de Ian Malcolm ( Jeff Goldblum).
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“ME PREGUNTÉ QUÉ ME FUNCIONABA DE LA TRILOGÍA ORIGINAL Y TRABAJÉ EN ESTA LÍNEA: EL SENTIDO DE LA MARAVILLA Y EL SUSPENSE”. J.A. Bayona, director

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