LOS 50 SON LOS NUEVOS 30.
Cuando su marido la abandona por una mujer más joven, Marie-Francine (Valérie Lemercier) piensa que su vida ha tocado fondo y decide volver a vivir con sus padres.
Adolescentes a la fuerza. A partir de una premisa que el propio cine francés ya había explotado (Vuelta a casa de mi madre, de Éric Lavaine), la de los hijos ya adultos que se ven obligados a volver a vivir en casa de sus padres, y con sus padres, la actriz (Los visitantes, ¡no nacieron ayer!) y directora (¡Palacio Real!)
Valérie Lemercier sube la edad (esos 50 terribles) de la hija pródiga. Quería hacer una comedia divertida,
dice, pero, a la vez, crítica con estas generaciones que, a los 50 años, no han conseguido ser nada en la vida y se refugian en un regreso a la adolescencia, a la comodidad. Los hijos de los estudiantes del Mayo del 68 que no han conseguido nada destacable. Al final, sin embargo, me ha salido un film optimista, que quiere a los personajes. ¡Una comedia romántica, un género que yo odio!
De vuelta al nido. Hélène Vincent (Samba), la madre de la protagonista y pareja en pantalla de Philippe Laudenbach (Vivamente el domingo), difiere: ¡Yo amo la rom-com! Y me alegra que exista ese regalo de una segunda oportunidad gracias al amor. Patrick Timsit (Todos están locas) encarna al nuevo interés romántico de Marie-Francine. Soy un cocinero, hijo de unos inmigrantes portugueses, que también ha tenido sus problemas con la vida, pero es más optimista. Por eso, será un apoyo decisivo para ella.
ESTRENO: 15 JUNIO
Marie-Francine (Francia, 2017, 95 min.). COMEDIA.