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El rodaje con los niños va bien, el problema lo están planteando los animales, comenta divertido a FOTOGRAMAS el director Denis Rovira (Cambrils, 1976) en el plató de La influencia, adaptación de la novela de terror psicológico del autor Ramsey Campbell, con la que debuta en el largometraje. Hay gaviotas, perros... pero lo más complicado son las arañas. Las tenemos de todas las clases, incluida una tarántula, porque el argumento toca todas las fobias y formas del miedo. Soplándolas puedes llegar a dirigirlas, pero no siempre funciona, remata resignado.

Regreso al infierno familiar. La película gira en torno a cinco personajes principales, miembros de una misma familia. Manuela Vellés da vida a Alicia, que regresa al que fue su hogar con su marido, Mikel (Alain Hernández), y su hija de nueve años, Nora (la niña Claudia Placer, vista en Verónica, como una de las hermanas de la protagonista). Allí, se enfrenta a su pasado, representado por su hermana, Sara (Maggie Civantos) y su madre, Victoria (Emma Suárez), la posesiva matriarca, que sobrevive conectada a una máquina. Esta ejercerá una influencia morbosa sobre su nieta.

Cambios sobre la novela. En el guion, que han escrito Michel Gaztambide (No habrá paz para los malvados) y Daniel Rissech con el propio Rovira, se han introducido cambios con respecto a la novela, como adaptar la trama a la realidad española. Habrá elementos nuevos que van a sorprender, junto con otros propios del género, pero manteniendo esa fascinación malsana de Nora por su abuela que es la base del relato, advierte el director. Lo que atraerá al espectador es ver esa situación enrarecida por el pasado y el peso que tienen sobre nosotros las relaciones familiares. El principal y único cambio que puedo revelar es que Victoria no es una presencia fantasmal, como sí que ocurre en el libro.

Terror muy creíble. Rovira, admirador del género, sobre todo de clásicos como El exorcista (William Friedkin, 1973) o El resplandor (Stanley Kubrick, 1980), aunque también de propuestas más actuales como La bruja (Robert Eggers, 2015) o Babadook (Jennifer Kent, 2014), apuesta por un terror realista con componentes fantásticos. Hay muchos efectos especiales, pero todos de rodaje, como el maquillaje, para que no se vean falsos o artificiales; aunque los habrá también de posproducción, explica. Busco un terror muy orgánico y creíble. Una película que dé mucho miedo, abierta a todo tipo de público.

El horror, mejor con niebla. El cineasta pone empeño especial en el tratamiento fotográfico y la textura del film. Mi objetivo es conservar el ambiente frío, nublado y lluvioso de la Gran Bretaña natal de Ramsey Campbell; por eso rodamos en Asturias y en la sierra de Guadarrama, donde está la casa de la ficción, en el pueblo segoviano de San Rafael, describe. Produce la cinta Kiko Martínez (Musarañas) para Nadie es Perfecto.

“VA A SER UNA PELÍCULA DE TERROR DURO, QUE DARÁ MUCHO MIEDO, PERO ABIERTA A TODO TIPO DE PÚBLICO”.