Críticas.
★★★★★
Cold War (Polonia, Francia, Gran Bretaña, 2018, 88 min.). Dir.: Pawel Pawlikowski. Int.: Joanna Kulig, Tomasz Kot, Borys Szyc, Cédric Kahn, Jeanne Balibar. DRAMA ROMÁNTICO.
Hace ahora cuatro años, el polaco Pawel Pawlikowski sorprendió a propios y extraños con Ida, un drama moralmente enjundioso y protagonismo femenino, ambientado en los ambiguos años 60. Ahora, el arco temporal de su nuevo film, sin cambiar demasiado, se traslada un poco antes, a los años duros del estalinismo, para cubrir, desde los años 40, dos décadas en la trágica relación entre un músico y compositor talentoso (Kot) y una magnética cantante y bailarina (Kulig), llamada a ser un ídolo de masas. Parecería pues, y desde el título, que estamos ante otro ajuste de cuentas con la Historia; pero como tantas otras cosas en esta película fascinante, la apariencia es sólo eso: el mero telón de fondo para contar, a la postre, una historia privada que hemos visto muchas veces (un hombre y una mujer que no pueden vivir el uno sin el otro; pero tampoco el uno con la otra), aunque muy pocas con la contundencia y, al tiempo, la sensibilidad con que aquí se muestra. Entre la desesperanza y la angustia. Tragedia amorosa contada no sólo desde una propuesta de autor, el director recurre aquí a otros ingredientes, algunos ciertamente impensados: por una parte, por el film campan extraños estilemas del cine musical, como cuando filma los coros y danzas polacos con la destreza de un avezado experto en cine coreográfico. Por la otra, el tratamiento del jazz en el film (sencillamente espléndido) adquiere caracteres casi filológicos, como cuando reproduce el sensual ambiente de las cuevas de Saint Germain con una maes-
tría incontestable. Pero lo mejor de esta propuesta en blanco y negro, como para resaltar la grisura de esos tiempos de Guerra Fría, es la volcánica y, a un tiempo, casi soterrada, historia de amor, entre la desesperanza y la angustia, en la que el mayor peso, como en
Ida, corresponde a la protagonista femenina, la impresionante Joanna Kulig, capaz de modular mucho mejor que su débil, enamorado
partner, un personaje de mujer superviviente en tiempos espantosos. Enorme cuando cuenta el día a día de una sociedad policial y miedosa, más grande aún cuando pone en imágenes el desencuentro vital entre dos seres condenados, en Cold War estamos ante el indudable paso adelante de uno de los directores más en forma del cine europeo de ahora mismo.