Maribel Verdú, por Ola de crímenes.
La actriz madrileña desencadena una ‘Ola de crímenes’ en Bilbao, en la cuarta película con su cómplice, Gracia Querejeta. Una disparatada comedia negra de la que nos desvela mil y una anécdotas.
Lo mejor que puede pasarme es que me llame Gracia Querejeta para trabajar con ella. La nuestra no es una relación de directora y actriz; somos amigas, muy buenas amigas. Nos miramos y nos entendemos; con un gesto sabemos lo que piensa una de la otra, sabe sacar cosas de mí que yo no sé que tengo. Me gusta porque es muy ‘sincerota’, como yo, no se anda con tonterías y te dice las cosas tal cual. La incombustible Maribel Verdú estrena Ola de crímenes, cuarta película con la realizadora ( Siete mesas de billar francés [2007], 15 años y un día [2013], Felices 140 [2015]), y ya preparan la quinta, Crossroad, para la próxima primavera. Mientras llega el momento de volver a compartir set con su amiga, la actriz ya se ha metido en la piel de una inspectora de policía superborde, que no tiene empatía con nadie. Me tiene ‘loquita’ porque es un papel que no había hecho nunca… ¡y mira que he hecho de todo! Se trata de Los asesinatos de Goya, de Gerardo Herrero, con el que trabajó hace más de 20 años en Frontera Sur y con el que está muy a gusto. Pero no son los de Goya, sino los de Bilbao, los crímenes de su cuarta colaboración con Querejeta. Su personaje, Leyre, provoca los disparates más inverosímiles con su entrañable torpeza y su desmedido amor de madre. Leyre es entrañable. Es verdad que tiene una pedrada por lo atolondrada que es, pero a la vez su ingenuidad conmueve. Me divertí muchísimo rodándola, porque cada día era una Leyre diferente, por su dispersión. Hay una escena con Antonio Resines, Raúl Peña y Raúl Arévalo, que ocupa el primer puesto en el ranking de risas que me he echado en mis 33 años de carrera. No podíamos parar de reírnos, contagiamos a todo el equipo, ¡fue genial! Aunque Maribel, con más de 70 películas en su haber, ha pasado de la comedia al drama indistintamente, confiesa que donde mejor se siente es donde se explota el sentido del humor. Me encanta hacer comedia, pero es tan difícil encontrar un guión digno, que no resulte patético, ni obvio, ni barato… Por eso para mí, ponerme en manos de Gracia es fundamental. Tiene un pudor exquisito, y sé que con ella nada va a resultar vulgar. Me fascina su ironía. Con Gracia me tiro a la piscina sin pensarlo, con los ojos cerrados. Y así ha hecho en esta comedia de intriga y acción con personajes construidos de verdad y muy femenina, según la directora. La protagonista es una mezcla entre ama de casa sumisa y explosivo objeto sexual a los ojos del amigo adolescente de su hijo (Miguel Bernardeau). Otro de los ingredientes del guión (de Luis Marías, Todo por la pasta), que no es el único que sitúa últimamente a la actriz en el agradecido rol de seductora de yogurines.
Estoy encantada con la situación, ¡imagínate! En El doble más 15 de Mikel Rueda tengo a un adolescente (Germán Alcarazu) a mis pies, y en Ola de crímenes a otro que bebe los vientos por mí. ¡Que no me pongan en la próxima a uno de 50 que ya no compro! Aunque a Verdú, que ya se ha planteado dirigir, le parece poco elegante confesar que rechaza muchos guiones (a pesar de que encadena un rodaje con otro), lo cierto es que se le acumulan las propuestas. ¿Una actriz con suerte? La suerte existe, desde luego, porque hay muchos actores con muchísimo talento que no trabajan.
Si yo tuviera el poder y el dinero para producir mis propias pelis… pero un día decidí que mi vida iba a ser otra. Recuerdo en el rodaje de Y tu mamá también (2001), que Alfonso Cuarón me dijo que mis agarraderas para interpretar son la verdad y la honestidad, y que aparcara mis complejos. Ahí sigo. Imagino que conmigo funciona el boca a boca, soy una tía puntual, que crea buen rollo, que se sabe los textos, que procura hacer las cosas fáciles. Yo siempre me levanto pensando ‘voy a facilitar la vida a la gente’ porque así
mejoro la mía. Puedo tener malos días, como todo el mundo, pero hago ese ejercicio de optimismo. Yo soy la que organiza comidas y cenitas en los rodajes, me gusta unir a la gente. Es mi carácter. En las siete semanas y media que tardaron en terminar Ola de crímenes, Maribel ‘cerró’ el puente colgante de Bilbao según las noticias locales (¡ya ves, como si yo tuviera la culpa!), se peleó a vida o muerte con Paula Echevarría (rodar acción en el cine es un rollo, lo odio; tuvimos que ensayar muchísimo y, por mucho cuidado que tengas, al final te haces daño) y tuvo tiempo de expiar sus culpas (que no son pocas) con Javier Cámara, su confesor en el film. En este contexto, y ‘en casa’, es donde se siente feliz. El sueño americano nunca la tentó. No tengo esa ambición, no la he tenido nunca, ni me apetece estar metida en una roulotte sin que nadie se me acerque porque mi contrato lo prohíbe. Necesito sentirme querida.
ESTRENO: 5 OCTUBRE
Ola de crímenes (España, 2017, 98 min.). Dir.: Gracia Querejeta. COMEDIA NEGRA.