Ha nacido una estrella. Encuentro exclusivo en Venecia con Lady Gaga y Bradley Cooper.
Dispuestos a no conformarse con sus estatus de diva del pop y estrella de Hollywood, Lady Gaga y Bradley Cooper se lanzan al vacío y renacen como actriz total y director de prestigio en la nueva versión de ‘Ha nacido una estrella’. El Oscar ya llama a sus
Apocos metros de la Plaza de San Marcos, en uno de los salones del Palacio Ca’ Giustinian de Venecia, donde se alojaron años ha Marcel Proust y Giuseppe Verdi, FOTOGRAMAS espera pacientemente su cita con Lady Gaga y Bradley Cooper, dos estrellas renacidas como actriz y director, respectivamente, en la nueva versión de Ha nacido una estrella. Se abren las puertas y la gran diva pop de la era
millennial se acerca y, con voz susurrante y una cordialidad desarmante, se presenta: Soy Gaga, pero puedes llamarme Stefani, dice mientras rodea la mano del periodista con sus dos palmas. Por su parte, Cooper, consciente de la imposibilidad de superar el efecto Gaga –que aún tiene al periodista tambaleando– se limita a estrechar la mano con seguridad y regalar una de esas sonrisas de oreja a oreja que lo han convertido en un rostro familiar para el gran público desde el éxito de Resacón en Las Vegas (2009).
Cooper y Gaga, que comparten raíces italoamericanas y acento neoyorquino, se sientan frente al periodista conocedores del éxito mediático y de crítica en el que se ha convertido su Ha nacido una estrella desde el estreno del film, el día anterior, en la Mostra de Venecia. Sin embargo, ajenos al bullicio y a las quinielas que ya los sitúan como serios candidatos a los premios Oscar, la pareja muestra un humildad que se antoja auténtica y que se afianza en una genuina devoción mutua. Al mencionarle la evidente química actoral, Cooper espeta: La química no se puede fingir o simular. A veces miras a los ojos de una persona y está ahí, y entonces toca trabajar esa química para que resplandezca en la pantalla. A lo que Gaga responde con picardía:
Fue muy fácil enamorarse de Bradley, afirma mientras sonríe amigablemente a su partenaire y director.
La admiración es mutua, pero Gaga resulta especialmente elocuente a la hora de exponer su deuda para con Cooper: Recuerdo perfectamente el día en que bajé las escaleras de mi casa para filmar mi prueba de pantalla para la película, relata la cantante. Vi
que Bradley tenía una toallita desmaquilladora en la mano. Se acercó a mí y me la pasó por la cara, delicadamente. Y me dijo: Nada de maquillaje.
Aquello despertó mi vulnerabilidad, y para alguien como yo, que no está acostumbrada a mostrar ese tipo de vulnerabilidad en público, presentar- me así delante de la cámara ha sido un desafío y una experiencia excepcional. Gaga no oculta que, a lo largo de su vida, le ha resultado más fácil comunicarse con el mundo a través de la personalidad siempre cambiante de Lady Gaga. Una coraza de la que se libera en su primer papel protagonista en Hollywood, aunque Cooper, en un gesto protector, apunta que hay que dejar muy claro que a quien vemos en la pantalla es a Ally Campano, un personaje de ficción, y no a Stefani Germanotta, el nombre real de Lady Gaga.
GAYNOR, GARLAND, STREISAND… Y GAGA
Ha nacido una estrella es la cuarta versión de la misma historia, en la que una joven artista es descubierta y lanzada al estrellato por el hombre del que se enamora y a quien intenta ayudar en su lucha contra los fantasmas del alcoholismo. No es casualidad que esta historia haya sido adaptada en tantas ocasiones, afirma Gaga: Tiene algo de intemporal y universal; es una historia de amor golpeada por la fragilidad humana. Además, la autora de Poker Face advierte que, a lo largo de las décadas, siempre ha existido una curiosidad por conocer la intimidad de los artistas. Todos intuimos que detrás de cada estrella debe de haber momentos álgidos y momentos bajos, y Ha nacido una estrella te acerca a esa realidad. Para Gaga, más allá de la disección del estrellato, la película habla sobre el coraje, la valentía, la aceptación de uno mismo y del otro, la superación de los traumas, las adicciones… Por su parte, Cooper, que además de dirigir y protagonizar el film, figura como guionista, productor y autor de algunas de
“SOY SIMPLEMENTE UNA ASPIRANTE A ACTRIZ QUE HA TENIDO LA SUERTE DE RECIBIR LA CONFIANZA DE UN GRAN DIRECTOR” Lady Gaga, actriz
las canciones, revela que su objetivo central era contar una historia de amor a través de la forma más pura de comunicación: la música.
La interpretación de Gaga despertará con toda seguridad comparaciones entre la actual reina del pop y las protagonistas de las anteriores versiones de Ha nacido una estrella: Janet Gaynor (1937), Judy Garland (1954) y Barbra Streisand (1976). Sin embargo, Gaga afirma no tener miedo: Sé que lo he dado todo en esta película y, en todo caso, soy consciente de que no juego en la misma liga que Gaynor, Streisand y Garland, que es mi actriz favorita de todos los tiempos. Soy simplemente una aspirante a actriz que ha tenido la suerte de recibir la confianza de un gran director, compañero de reparto y amigo como Bradley. Por su parte, Cooper no se esconde de las comparaciones y revela que su versión de Ha nacido una estrella esconde más de un guiño a la versión de 1954: La imagen de Stefani subiendo unas escaleras y cantando el preludio de Over the Rainbow, mientras aparece el título de la película es un intento de homenaje a Garland y a la gran película de George Cukor. Y, luego, rodamos la última escena de la película en el Shrine Auditorium, donde transcurría el interludio musical de 20 minutos cantado por Garland.
NI TRAMPA NI CARTÓN
Si hay una escena de la nueva Ha nacido una estrella destinada a quedar fijada en la memoria del espectador, es aquella en la que Ally Campano, el personaje al que da vida Gaga –y que lleva el apellido de soltera de la madre de Cooper–, es arrastrada al escenario por la estrella del country-rock Jackson Maine (Cooper). Filmamos aquella escena delante de público auténtico y cantamos en directo, desvela Gaga. Recuerdo que, en la última toma, Bradley se me acercó y me dijo: Esta vez solo quiero que lo pases en grande. Y surgió algo mágico, sentí de verdad que estaba interpretando por primera vez una canción mía ante el gran público. Cooper confiesa que ver a una artista que acaba de actuar en la Super Bowl transformarse, gracias a su talento actoral, en una cantante novata fue extraordinario. Rodamos esa secuencia durante tres días y, en muchas de las tomas, Stefani se caía al suelo cuando yo la arrastraba al escenario. No quería soltarme la mano, estaba muy nerviosa, totalmente metida en el papel. Ese fue el nivel de intensidad con el que trabajó el dúo durante los apretados 42 días de rodaje de esta producción de 38 millones de dólares.
Con su decisión de cantar en directo las canciones del film, Cooper terminó de ganarse el respeto de Gaga: Odio esos momentos en que, en mitad de una película, los personajes se ponen a cantar y se nota que están haciendo playback, sostiene la ganadora de seis premios Grammy. He tenido la oportunidad de cantar con muchas estrellas de la música, pero a veces ni siquiera los mejores consiguen conectar conmigo a la hora de hacer un dueto. Sin embargo, con Bradley todo
fue sencillo; sentí que estaba cantando con un profesional: él me aceptó como actriz y yo a él como músico, remata Gaga.
UN DEBUTANTE CUARENTÓN
A la hora de interpretar a Ally Campano, Gaga admite que el mayor reto consistió en encarnar la sensación de fracaso, la pérdida total de confianza en una misma, que es lo que siente mi personaje al principio de la película: no se siente bella, no cree en sí misma y lo único que la salva es el amor y la confianza de Jack (Cooper). En mi caso, cuando decidí que quería dedicarme a la música, tenía 19 años y, aunque tuve que arrastrarme por Nueva York con mi teclado a cuestas, nunca dudé de mí misma: tenía mis canciones, mis vestidos y mi show a lo performance art. Para encontrar un vínculo directo con los miedos y anhelos de su personaje, Gaga mira hacia sus años de instituto: En aquella época sí que me sentí insegura: sufrí bullying y tenía muchos complejos, pero luego me resarcí.
Cuando se trata de reflexionar sobre el transcurso del tiempo, Cooper adopta un tono más ligero y recuerda una entrevista que le hizo Steven Soderbergh, responsable de la saga de Ocean’s Eleven, a Richard Lester, el director de cabecera de The Beatles: Lester afirmaba que un director estaba acabado a los 38 años, ¡y yo ya tengo 43!, ríe. Pongo todas mis esperanzas en el hecho de que Clint Eastwood dirigió Escalofrío en la noche (1971) con 40 años, dice entre car-
cajadas. Eastwood, que dirigió a Cooper en El francotirador (2014), estuvo a punto de llevar a la pantalla Ha nacido una estrella con Beyoncé de protagonista (ver dato).
LA DIMENSIÓN SÓNICA DE LA FAMA
En Ha nacido una estrella, el personaje de Ally Campano siente la presión de cambiar su apariencia y su estilo para alcanzar el éxito de masas. ¿Pasó Gaga por una experiencia similar? Al principio de mi carrera, yo creaba mi propia música, pero al no ser la chica más guapa del lugar, muchos ejecutivos de discográficas me proponían componer para otras cantantes, denuncia. Yo me aferré a mi música con todas mis fuerzas y no permití que me alejaran de mis canciones. Con el tiempo, supe aceptar ciertos consejos, pero siempre me mantuve fuerte en cuanto a proteger la esencia de mi arte. Nunca quise ser sexy como las otras, sólo quería ser yo misma, relata Gaga.
En cuanto a la reflexión que plantea el film acerca del estrellato, Cooper defiende que su Jackson Maine es un artista al que no le preocupa en absoluto la fama. En la primera secuencia de la película, después de actuar ante miles de personas, lo vemos encerrarse en su coche, pegar un trago de una botella de ginebra y sumergirse en un pozo de melancolía. Su combate no es con el exterior sino consigo mismo, aclara Cooper. A nivel personal, el actordirector se muestra fascinado por lo que él llama el elemento sónico de la fama: Cuando una celebridad aparece en público, de repente lo rodea un zumbido ensordecedor, una cacofonía de ruidos, pero un momento después puede estar solo en una habitación en absoluto silencio, explica
Cooper, que se siente orgulloso de haber dejado fuera de la película a los paparazzi. Por su parte, Gaga ratifica las palabras de su partenaire: A veces estoy en un escenario cantando para miles de personas, con la adrenalina a tope, y luego me voy al backstage, me encierro en una habitación en absoluto silencio y puedo ponerme a llorar de la emoción. Es una experiencia muy intensa.
LA SABIDURÍA DE LA CÁMARA
Preguntado acerca del estilo visual de la película, Cooper mira hacia el pasado, seis años atrás, cuando Lars Ulrich, el batería de Metallica, lo invitó al backstage de un concierto de la banda en Nueva York. Me situé justo detrás de la batería, observando a la banda en primer plano y a la muchedumbre tras los focos, rememora Cooper. La estampa me recordó a la imagen de Bono de U2 en un póster de Rattle and Hum, y pensé que esa perspectiva podía ser muy poderosa si se llevaba a la gran pantalla. De ahí saqué la idea de mantener siempre una visión subjetiva en las actuaciones musicales de Ha nacido una estrella: la cámara siempre está en el escenario. Además, Cooper defiende que los encuadres ayudan a ilustrar la personalidad de los personajes: Jack, siendo un hombre atormentado, está siempre intentando evitar el contacto directo con la cámara, mientras Ally, que tiene un alma pura, no tiene problemas para mirarla de frente. De hecho, Ally aparece filmada en primer plano desde el principio de la película, cuando está en el baño subterráneo del restaurante en el que trabaja. La cámara sabe desde el comienzo que ella tiene madera de estrella.
A Star Is Born (Estados Unidos, 2018, 135 min.). Dir.: Bradley Cooper. DRAMA MUSICAL.
“RICHARD LESTER AFIRMABA QUE UN DIRECTOR ESTABA ACABADO A LOS 38 AÑOS, ¡Y YO YA TENGO 43!” Bradley Cooper, director