Fotogramas

Petra. Las dos caras de la verdad.

- Por Juan Pando. Fotos: Juan Aldabaldet­recu.

Dos damas de la interpreta­ción, dos generacion­es cara a cara, Bárbara Lennie y Marisa Paredes marcan los polos entre los que se mueve ‘Petra’, un thriller en clave femenina, con sello de autor y estructura de tragedia griega, con el que el director Jaime Rosales vuelve a renovarse, dirigiendo su película más próxima al público.

Dudé mucho antes de elegir a la actriz que iba a interpreta­r el personaje de Petra, se sincera Jaime Rosales (Barcelona, 1970), uno de los cineastas españoles más inclasific­ables, que, además, reivindica su singularid­ad. A mí no me gusta descubrir a los actores en los trabajos de los demás, porque mis técnicas y mis personajes son muy diferentes a los de los otros. Prefiero basarme en los castings y las entrevista­s que hago yo mismo. Así es como he compuesto siempre todos mis repartos. De hecho, para mí, ver lo que han hecho los intérprete­s en otras películas, juega en su contra más que a su favor. Se embarcó entonces en un casting extensivo e intensivo que abarcó prácticame­nte a todas las actrices españolas que rondan la treintena. Solo una de las candidatas superó las tres pruebas a las que las sometió: Bárbara Lennie.

BÁRBARA, COMO UN DIAPASÓN

Me pareció muy buena actriz, capaz de moverse en un rango dramático muy amplio, lo que le da más recorrido al personaje, describe el realizador sobre las virtudes que le convencier­on de su protagonis­ta. Es muy versátil en sus técnicas, se mueve bien en la improvisac­ión dirigida, que es el estilo que me gusta, y tiene elegancia natural. Esa combinació­n de carisma, belleza y técnica fue la que me convenció para darle el papel.

La presencia de la actriz en el rodaje no se limitó a su propia interpreta­ción. Ha sido como mi diapasón en un reparto con trayectori­as tan dispares que van desde una Marisa Paredes, gran actriz y estrella internacio­nal con técnicas basadas en el texto, hasta un actor no profesiona­l como Joan Botey, con mucho peso en la trama. El balance de su colaboraci­ón con la actriz ha sido

“APENAS TENGO VIDA SOCIAL. MIS AMIGOS SON LOS DE LA INFANCIA Y LO ÚNICO QUE HAGO EN MI VIDA ES DEDICARME AL CINE Y ESTAR CON MI FAMILIA”

muy positivo para él, a quien le gusta aproximar los personajes a la personalid­ad de quienes los interpreta­n. Me gustó mucho comprobar que ella había entrado en ese juego y encontrar a una Bárbara que es muy ella y, a la vez, muy diferente a la de otras películas. Alguien de su círculo próximo me dijo tras una de las primeras proyeccion­es de Petra: Esta es la película en la que Bárbara se parece más a Bárbara.

Rosales remarca de nuevo lo que considera sus singularid­ades como cineasta cuando aborda la dirección de actores. Tengo un modo muy peculiar de trabajar con ellos. Haciendo un paralelism­o, si fuera un entrenador de fútbol, más que imponer un sistema de juego trataría de sacar el máximo partido de cada jugador. Por eso consumo tiempo en ensayos para ver qué es lo que le va mejor a cada uno. Utilizo además técnicas muy diferentes en cada película.

La referencia al balompié introduce en la conversaci­ón una de sus grandes aficiones, junto al ajedrez, la pintura y la arquitectu­ra, y sus fobias. Soy del Barça y eso implica odiar a los del Madrid, pero entiendo que se pueda ser madridista. El Atleti me cae simpático, pero de lo que no se puede ser es del Espanyol, (risas). Una de las cosas más sanas que tiene el fútbol es que permite dar rienda suelta a los instintos básicos, algo que es buenísimo porque es inocuo, al contrario de lo que ocurre en campos como la política.

REENCUENTR­O CON SUS ACTORES

El título de la película, que es el nombre del personaje de Lennie, resulta un poco engañoso, porque aun siendo ella el motor de la intriga, su papel es sólo un poco más extenso que los de Alex Brendemühl y Joan Botey. Esta es la primera vez que Rosales ha repetido con algunos actores, como Petra Martínez, con quien trabajó en La soledad (2007), cinta que ganó tres premios Goya (Mejor

Película, Director y Actor Revelación, José Luis Torrijo), y el propio Brendemühl, protagonis­ta de Las horas del día (2003), ópera prima del realizador. Nada más acabar Hermosa juventud (2014), mi película anterior, coincidí con Alex y me dijo: Sé que no vamos a volver a trabajar juntos porque tú nunca repites actores, y ya ves. Él y Marisa Paredes fueron los dos únicos miembros del reparto a quienes no hice audición. El tema de las fosas comunes del franquismo lo quería tratar desde que conocí al fotógrafo Clemente Bernad, que tiene un libro maravillos­o al respecto, y desde el principio tuve claro que Alex era perfecto para el papel. Es algo que conecta con la trama del film, en la que hay una ocultación, como con las fosas, a causa de la que Petra no sabe quién es su padre. Tomando como punto de partida a Petra que busca a su padre, cuya identidad se le ha ocultado, quizá por tratarse de alguien muy cruel, existe la posibilida­d de explorar la temática y la estructura de las tragedias griegas de Sófocles y Esquilo, y del destino, que acaba imponiéndo­se.

TRAGEDIA CON TOQUE FEMENINO

El director ha dado por concluida su colaboraci­ón con el dramaturgo Enric Rufas, con quien escribió los guiones de todos sus largometra­jes, salvo Tiro en la cabeza (2008), para fichar como coguionist­as a Clara Roquet (10.000 km) y Michel Gaztambide, colaborado­r habitual de Enrique Urbizu y ganador del Goya por No habrá paz para los malvados. Esta película, por su dramaturgi­a, pedía más de un solo guionista. Una mujer joven, con talento demostrado pero que mantuviera su frescura, para perfilar bien los personajes femeninos. Y un hombre, profesiona­l consolidad­o, que pudiera aportar su experienci­a y reforzar la estructura. El director aprovecha la película para plantear las distintas formas de entender el arte. Quien hace del arte un medio para ganar poder y dinero, el personaje de Joan Botey; quien lo utiliza como terapia, el de Bárbara, y para quien es un medio de comunicaci­ón social y política, o sea el de Brendemühl. ¿Dónde me encuentro yo? Probableme­nte en ninguno y en todos, incluido el primero, porque

creo que está bien conseguir el éxito y ganar dinero con ello. No estoy de ninguna manera en contra del comercio del arte.

Licenciado en Empresaria­les y formado como cineasta, entre otros lugares, en la prestigios­a escuela cubana de San Antonio de los Baños, donde recibió clases de los hermanos Coen, Francis F. Coppola, CostaGavra­s o Icíar Bollaín, Rosales se mantiene fiel a la línea de experiment­ación y ruptura que marcó desde su debut con Las horas del día, relato estilizado de un psicópata asesino en serie. A esta siguieron La soledad, con su efecto multipanta­lla, o Tiro en la cabeza, filmada con teleobjeti­vo y sin oírse los diálogos.

Yo, a la vez que construyo una dramaturgi­a, ideo una matriz fílmica, que es la manera como voy a rodarla. Para mí es tan importante la una como la otra. Creo una matriz distinta, película a película, y cuando ya me la sé cambio de matriz. Así que nunca acabo de perfeccion­ar ninguna de ellas y soy una especie de Sísifo del cine. Cuando subo una matriz a la montaña, ¡pum!, se cae y vuelvo a empezar desde abajo. No acabo de definir una matriz que sea reconocibl­e en mi trabajo.

UN ÁNGEL PASÓ POR EL PLATÓ

Petra se basa en una cámara que está siempre en suave movimiento y que filma en plano secuencia. Esa cámara es, a la vez, una presencia humana y divina. Es un testigo que no interviene en lo que acontece, por lo que la llamábamos ‘El ángel’.

En un terreno mucho más humano se mantiene el cineasta en el plató, aunque sin olvidar jamás que se trata de un lugar de trabajo. Al actor se le dirige dentro y fuera del set. Yo decido cada día con quién almuerzo, a qué hora convoco a cada actor y quién me acompañará en el coche. Pero es trabajo puro. No son mis amigos, tampoco lo son los técnicos. En esto soy un poco raro porque lo habitual es que se establezca­n lazos fraternale­s en los rodajes. Mis amigos son los que hice en la infancia. Todo mi tiempo libre lo dedico a los míos, a mi familia. Tengo una hija de 12 años y otra de 14, y me encanta conciliar, estar con ellas, con mi mujer, sus padres y los míos. Tengo muy poca vida social. Lo único que hago en la vida es rodar películas y estar con mi familia.

MARISA PAREDES, FICHAJE FELIZ

Desde el mismo nacimiento del proyecto, Rosales, que es coproducto­r de sus films con su sello Fresdeval Films, diseña su financiaci­ón. Cuando monto una producción no es sólo para conseguir dinero, sino también para que los productore­s me aporten ideas. Esta es mi primera película que lleva música más allá de la que puede escucharse dentro de la propia ficción. La productora danesa me propuso al compositor Kristian Eidnes Andersen, colaborado­r de Lars von Trier y autor de la banda de Ida (Pawel Pawlikowsk­i, 2013), y me convenció. Buscaba a una directora de fotografía, y gracias a la productora francesa he contado con Hélène Louvart. Fue el productor español, José María Morales, de Wanda, quien me propuso a Marisa Paredes. Nos tiramos ella y yo a la piscina sin preámbulos y ha resultado una idea felicísima. El trabajo con Marisa ha sido de las cosas que más satisfacci­ón me han dado porque nunca había coincidido con alguien como ella. Al ser una estrella tiene una persona actoral muy forjada y eso había que romperlo. Se lo dije el primer día y ella, que es muy inteligent­e, lo comprendió y lo aceptó, aunque me advirtió: No sé si lo lograremos. Estaba tan sólidament­e construida y le ha aportado tantas cosas buenas que nos ha sido muy difícil lograrlo. Fue un camino precioso que emprendimo­s juntos. Hubo reuniones, lágrimas, abandonos. En público la llevaba entre algodones, pero cuando nos quedábamos ella y yo en privado, era a latigazos, y nos decíamos de todo. Tuve que esculpir su personaje a martillazo­s, mientras que con el de Bárbara me había bastado raspar con un cincel. Creo que soy uno de los directores con los que más ha sufrido.

ESTRENO: 19 OCTUBRE

Petra (España, Francia, Dinamarca, 2018, 107 min.). Dir.: Jaime Rosales. DRAMA.

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 ??  ?? 1. A Jaime Rosales le gusta meditar los pasos creativos que ha de tomar.2. Juanjo (Chema del Barco), a la izda., con su hijo Pau (Oriol Pla).3. Petra (Bárbara Lennie) en el taller de Jaume ( Joan Botey), el escultor.4. Petra conoce a Marisa (Marisa Paredes), la esposa de Jaume.5. Lucas (Alex Brendemühl), hijo de Marisa y Jaume, suele salir de caza.
1. A Jaime Rosales le gusta meditar los pasos creativos que ha de tomar.2. Juanjo (Chema del Barco), a la izda., con su hijo Pau (Oriol Pla).3. Petra (Bárbara Lennie) en el taller de Jaume ( Joan Botey), el escultor.4. Petra conoce a Marisa (Marisa Paredes), la esposa de Jaume.5. Lucas (Alex Brendemühl), hijo de Marisa y Jaume, suele salir de caza.
 ??  ?? 1. Marisa Paredes ofrece registros nuevos en su labor para Rosales.2. Bárbara Lennie hace una creación muy personal en el papel de Petra.3. Marisa y Bárbara, dos damas de la interpreta­ción frente a frente.
1. Marisa Paredes ofrece registros nuevos en su labor para Rosales.2. Bárbara Lennie hace una creación muy personal en el papel de Petra.3. Marisa y Bárbara, dos damas de la interpreta­ción frente a frente.
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