63º Seminci y 60º Zinebi.
Objetivo cumplido. La Seminci recuperó espectadores, quienes al cabo musculan un festival. Otra cosa fue una Espiga de Oro desconcertante para la crítica acreditada. Se la llevó la canadiense Génesis –su director Philippe Lesage y su actor Théodore Pellerin también fueron premiados–, con muchas dudas en torno al primer amor en tres tiempos. Y eso que la Oficial se asegura una calidad media en Valladolid, con títulos ya reconocidos en Cannes, Locarno, Sarajevo… Fue así el doblete de Plata para el drama alemán A la vuelta de la esquina, de Thomas Stuber (con sendos premios en Berlín), y la estadounidense The Miseducation of Cameron Post, de Desiree Akhavan (ganadora en Sundance), o cómo curar el lesbianismo adolescente. Además, el búlgaro Milko Lazarov se llevó el Pilar Miró y la novedosa Espiga Verde ecológica por la bucólica Ága. De propina, confirmando que el estilo sigue cotizando, el plano secuencia de hora y media de la noruega Utøya. 22 de julio, de Erik Poppe, y el escenario único del muy galardonado thriller The Guilty, del danés Gustav Möller. En total una veintena de secciones y ciclos, entre ellos Portugal con su cine del XXI (filmografía todavía muy desnortada), una retrospectiva al iraní Mohammad Rasoulof, un ciclo-repesca del cine estadounidense de los 90 y la ya mítica Tiempo de Historia. Pero sobre todo hubo protagonismo para el cine patrio, con cinco Espigas de Honor para Bollaín, Bayona, Eduard Fernández, Giménez Rico y Versión Española de TVE, ya que una indispuesta Margarethe von Trotta no pudo recoger la suya, dejando a Matt Dillon como único foráneo. Nos recibieron con los estrenos mundiales de Tu hijo, de Miguel Ángel Vivas, y nos despidieron con Head Full of Honey, de Til Schweiger, o Nick Nolte enfermo de alzhéimer con aroma de Oscar. Por Miguel Anxo Fernández. seminci.es