Julia Roberts, por El regreso de Ben.
LA REINA HA VUELTO
Julia Roberts reclama su trono por partida doble. Tras estrenar con éxito ‘Homecoming’, su primera serie para televisión como protagonista, la actriz más popular de los últimos 30 años es el principal reclamo de ‘El regreso de Ben’, un intenso drama familiar que debería darle su quinta nominación a los Oscar.
Resulta imposible estar a punto de encontrarse con Julia Roberts (Smyrna, Georgia, 1967) y no recordar la escena de Notting Hill (R. Michell, 1999) en la que Hugh Grant se hace pasar por un periodista de la revista Caballo y sabueso para tener unos minutos a solas con Anna Scott, el álter ego de la actriz en esa comedia romántica. Casi 20 años después del estreno de una película que supuso una joya más en su corona de reina absoluta de la romcom, FOTOGRAMAS ha solicitado audiencia para hablar con ella de El regreso de Ben, el drama familiar, dirigido por Peter Hedges, que Roberts coprotagoniza con Lucas Hedges (Manchester frente al mar, Lady Bird), el hijo del realizador. Los nervios se sienten en el aire. La estrella tiene fama de ser alérgica a las entrevistas, pero su actitud en nuestra cita nos recuerda el arrebatador carisma que hizo de ella la estrella favorita del planeta.
Creo que mis hijos nunca han usado esas dos palabras juntas: Julia Roberts. Ese no es un nombre que se escuche habitualmente en mi casa. Ya no es mi apellido, sino mi nombre artístico. Más de una vez he visto a mis hijos sorprenderse y decir ¡Oh! Se refieren a mamá. Para ellos yo soy Julia Moder, aunque ya empiezan a saber a qué me dedico cuando no estoy con ellos. Puede que Henry (11) y los gemelos Hazel y Finn (14) no sean conscientes de que su madre ha sido la novia de América, la actriz mejor pagada de la historia y, como decíamos, la reina de la comedia romántica. Sin embargo, desde que protagonizó su primera película en 1988 (Mystic Pizza), el resto del mundo ha estado pendiente de cada uno de los pasos de una mujer que ya había conocido el estrellato global (Pretty Woman), el escándalo (en 1991, dejó a Kiefer Sutherland para irse con el mejor amigo de este, Jason Patric, días antes de su boda), el fracaso (su acento irlandés en Michael Collins fue recibido con saña por algunos críticos) y la gloria en forma de Oscar ( Erin Brockovich, su tercera nominación a la estatuilla) antes de cumplir los 35 años. Es de las pocas actrices que son capaces de marcar y contextualizar a una generación, sentencia Courtney B. Vance, su marido en El regreso de Ben.
HUIR DE LA SONRISA
La actriz que hay dentro de mí quiere decir que mi interpretación sería igual de interesante si no fuera madre, pero estoy segura de que no es así. La maternidad cambia tu forma de ser y tu forma de relacionarte con el resto del mundo y con las cosas que pasan en tu vida. Si no te cambia, quizás deberías devolver a tus hijos, bromea Roberts antes de soltar una de sus míticas carcajadas capaces de llenar por sí solas una habitación y una pantalla de cine.
Al principio fue la sonrisa la que hizo que el mundo se enamorara de Julia, pero ahora ella está luchando contra eso porque, en cierto modo, es lo que el público espera de ella. Es muy raro que sonría en una película pero, cuando eso sucede, vuelve a ser un momento mágico, admite Vance. Ya no busca ser la reina de la taquilla, pero la cara de la firma Lancôme sigue siendo un reclamo para el gran público. El pasado invierno,
Wonder (S. Chbosky, 2017), un pequeño melodrama en el que interpretaba a otra madre que se desvive por su hijo, fue un fenómeno cuya recaudación multiplicó por 15 su presupuesto.
Sigo teniendo las mismas inquietudes que cuando empecé. Si no fuera así, me quedaría en mi casa. Si estoy dispuesta a abandonar a mi familia durante dos o tres meses es porque necesito compartir con el mundo historias apasionantes, aclara una actriz que, durante los últimos años, se ha mostrado muy selectiva a la hora de escoger proyectos. En El regreso de Ben, Roberts interpreta a una mujer que necesita creer que su hijo, un joven drogadicto que vuelve a casa por Navidad, puede superar sus problemas. Para Peter Hedges, esta es una película sobre una madre que no pierde la esperanza en su hijo y un adolescente que está intentado salir adelante con todas sus fuerzas. Siento decir esto, pero en Hollywood ya quedan muy pocas caras que sean capaces de moverse por culpa de la cirugía, sentencia el cineasta. Es imposible no empatizar con todo lo que le pasa. En una escena puede parecer frágil y en la siguiente ser dura como un diamante. Vivimos tiempos llenos de vanidad, pero Julia hace una interpretación desgarrada y llena de primeros planos. Estoy deseando que el mundo vea lo que ha hecho.
EL CHICO DEL MOMENTO
El regreso de Ben es una de las tres películas que Lucas Hedges estrenará durante los próximos meses (las otras son Boy Erased, un drama sobre las terapias de reorientación sexual con Nicole Kidman y Russell Crowe, y Mid90s, la ópera prima de Jonah Hill). Nuestra relación fue muy intensa, cuenta Roberts. Estábamos juntos todo el tiempo.
El resto de actores iba terminando sus tomas y al final nos quedamos Lucas y yo. Pasamos un mes rodando escenas muy oscuras, pero nosotros hablábamos de cualquier cosa. El hermanamiento empezó en los ensayos. Julia nos invitó a todos a su casa para empezar a preparar la película, recuerda el director. No tenía ninguna necesidad de hacerlo, pero así es ella. Lucas Hedges celebró el día de Acción de Gracias con la familia de Roberts. Me he pasado 10 años diciéndole a mi padre que nunca volvería a trabajar con él, afirma el actor en referencia a su primer trabajo en el cine: Como la vida misma (2007), la segunda película de su padre como director. Cambié de idea cuando descubrí que Julia quería que yo interpretara a Ben, confiesa. La protagonista de Agosto (J. Wells, 2013) llegó a mandarle una foto al director en la que aparecía con Finn, su hijo mayor, también pelirrojo, con una nota: Dile a Lucas que los chicos pelirrojos suelen sentirse cómodos a mi lado. Tras dar el sí a su padre, este le confesó que había escrito el personaje pensando en él.
MIRANDO EL PASADO
La tía de Emma Roberts ha confesado recientemente que está deseando que su hija vea La boda de mi mejor amigo (P. J. Hogan, 1997), la comedia romántica coprotagonizada por Dermot Mulroney, amigo de la familia y compañero de reparto otra vez en la serie de TV Homecoming. Le va a hacer gracia verme tontear con Dermot y no va a entender por qué llevaba el pelo así. Además, si tuviera que hacer la secuela de una de mis películas, sería esta, admite la actriz. 21 años después del estreno de la película, no hay rasgo de la característica melena rizada y rojiza que lucía la estrella entonces. Roberts acudió este mes de noviembre a Broadway para ver el musical inspirado en Pretty Woman (G. Marshall, 1990). El elenco es maravilloso, pero la obra me hizo echar de menos a Garry más de lo que imaginaba, confesó. El director y la estrella colaboraron juntos en cuatro películas, un récord solo igualado por Steven Soderbergh. La musa de Marshall insiste en que no está dispuesta a hacer una secuela de su mayor éxito sin él, pero no tiene problema en volver a repetir algunas de sus frases más célebres (Pues metió la pata. ¿Y cómo? Hasta el cuello) para una campaña benéfica.
DIVA CATÓDICA
Desde el 2 de noviembre está disponible en Amazon Prime Video Homecoming, su primera serie como protagonista. He tenido muchísima suerte con Sam Esmail, dice del creador de Mr. Robot y responsable de su desembarco televisivo. Mi única exigencia para decirle que sí fue que él tenía que dirigir todos los episodios: solo sé trabajar así. Me gusta tener a alguien con una visión que seguir, admite. En la serie, la intérprete da vida a una asistente social que intenta ayudar a un grupo de militares que quieren volver a la vida civil. Me lo he pasado genial trabajando en una historia tan loca como esta y estoy deseando que nos convoquen para rodar la segunda temporada.