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MIGUEL MORALES

Datos y cifras contundent­es para explicar el fenómeno del incremento masivo de estrenos. El autor nos da las claves de este alud y se pregunta cómo poner coto a la deriva inflacioni­sta en la cartelera. ¿Quién empieza?

- *Miguel Morales es director de Wanda Vision y presidente de ADICINE. Por Miguel Morales*.

El director de Wanda Vision, y presidente de Adicine, es nuestra Firma invitada. En ella intenta explicar la reciente congestión de estrenos en nuestros cines.

En 2018, según Comscore, se estrenaron en las salas españolas 873 títulos, entre películas de ficción, animación, documental­es de estreno,

142 títulos de reestreno y 16 contenidos alternativ­os, sin incluir las retransmis­iones en directo que realizan las salas de óperas, conciertos y eventos deportivos. Es decir, una media semanal de

16,79 títulos, o de 13,75 si no tenemos en cuenta los reestrenos y los contenidos alternativ­os.

El fin de semana que saltaron todas las alarmas entre distribuid­ores, exhibidore­s y prensa fue el 9 de noviembre, cuando se estrenaron 22 títulos, entre ellos 12 películas de ficción, ocho películas documental­es, una película de animación y un reestreno. Nunca antes habíamos tenido en España un número de estrenos tan elevado en la misma semana.

En 2010, cuando comenzó la digitaliza­ción de las salas, se estrenaron 382 títulos, entre ellos un solo reestreno. Lo que supone una media de 7,34 estrenos por semana, es decir, nueve títulos semanales menos que en 2018. En 2014 se estrenaron 450; al año siguiente, 513; al otro, 671 títulos, y, en 2017, fueron 734. Durante el pasado Festival de Cine de Roma, los distribuid­ores europeos analizamos la situación del sector en Europa y surgió como una de las preocupaci­ones generales el incremento de estrenos en las salas. Los distribuid­ores de países donde ya no se paga el VPF (Virtual Print Fee), la tasa que pagamos a los exhibidore­s para contribuir al coste de la digitaliza­ción de las salas, sugerían que se debía a la falta de pago de esta tasa. Sin embargo, en España el VPF sigue vigente en la gran mayoría de los cines y el incremento de estrenos es muy significat­ivo.

¿A qué se debe entonces? El motivo principal está claro: la digitaliza­ción de las salas ha hecho mucho más accesible el estreno y reestreno de títulos y de contenidos alternativ­os. Antes, los procesos de posproducc­ión y realizació­n de copias eran mucho más caros y complejos. El internegat­ivo analógico en 35 mm, de donde podías hacer copias, no bajaba de 12.000 euros y las copias analógicas costaban alrededor de 800 euros. Hoy un máster digital para poder hacer copias ronda los 1.000 euros y una copia digital los 70 euros. Además, para los cines es mucho más fácil programar contenidos diferentes en las distintas sesiones de una misma sala. Una copia en 35 mm pesaba alrededor de 25 kilos y para proyectarl­a tenías que montarla en bobinas y cambiar estas bobinas, lo que llevaba un tiempo importante a los proyeccion­istas, por lo que una sala solamen- te proyectaba una película a la semana. Hoy, los servidores digitales de los cines pueden albergar cientos de contenidos diferentes que se pueden programar para que se proyecten en las distintas sesiones de cada sala, sin mayor esfuerzo que unos minutos en el ordenador que controla la proyección.

¿Es positivo para alguien este incremento de estrenos? Veamos las cifras de taquilla. En 2010, se vendieron 101,6 millones de entradas, según datos del ICAA, y en 2018, acabaremos algo por debajo de los 100 millones. Está claro que a las salas no les ha incrementa­do el negocio. A los distribuid­ores y productore­s no solo no nos ha incrementa­do la cifra de ingresos provenient­e de las salas de cine, sino que hemos necesitado estrenar más del doble de títulos para obtener un rendimient­o similar. Podríamos decir que el público es el gran beneficiad­o de este incremento en el número de estrenos, ya que les da la oportunida­d de ver un mayor número de títulos, pero tampoco es cierto, ya que ni la prensa tiene espacio suficiente para comunicar esos 16 estrenos semanales al público, ni los cines espacio para mantenerlo­s el tiempo suficiente para que funcione el boca a oído. Muchas veces, cuando les llega la recomendac­ión de ver una película, ya ha desapareci­do de cartel. Y si esta saturación de estrenos no es beneficios­a para nadie, ¿por qué no limitamos los estrenos? El problema es claro, pero ¿quién le pone el cascabel al gato?, ¿quién le dice a un productor o a un distribuid­or que ese título no lo estrene en los cines?, ¿quién le dice a un exhibidor que no estrene un determinad­o título en sus salas?

Está claro que solo una autolimita­ción por parte de todos los implicados en este proceso puede poner coto a la locura de estrenos que estamos sufriendo. Productore­s, distribuid­ores y exhibidore­s tenemos que poner cordura en esta situación y limitar la cantidad de estrenos a una cifra asumible para el público, llevando aquellos títulos que no considerem­os indispensa­bles a estrenos en las otras ventanas de explotació­n de las películas, como el DVD, vídeo a la carta a través de plataforma­s como Filmin, Movistar, iTunes, etc. y las television­es.

“¿ES POSITIVO PARA ALGUIEN ESTE INCREMENTO DE ESTRENOS? ¿QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?”

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