Terror PERDIENDO EL ESTE.

De raza le viene la vocación a Malena Alterio, que se ha ganado el corazón del público con su ternura, naturalidad y ese don innato para hacer reír cuando interpreta comedias en el cine, como ‘Perdiendo el este’ y ‘Bajo el mismo techo’, con las que hace doblete este mes en las salas, o en televisión, con una serie tan divertidamente provocadora como ‘Vergüenza’.

Qué me avergüenza a mí?, se pregunta divertida Malena Alterio, protagonista de Vergüenza, la serie por cuya primera temporada ganó en 2018 el Fotogramas de Plata a Mejor Actriz de Televisión, y cuya segunda entrega se estrenó el pasado mes de noviembre. Me da mucha vergüenza que me hagan leer en público y me violentan muchas cosas, admite; pero, en especial, esas situaciones incómodas o de tensión que se generan en las reuniones o que pueden verse a veces por la televisión. No soy nada gallito ni de enfrentarme, así que esos momentos me provocan una vergüenza horrible, y lo único que quiero es desaparecer. La gente se sorprende cuando reconozco que soy muy tímida. ¡Pero si eres actriz!, me dicen. Lo que ocurre es que los actores utilizamos nuestro oficio, la máscara de los personajes, los textos que nos dan, las cámaras que nos ponen y los escenarios que nos brindan, para romper esa timidez y superar nuestros miedos y pudores.

ALMA DE TANGO

Malena Alterio, tan natural y dulce en persona como en la pantalla, disfruta un buen momento profesional. Ha concluido la gira teatral con Los universos paralelos, y al éxito de la citada serie de Movistar+, de la que se siente tan orgullosa y avergonzada a la vez, cuya tercera temporada prevé filmar en primavera, se suma el doble estreno en cines de las comedias Bajo el mismo techo y Perdiendo el este. Ahora se ve más mi trabajo en la pantalla, pero vengo de hacer proyectos teatrales muy chulos, con directores como Daniel Veronese o Claudio Tolcachir, gente de mucho talento y argentinos. Tengo una querencia especial por todo lo que venga de Argentina. No en vano ella nació en Buenos Aires, el 21 de enero de 1974, hace 45 años, si bien vino a España con tan solo seis meses, cuando su padre, Héctor Alterio, se exilió en nuestro país durante la dictadura militar en el suyo.

Era tan pequeña que ya empecé a hablar pronunciando la zeta y la ese. Por entonces, solo lloraba en argentino, recuerda con humor. Aunque he trabajado en proyectos en los que hacía de argentina, algo que tengo que trabajar un poquito, pero no me resulta complicado ni ajeno, porque es algo que está, en parte, en mí.

SU LUGAR EN EL MUNDO

A pesar de que se crio entre bambalina y platós, su futuro laboral no estuvo condicionado por la circunstancia de que su padre fuera actor, o de que su hermano, Ernesto, o Ernes, como lo llaman en familia, que es tres años mayor que ella, optase por la profesión paterna. La condición que me imponían mis padres era que acabara mis estudios, por lo menos, hasta COU, y que luego decidiera con libertad. Eso a mí, que iba también a la escuela de interpretación de Cristina Rota, me parecía entonces