MARÍA JOSÉ ALFONSO
Su breve papel en ‘La suite nupcial’ es el penúltimo paso en la carrera de una inmensa actriz que recuerda con nosotros su Rocío de ‘La niña de luto’.
La veterana actriz rememora las vicisitudes de La niña de luto, película dirigida por Manuel Summers en 1964, en Qué película la de aquel rodaje.
Ya no recuerdo qué obra de Alfonso Paso estaba yo representando en la Gran Vía de Madrid en 1963, porque había años en que se mezclaban unas con otras, cuando me llamaron para rodar la película
La niña de luto, de Manolo Summers. Yo ya había hecho La gran familia (Fernando Palacios, 1962), algún que otro papelito en cine y disfrutaba muchísimo en Escala en Hi-Fi (RTVE, F. G. de la Vega), pero la película de Manolo Summers, del que sigo opinando que fue un genio que no se ha valorado lo suficiente en nuestro país, fue mi trampolín particular. Con solo 24 años, pasaba de los pequeñísimos estudios del Paseo de La Habana a disfrutar de mi primer papel protagonista al lado de Alfredo Landa, que se convirtió a partir de ese momento en mi entrañable amigo y querido compañero de trabajo.
Rodamos en un sofocante verano en La Palma del Condado, en Huelva, donde sigo siendo maravillosamente bien recibida cada vez que voy, invitada por los admiradores de la película.
La niña de luto es la bandera de todo el pueblo. Es su bandera.
Entre dibujos y chistes de Manolo, que era un hombre graciosísimo, la gente se te acercaba y te contaba que el guion, basado en las vivencias de uno de los hermanos del director, era muy realista. La imposible relación entre una pareja porque ella siempre está guardando luto era algo habitual en el pueblo. Una señora me dijo que llevaba años sin entrar en las dulcerías, que siempre le habían encantado, porque su marido había muerto hace 15 inviernos y, además, que su yerno no le dejaba acercarse a una guitarra. ¡Qué suerte tienes de llevar un velo porque antes nos ponían mantas de lana negra en la cabeza!, me dijo. Lo único que recuerdo que no fue mágico fue el calor. Yo siempre de luto y encerrada en la preciosa casa de azulejos que habíamos alquilado con un sofoco que solo conseguíamos aplacar con agua en las tabernas. Ahora ya no queda casi nadie de los que la hicimos, solo yo, pero ¡a mí la muerte me da mucha pereza!
‘LA SUITE NUPCIAL’ SE ESTRENA
EL 10 DE ENERO