Aguas oscuras
★★★★ ★ Dark Waters (EE. UU., 2019, 126 min.).
Dir.: Todd Haynes. Int.: Mark Ruffalo,
Anne Hathaway, Tim Robbins, Bill Pullman, Bill Camp, Victor Garber, Mare Winningham, William Jackson Harper. DRAMA.
La estirpe en cuya zona noble se inscribe este recio e impoluto largometraje será reconocida al instante por cualquiera que, sea por edad o un cierto estudio del discurrir fílmico, guarde en la memoria títulos (no necesariamente de una década concreta) como El último testigo (Alan J. Pakula,
1974), Norma Rae (Martin Ritt, 1979), Silkwood (Mike Nichols, 1983), Acción civil (Steven Zaillian, 1998), El dilema (Michael Mann, 1999) o Erin Brockovich (2000, Steven
Soderbergh). Estamos ante otro canónico relato de David contra Goliat
(vertiente medioambiental-salud pública) que aporta su granito de activismo para intentar cambiar el mundo sin, de paso, alterar un ápice de la práctica cinematográfica más establecida. Lo curioso de esa (juiciosa) renuncia a toda pirotecnia rítmica y escénica, torsión argumental o llamarada dramática accesible a un público que dista mucho del encarado por aquellos dramas político-judiciales de ayer, es que viene facturada por alguien cuya obra siempre fue una proclamación de autoría;
un Todd Haynes que, aceptando diluir su rúbrica en pura austeridad formal, potencia la pegada de una película de la cual cuesta (y es lo suyo) no salir indignado.