BEGOÑA VARGAS
El debut en el cine de Begoña Vargas (Madrid, 1999), como protagonista de la cinta de terror con tintes sobrenaturales
‘Malasaña 32’, coincide con la emisión en televisión de la segunda temporada de ‘Alta mar’, serie en la que tiene también un papel destacado. ¿Cuándo pensó por primera vez en ser actriz?
Es algo que he sentido siempre y de niña empecé ya con el baile y el teatro. Mi madre dice que nací con un letrero que decía: Es actriz.
¿Y cuándo vio que lo había conseguido?
Con la serie La otra mirada. Entonces pensé, estamos empezando el camino.
¿A quién admiraba de pequeña?
Siempre he admirado y admiro mucho a mi padre.
¿A quién admira ahora?
A Meryl Streep, Nicole Kidman y Javier Bardem.
¿Qué necesita?
La comida, me gusta todo; el baile, y mi profesión, sin la que no sabría qué hacer.
Aprendí mucho de…
La mejor lección es que no se aprende nada si no mantienes tu mente abierta.
¿Alguna vez pensó en tirar la toalla?
Ante una gran desilusión he llegado a decir: ¡Se acabó!, lo dejo todo; pero siempre sin pensarlo de verdad.
Una virtud.
Me considero buena persona.
¿Un fallo?
Soy demasiado perfeccionista y autoexigente.
¿Lo mejor (o peor) que aprendí de una pareja?
El respeto.
¿Qué le horroriza?
La soledad. Me encanta estar con mi familia y mis amigos. Con la gente que me quiere y a la que quiero.
¿Un estrés?
Yo misma me lo genero.
Me habría gustado conocer a…
Los Beatles, he sido muy fan, y a Michael Jackson.
¿Un recuerdo imborrable?
Los veranos familiares en las playas de Andalucía.
Mito erótico confesable.
Brad Pitt y Johnny Depp.
¿Una manía?
En los coches me siento siempre detrás del conductor, que dicen que es donde sales mejor parado si hay un accidente. Ahí, además, me puedo mirar en el retrovisor.
¿Su punto fuerte?
Tengo un sentido de la orientación que parece que llevo un GPS en la cabeza.
¿Su talón de Aquiles?
Soy muy intensa y demasiado emocional, lo que es bueno para mi trabajo y no tanto para mi vida.
¿Hasta dónde espera llegar?
No me pongo ningún límite.
‘MALASAÑA 32’ SE ESTRENA EL 17 DE ENERO
√ Las películas de temática navideña tienen a favor que nos pillan con las defensas bajas. Eso, confieso, que me sucedió con Last Christmas, para la que juega a favor el espíritu sensible de estas fechas que nos nubla bastante el sentido. Con todo, esta comedia romántica está bastante por encima de la media, notándose en ella la, tan sensible como irónica, mano como guionista de Emma Thompson.
Sonsoles Onieva (vía e-mail). √ Todavía no sé qué es lo que diferencia un merengue con exceso de azúcar como es Last Christmas de todos esos telefilms de temática navideña que aparecen como hongos en las televisiones al día siguiente de cerrarse Halloween. Todos los tópicos, todos los trucos bajos y toda la ñoñería del mundo. Si este iba a ser el nuevo
Love Actually apaga y vámonos.
Sofía Bonaventura (vía Facebook).
√ Me encanta el cine de Paul Feig. Ni cuando tiene que ponerse escatológico puede evitar tener esa clase que solamente los viejos artesanos, tipo Jean Negulesco, de Hollywood tenían. En
Last Christmas, encima, es eso, un director con clase, y su cuento de Navidad romántico, divertido y lacrimógeno me ha parecido una cucada.
Elisabeth Fernández (vía Facebook).
CONTESTA MR. BELVEDERE
Servidor, que en estas fiestas llora incluso con el juicio a Edmund Gwenn en De ilusión también se
vive, disfrutó como un elfo con Last Christmas, sus homenajes a Cita en San Luis, su optimismo melodramático y esa Emilia Clarke, tan adorablemente mala actriz como la añorada June Allyson.
√ Con 80 años, Marco Bellocchio sigue siendo el director más rabiosamente joven del panorama italiano actual. Si la temática mafiosa y criminal aparece hoy día como la cosa más habitual de largometrajes y series de televisión, El traidor va mucho más allá de esa fascinación por el delito y los delincuentes, convirtiéndose en un tenso diálogo entre ética y política muy a tener en cuenta.
Joan R. Riera (vía e-mail). √ El traidor es bastante más que un nuevo recordatorio de esa Italia cuyas estructuras de poder han estado ligadas a la mafia. Documenta de manera apasionante la toma de conciencia de un hombre perteneciente a ese sistema criminal a través de una calculada venganza moral y de una transferencia muy interesante entre él y el malogrado juez Falcone.
Marco Herrero (vía Facebook). √ Que los fans de Gomorra, Suburra
o Roma criminal queden avisados:
El traidor no es para ellos. No, no se trata de abducidos y embelesados por la violencia acercamientos a la mafia y sus tentáculos, sino de un film introspectivo centrado en dos personajes antagónicos que luchan contra el Mal de diferentes formas, tan egoístas en el fondo como destinadas al fracaso.
Nerea Asiain (vía e-mail).
CONTESTA MR. BELVEDERE
Agradablemente sorprendido del análisis que los lectores han hecho de El traidor, última película del siempre combativo e incómodo Marco Bellocchio. Efectivamente, hay más de confesión religiosa y de duelo dialéctico moral entre el mafioso interesadamente arrepentido y el implacable juez que de thriller. Hay mucho de lo que Martin Scorsese ha hecho en la reciente El irlandés.