Dios existe, su nombre es Petrunya
★★★ ★★ Gospod postoi, imeto i’ e Petrunija (Mac., Bél., Fra., Esl., Cro., 2019, 100 min.). Dir.:
Teona Strugar Mitevska. Int.: Zorica Nusheva, Labina Mitevska, Suad Begovski. DRAMA.
Hay veces en que el cine no es solo una expresión artística, sino también un arma de combate. Quizás el activismo cinematográfico peque de poca sutileza, pero sus objetivos –concienciar y, con suerte, provocar cambios políticosociales– necesitan de la mayor claridad posible. Teona Strugar Mitevska utiliza su film como manifiesto para poner sobre la mesa la situación de desigualdad de las mujeres en Macedonia, a través de una tradición –coger una cruz lanzada al río– en la que solo los hombres tienen permitido participar.
La cineasta, que nos muestra las consecuencias de una mujer que rompió esas reglas, no deja títere con cabeza: ataca el sistema heteropatriarcal, la masculinidad tóxica, el sensacionalismo de los medios de comunicación, el fanatismo religioso, las expectativas familiares, la normatividad física y la corrupción de las instituciones públicas en una suerte de vía crucis tragicómico que convierte el objeto macguffiniano, la cruz, en el techo de cristal que la protagonista es incapaz de romper. Así, torna una obsesión casi absurda en un retrato de la intolerancia que aún hoy lastra las vidas de las mujeres en los Balcanes.