Matthew Rhys, por Un amigo extraordinario.
Matthew Rhys fue el último en llegar al vecindario de un proyecto que, desde hacía diez años, quería llevar al cine las vivencias del periodista Tom Junod junto a Fred Rogers, un héroe de la televisión infantil estadounidense. Un biopic nada convencional en el que se une a la directora Marielle Heller y Tom Hanks.
¿Un santo o un fraude? Cuando conoce al verdadero Mr. Rogers (Tom Hanks) el periodista Tom Junod (Rhys) no puede concebir que exista alguien tan bueno. Los últimos serán los primeros. El galés Matthew Rhys (Cardiff, 1974) llegó a Un amigo extraordinario
cuando el proyecto ya tenía directora, Marielle Heller – responsable de The Diary of a Teenage Girl (2015) y ¿Podrás perdonarme algún día? (2018)–, y también estrella. Cuando le decía a alguien que trabajaba en esta película siempre notaba su alivio al saber que Mr. Rogers era Tom Hanks, bromea este candidato a dos Globos de Oro por su trabajo en la serie The Americans. No se enfada porque como bien dice los galeses son medalla de oro en cinismo. Cuando preguntas si el vaso está lleno o vacío, un galés te dirá ¿qué vaso?, bromea el actor. Fred Rogers lo fue todo menos cínico, alguien tan beatífico que, como muestra el film, abrió el debate de si fue un perfecto manipulador. A Rhys esto le sonó a chino porque, como buen europeo, desconocía el fenómeno Mr. Rogers, toda una personalidad de la TV estadounidense en la que presentó, durante más de tres décadas, un programa infantil. Yo dije que sí al proyecto porque estaba Tom Hanks. Quería trabajar con él. Pero como dice el dicho, cuidadito con lo que deseas,
se ríe. Técnicamente habían trabajado juntos en Los archivos del Pentágono
(S. Spielberg, 2015), pero sin compartir escenas. Siempre fue uno de mis héroes. Diría que desde mi infancia, pero Tom se me enfada. Me costó varios días superar los nervios de trabajar a su lado. ¡Qué digo superar! Todavía impone. Pero hice de tripas corazón y pensé que tenía que estar a su nivel, olvidándome de sus dos Oscar, o la cosa no funcionaría, afirma con cierto tartamudeo.
Chicos del barrio. Fue uno de los muchos trucos empleados para encontrar la química perfecta en esta película. Buscando trasladar a la audiencia al universo de Rogers, Heller puso especial énfasis en esos montajes de transición hechos en stop motion con miniaturas que dan a esta historia un mayor sentimiento de barrio de otra época. Además Marielle encontró esas viejas cámaras de doble lente tubular con las que capturó ese pequeño set de Pittsburgh tal y cómo lo recordaba del programa original, rememora Hanks, a quien Mr. Rogers le pilló algo mayor. Mis decisiones técnicas siempre persiguen una visión emocional, recuerda Heller, a la que como buena directora todos llamaron ‘jefa’ durante el rodaje. Pero detrás de Un amigo extraordinario hay más que un biopic al uso.
Que nadie espere ver la historia de Fred Rogers. Esta es la historia de Tom Junod y a través de él conoceremos a Mr. Rogers, detalla Rhys de algo que también ha visto la HFPA cualificando su interpretación en la categoría de actor principal y la de Hanks como secundario de cara a los Globos de Oro. El film también es una oda a esos hombres, de todas las generaciones, que sienten una gran dificultad a la hora de expresar sus sentimientos, afirma el actor, que se siente algo identificado con este tema, especialmente ahora que es padre, con un hijo de cerca de tres años fruto de su relación con la también actriz Keri Russell. Ella es el pilar de mi vida, dice sin reparos sobre la mujer que conoció mientras trabajaban juntos en The Americans. ¿Algún ídolo de infancia más allá de Hanks? Tristemente todos han ido desapareciendo, Peter O’Toole, Albert Finney, Sam Shepard. Y por supuesto, Richard Burton. Habría dado lo que fuera por haber charlado con ellos como Junod hizo con Rogers. Quizá así no necesitaría ir a un psicoanalista para soltar mis neuras en lugar de seguir trabajando como actor. Pero mientras tanto, sigo buscando personajes moralmente complicados que llevar a la pantalla, se retrata. ESTRENO: 24 ENERO