RICHARD JEWELL.
DE QUÉ VA: En los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996, el vigilante de seguridad Richard Jewell localiza una bomba y salva centenares de vida. Sin embargo, la prensa lo acusa de haber sido él quién la colocó.
De héroe a villano. En su 38.º largo como director –rodado, en poco menos de dos meses, en verano de 2019– Clint Eastwood, con 89 años cumplidos, vuelve a narrar una historia de un personaje anónimo que, como el piloto de Sully (2016) o los marines de 15:17 Tren a París (2018), se ven obligados a enfrentarse a un destino incierto. Y en el caso de Richard Jewell, un vigilante de seguridad que en los Juegos Olímpicos de Atlanta descubrió una bomba, pero que después fue acusado por la prensa de haber colocado él mismo el explosivo, forzado a una batalla adicional contra la opinión pública que lo convirtió en villano. Esto es lo que contaba la periodista Marie Brenner en el artículo que sirve de base del film y lo que me interesó, una historia más humana que política, explica el director. Un David contra Goliat en un momento muy pertinente, donde la gente juzga sin pensar en las consecuencias de sus actos.
Duelo de robaescenas. Para Richard Jewell, Eastwood confió en Paul Walter Hauser, que ya birló el show en Yo, Tonya (C. Gillespie, 2017) o Infiltrado en el KKKlan (S. Lee, 2018). Aquí se le suma Sam Rockwell, otro especialista en sacar partido a personajes secundarios. Kathy Bates, Olivia Wilde y Jon Hamm completan el cast de un film con el que Eastwood añade otro héroe de a pie a su filmografía: Lo que me atrae es que todos son diferentes, pero cuando llega el momento, dan un paso adelante.
ESTRENO: 1 ENERO