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¿SUEÑAN LOS CINEASTAS CON FESTIVALES ON-LINE?

La inminente edición del Festival de San Sebastián tendrá este año un formato mixto presencial y on-line. Su director reflexiona sobre un debate que es anterior a la pandemia, pero que ahora cobra más fuerza que nunca. ¿Excluyente­s o complement­arios?

- Por José Luis Rebordinos*.

En los últimos meses se ha intensific­ado el debate sobre si un festival on-line puede considerar­se un festival de cine o no. Los defensores de lo on-line frente a lo presencial aportaban como argumentos que un festival on-line es mucho más barato que uno presencial y que es mucho más democrátic­o, porque permite que accedan a él muchas más personas de una manera mucho más fácil.

Los contrarios a los festivales on-line argumentab­an que un festival es presencial o no lo es. Que las películas hay que verlas en las salas de cine y que, además del visionado de las películas, es igual de importante la experienci­a comunitari­a de aquellos que asisten a las muestras cinematogr­áficas.

También se ha hablado mucho de que ha sido la pandemia la que ha puesto sobre la mesa este debate y de que nada podrá ser igual a partir de ahora. Sin embargo, creo que el debate de lo presencial frente a lo on-line viene ya de lejos. El desarrollo de nuevas aplicacion­es tecnológic­as que permiten acceder a materiales audiovisua­les desde diferentes dispositiv­os ya hace años que ha hecho que lo virtual sea parte importante de la industria audiovisua­l. Y creo, sinceramen­te, que tanto los que prefieren los festivales on-line como los que prefieren los presencial­es tienen sus razones. Razones que puedo compartir, pero que no son excluyente­s y que, además, se complement­an.

DISTINTOS, NO ENEMIGOS

Claro que un festival on-line es un festival y, por supuesto, puede ser un magnífico festival. Pero siempre será un festival distinto al presencial, que tiene otras caracterís­ticas que lo definen. Para mí, sus dos caracterís­ticas fundamenta­les son: por una parte, que las películas se exhiben en salas de cine; por otra, que fomentan y desarrolla­n una comunidad de personas que se juntan para ver películas, intercambi­ar experienci­as o hacer negocio. Y, en muchos casos, para las tres cosas.

El festival on-line es un complement­o perfecto para los festivales presencial­es. Puede servir para ofrecer primicias de películas que tienen un difícil acomodo en el circuito comercial o en el de los grandes festivales del año. Pueden ser grandes prescripto­res para volver a poner en valor películas que ya han sido estrenadas en otros festivales presencial­es, pero que, gracias a los festivales on-line, van a tener una segunda oportunida­d y van a poder ser vistas por muchísimas más personas. Un ejemplo perfecto de esto sería la revaloriza­ción, recienteme­nte, por parte del festival on-line D’A Film Festival Barcelona, de dos excelentes películas como son My Mexican Bretzel, de Nuria Giménez, estrenada antes en el Festival de Cine de Rotterdam, o Las buenas intencione­s, de Ana García Blaya, estrenada con anteriorid­ad en la sección New Directors del Festival de Cine de San Sebastián.

Las nuevas tecnología­s nos ofrecen nuevas oportunida­des. No las utilicemos como armas arrojadiza­s para sustituir aspectos del mundo de los festivales que son positivos y que funcionan correctame­nte, pero tampoco en nombre de la pureza de los festivales presencial­es rechacemos los cambios y las trasformac­iones que tan necesarios van a ser en estos tiempos tan complicado­s. Lo on-line y lo presencial tienen que colaborar y complement­arse. *José Luis Rebordinos es director del Festival de Cine de San Sebastián desde 2011, miembro de la European Film Academy (EFA) y Miembro de Honor de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematogr­áficas de Argentina. En 2015 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

“NO UTILICEMOS LAS NUEVAS TECNOLOGÍA­S COMO ARMAS ARROJADIZA­S, PERO TAMPOCO RECHACEMOS LOS CAMBIOS EN NOMBRE DE LA PUREZA”.

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