Caballero sin espada SIDNEY POITIER
Subió al escenario el hombre más elegante que jamás había visto y lo aclamaban. No había presenciado antes vitorear así a un negro. La influyente comunicadora Oprah Winfrey resume lo que supuso a los diez años asistir por televisión al momento en el que el primer afroamericano ganaba el Oscar a Mejor Actor. Ha sido un largo viaje llegar hasta aquí, dijo Sidney Poitier al recoger su estatuilla por Los lirios del valle (1963). Nominado ya por Fugitivos (1958), Poitier venció el rechazo de los de su propia raza para convertise en uno de los artistas que más han hecho por superar barreras de discriminación, gracias a su imagen de honestidad, franca sonrisa, y carisma en papeles alejados del tópico racial: el médico enamorado de Adivina quien viene esta noche, el eficiente inspector de En el calor de la noche o el esforzado profesor de Rebelión en las aulas. Sin renunciar nunca al compromiso social, como su amigo Harry Belafonte.