La cripta embrujada
PHILIP MARLOWE EN LOS 70
Lo que más me gusta de los géneros es su impureza. Su esencia bastarda e iconoclasta. No hay nada que más deteste que el cinéfilo purista. El amante de lo auténtico. Por eso es motivo de alborozo que Divisa edite en Blu-ray Adiós, muñeca (1975) y Detective privado (1978), las dos recreaciones de Philip Marlowe encarnadas por un talludo Robert Mitchum, desafiando las leyes no escritas de la cinefilia y el buen gusto.
Mitchum, veterano del film noir, tenía ya casi 60 años, pero con su mundano cinismo crepuscular borraba la imagen de Powell y Bogart, convirtiéndose en un Marlowe añejo pero perfecto.
Los años 70 permitían plasmar en pantalla el mundo oscuro, sórdido y triste de Chandler, con todo el sexo, el pesimismo y la violencia que se merecía (y un poco más).
La primera, dirigida por Dick Richards, es un ejemplo de oscura nostalgia camp, neo-noir en toda regla, con un plantel de secundarios (Anthony Zerbe, Jack O´Halloran, Joe Spinell, Sylvester Stallone y la monumental Kate Murtagh) digno de Dick Tracy. La segunda, del descarado Michael Winner, devolvía Chandler a su odiada Inglaterra natal, poniendo al detective en pleno Londres setentero, convirtiendo el hardboiled en murder mystery, con actores brit (Edward Fox, Oliver Reed, Harry Andrews, John Justin...), y toques rijosos y nihilistas más propios de un psychothriller o un giallo que de un noir.
Un programa doble icónico e iconoclasta, a mayor gloria del mejor cine de género degenerado.