Rewind & Fast-Forward.
EL FUNERAL DE LA BRUJA
Los habitantes de Oz celebraron por todo lo alto que la pequeña Dorothy les librara de las malas hadas: Ding, dong, la bruja ha muerto. Cien años después,
Wicked adaptó la obra de L. Frank Baum a la sensibilidad del nuevo milenio. El tema de apertura del célebre musical, Nadie llora a los malvados, declaraba que toda arpía tiene una razón de ser; que la gente no es mala, se hace. Éste es el credo de Ryan Murphy, la convicción rusoniana de que habría menos sociópatas si la gente no fuera tan cabrona en el instituto. Cada villano merece ser protagonista de su propio pastiche de época, en glorioso tecnicolor, a ser posible.
Si alguna vez hubo una bicha retorcida en el cine (con permiso de la Ellen Berent de Gene Tierney) ésa fue la enfermera de Alguien voló sobre el nido del cuco, Ratched (Netflix). La precuela desarrollada por Murphy (y creada por Evan Romansky) abraza, para variar, el regodeo perverso. Ratched no tiene argumento: es un penny dreadful
de categorías porno orquestadas, sin pies ni cabeza. Murphy deja a Mildred Ratched (personaje por el que Louis Fletcher ganó su Oscar) en brazos de Sarah Paulson y en su escala de valores, no hay mayor acto de amor. La hija de puta tendrá lo que merece. Antes de festejar el deceso de la bruja, ésta es su historia.