En guerra con mi abuelo
★★★ ★★
The War with Grandpa Dir.: Int.:
tenido que venir Robert De Niro y Christopher Walken, que desde esa legendaria El cazador (M. Cimino, 1978) solo habían coincidido fugazmente en Gente de Sunset Boulevard (B. Primus, 1992), para recordarnos que sí, aún hay sitio para comedias familiares que unen corazón y caídas, risas y emoción, buenos sentimientos ★★★ ★★ Kiz Kardesler
Int.:
Dir.:
COMEDIA.
DRAMA.
película transcurre en una humilde aldea de Anatolia allá por los años 80 del siglo pasado, pero lo que vemos, al margen de un par de coches que vienen de lejos (de muy lejos: los planos de llegada a la aldea o de salida de ella están concebidos para dar una idea de distancia, que no es únicamente geográfica), podría suceder en el siglo XIX. Prevalece lo arcaico, los instintos primitivos, las costumbres ancestrales. Y el papel de la mujer, claro está, representado por las tres hijas protagonistas, es el de la esclavitud. El padre es quien decide su futuro. Aunque es un ogro, Alper tiene el acierto de buscar su lado humano y comprender sus razones. y bromas pesadas. Porque esto es lo que propone Tim Hill (Hop) en esta adaptación de la novela de Robert Kimmel Smith: un arsenal de gags slapstick al servicio de una trama feelgood que, aunque conocida y previsible, se ve siempre con una sonrisa.
Especialmente cuando se junta la tropa de veteranos –Cheech Marin y Jane Seymour, además de los citados De Niro y Walken–; se permite metachistes a costa de El Padrino o Taxi Driver, o asistimos a la esperada reconciliación entre Peter (Oakes Fegley, al que vimos en Wonderstruck: El museo de las maravillas) y su abuelo. Un ejercicio de nostalgia cargada de buenas intenciones y chistes, lo que en esta ruleta rusa que es 2020 no es poca cosa.
Lo mejor: el cachondeo indisimulado entre De Niro y Walken.
Lo peor: ver a Uma Thurman en un rol tan menor y anodino.