PREGUNTAS SIN RESPUESTA
¿Por qué esa afición de David Cronenberg a hacer de médico en su cameo de Falling, como hizo antes en La mosca, Razas de noche, Henry y Verlin, Jason X y la serie Alias?
¿Por qué todos los personajes masculinos que se cruzan en el camino de las protagonistas de Nunca, casi nunca, a veces, siempre son tan menospreciables o, directamente, viles?
¿Por qué pensamos que un protagonista más expresivo que el hierático Juan Daniel García Treviño habría beneficiado mucho a la reveladora producción mexicana Ya no estoy aquí, triunfadora absoluta de los últimos premios Ariel? ¿Por qué el Gobierno demora la protección de películas y series europeas on-line, incumpliendo el plazo de la directiva comunitaria que obliga a las plataformas audiovisuales con una sede en la UE a reservar un 30 % del catálogo a producciones del continente?
¿Por qué nuestro cine ha tardado tanto en descubrir a Anna Alarcón, espléndida en A este lado del mundo, de David Trueba y La ofrenda, de Ventura Durall? ¿Por qué, siendo un tipo tan normal como él mismo asegura, a Gerard Butler siempre le ofrecen papeles de héroe? ¿Por qué algunos padres despistados se meten a ver Pinocho con sus hijos, cuando no es una película para niños? ¿Por qué nadie le recordó a Woody Allen que, antes de Sergi López en Rifkin’s Festival, Javier Bardem ya había interpretado en Vicky Cristina Barcelona a un explosivo pintor español con problemas conyugales?
¿Por qué a estas alturas de su carrera no ha quedado aún claro que Mario Casas es un gran actor capaz de sacar adelante cualquier tipo de personaje?